Confirman que Asayag y Maidana murieron por intoxicación con monóxido de carbono

Confirman que Asayag y Maidana murieron por intoxicación con monóxido de carbono
La hipótesis del accidente doméstico parece fortalecerse en el caso de la muerte del exdirector de Turismo Roberto Asayag y su compañero Fabricio Maidana, al conocerse ayer detalles del informe médico.
Según lo que se conoció del informe médico, las dos personas fallecieron por aspirar monóxido de carbono y según las primeras pericias no existirían signos de violencia en los cuerpos, como tampoco en la casa, por lo que todo indicaría que es un accidente doméstico, aunque las investigaciones seguirán su curso para dilucidar todos los detalles.

Sorprende los lugares en los que fueron encontrados los cuerpos, que al parecer se desvanecieron en acciones de la vida cotidiana, sin que se hayan percatado de nada. La causa está a cargo del Fiscal de Investigaciones 13 Lucio Gonzalo Otero.

El trágico hecho se conoció a la siesta del lunes, cuando personal doméstico llegó a la casa de Asayag en Las Palmas al 300 y se topó con el triste cuadro y alertó inmediatamente a la policía.

Aunque con las últimas novedades toma fuerza la hipótesis de un posible accidente doméstico, el fiscal Otero prosigue la investigación para dilucidar las causas de la fuga de monóxido de carbono.

Muerte dulce

Según los expertos, el monóxido de carbono es peligroso porque se trata de un gas que sólo se puede detectar por medio de sensores, puesto que es incoloro, inodoro e insípido, y puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados sin que los afectados se den cuenta, al caer en un estado de somnolencia que no da sensación de ahogo ni de asfixia, de ahí que se le llame la “muerte dulce”.

También se expone que en la mayoría de los casos las víctimas no se percatan de lo que está ocurriendo, y en el supuesto de que lo hagan la inhalación les provoca una parálisis en las piernas que les impide salir corriendo para buscar ayuda.

El monóxido de carbono se produce en la combustión de materiales, como butano, propano, gasolina, querosén, carbón, petróleo o madera.

Los aparatos domésticos --como estufas o calefones que utilizan esos materiales-- pueden producir escapes de monóxido de carbono si no están funcionando bien. Todo material combustible, ya sea gas, carbón o madera, necesita para arder oxígeno, pero cuando éste no llega en cantidades suficientes, por fallas en el proceso de quemado, la combustión es incompleta y se forma este peligroso gas. Ahí reside su potencia mortal.

De hecho, muchos de los afectados fallecen mientras duermen, sin siquiera percatarse de lo que está ocurriendo. Mueren por asfixia, pero sin sensación de ahogo. Si están despiertos, las víctimas suelen notar un ligero malestar, tan común como un dolor de cabeza que puede ir acompañado de algún vómito. Si lo confunden con una gripe o una molestia estomacal pasajera y optan por acostarse con la esperanza de recuperarse tras un sueño reparador, han firmado su sentencia de muerte: el siguiente paso es caer en un profundo sopor y, después, entran en coma y fallecen.

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