Claves para la inocuidad de los alimentos

Para el Día Mundial de la Salud, el próximo martes, la OMS propuso este tema debido a las graves consecuencias que genera.

Como todos los años, cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, en conmemoración de la fundación de la Organización Mundial de la Salud, y se elige un tema con el fin de destacar un área de acción prioritaria. Para 2015, se propuso: “La inocuidad de los alimentos”.

Este concepto hace referencia a todas las acciones destinadas a garantizar la máxima seguridad posible de los productos alimenticios, a fin de que, no provoquen daños en la salud. La existencia de alimentos insalubres representa un problema de salud pública: la presencia de bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas provoca numerosas enfermedades, que van desde la diarrea al cáncer, lo que genera 2 millones de muertes anuales, según la OMS.

Las interconexiones de las actuales cadenas alimentarias mundiales, hacen que los patógenos presentes en los alimentos de transmitan más ampliamente y a mayores distancias, aumentando la frecuencia de las enfermedades generadas por los alimentos y el número de lugares afectados por ellas. La rápida urbanización, también aumenta los riesgos, puesto que, los habitantes de las zonas urbanas consumen más comidas preparadas fuera de la casa, que pueden no ser manipuladas o preparadas adecuadamente.

La inocuidad alimentaria, es sin duda, una responsabilidad compartida; se debe trabajar a lo largo de toda la cadena de producción: desde los campesinos, fabricantes, vendedores y hasta los mismos consumidores, conociendo y realizando prácticas correctas a la hora de seleccionar, manipular y/o preparar alimentos.

Es por esto que, la OMS dio a conocer “5 puntos claves para la inocuidad de los alimentos”, ellos son:

1. Mantenga la limpieza: lavarse las manos antes y durante la preparación de alimentos, limpiar utensilios y superficies para manipular alimentos, protegerlos de mascotas o insectos.

2. Separar alimentos crudos de cocidos: se debe evitar el contacto, ya que, los alimentos crudos contienen microorganismos que se transfieren y contaminan los alimentos listos para su consumo. Por lo que, no se deben usar las mismas tablas, utensilios, recipientes, etc.

3. Cocine completamente los alimentos: la correcta cocción mata los microorganismos peligrosos, la temperatura de los alimentos debe ser 70°C en todas sus partes. Tener precaución principalmente con las carnes, pollo, huevo y pescado.

4. Mantenga los alimentos a temperaturas templadas: para evitar la proliferación de microorganismos no dejar los alimentos a temperatura ambiente por un lapso mayor a 2 horas. Mantener la comida refrigerada a 5°C, y la comida caliente a 60°C. no descongelar a temperatura ambiente, en heladera a 4°C.

5. Use agua y materias primas seguras: es fundamental prestar atención en la selección de productos crudos, tomar medidas de prevención con lavarlos o pelarlos. No utilizar alimentos después de su fecha de vencimiento.

Esta estrategia, contribuye a adoptar buenos hábitos de manipulación de alimentos, para que, todo el mundo, donde quiera que viva y cómo viva, pueda protegerse de las enfermedades producidas por alimentos.

Te pregustaste alguna vez: ¿Qué hay en tu comida? ¿De dónde vienen los ingredientes? ¿Fueron tratados de manera apropiada y segura de la granja al plato? .Debemos como consumidores asumir la responsabilidad a la hora de decidir acerca de nuestra alimentación, ya que, de pequeñas acciones dependerá la preservación de nuestra salud. 

PARA TENER EN CUENTA:

Alimentos susceptibles a la contaminación:

• Leche y derivados: Una vez abierto el envase, deben conservarse siempre refrigerados.

• Carne y pescado: Debe evitarse su consumo crudo o muy poco cocido y conservarse siempre en refrigeración. La carne picada debe consumirse el mismo día en que se pique. En cuanto al pescado, para comprobar que sea fresco, debe tener un olor agradable, suave, con un color uniforme, ojos esféricos y brillantes, piel tensa, escamas adheridas y cuerpo rígido y elástico.

• Aceites: No deben mezclarse los aceites de distintos tipos en la elaboración de los alimentos. Tampoco deberían reutilizarse más de tres veces. El aceite debe conservarse en un recipiente bien tapado y a temperatura ambiente.

• Harina, pan y pastelería: La harina debe almacenarse en lugares limpios, frescos y secos. El pan y los productos de pastelería deben manipularse con las manos limpias, ya que después estos alimentos ni se lavan ni se cocinan. No hay que utilizar papel usado, de periódicos o revistas para envolver el pan, sino papel destinado para ello.

• Frutas y hortalizas: Los que se consumen crudos deben lavarse siempre, se consuman con piel o sin piel. Deben limpiarse con un chorro de agua potable y sumergir durante 5 minutos con unas gotas de lavandina, si lo considera necesario. Los jugos de fruta naturales deben prepararse justo antes de su consumo.

• Agua y hielo. El agua debe ser siempre potable para elaborar comidas, lavar alimentos o utensilios. El hielo debe elaborarse con agua potable.

Lic. Florencia Córdoba. Nutricionista M.P. 3348. 

Integrante del programa "Vive Liviano". 

Miembro de Fundación Clínica de la Familia.

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