Chau Pinamar. Cariló quiere volver a Madariaga

Chau Pinamar. Cariló quiere volver a Madariaga
Desde 1978 Cariló forma parte del municipio cuya cabecera es Pinamar. Allí pertenece administrativamente por un Decreto firmado por el gobernador de facto Ibérico Saint Jean quien los alejó de su distrito de origen: General Madariaga. Desde hace 34 años, los habitantes de Cariló piden que se revea esa decisión y actualmente elaboran un proyecto de Ley para presentar en la Legislatura bonaerense. No quieren autonomía. Quieren regresar a Madariaga.
Desde hace años no son pocas las localidades que piden escisión de las cabeceras de sus distritos, o simplemente, fragmentar algunos municipios cuya cantidad de habitantes y extensión de tierras lo vuelven prácticamente ingobernable. Existen incluso, varios proyectos dando vueltas por la Legislatura bonaerense donde se plantea la autonomía de algunos territorios.

Sin embargo, existe sólo uno que pide ser restituido al lugar del que consideran, nunca debieron haber sido sacados.

En 1978 el gobierno de facto determina por Decreto Ley n° 9024 la creación de los “Municipios Urbanos” de La Costa, Pinamar, Villa Gesell y Monte Hermoso.

La Costa fue desprendida de General Lavalle; Pinamar y Villa Gesell de General Madariaga y Monte hermoso de Coronel Dorrego.

La historia relata que a pesar de existir reclamos de autonomía por parte de la comunidad gesellina, fue la empresa Pinamar S.A. quien logró que el gobierno de la dictadura militar terminara convirtiendo en realidad tal pedido. Y como debía disimularse que sólo era un acuerdo económico, se proclamó la autonomía del resto de las playas.

Además de diferencias de criterios en cuanto al desarrollo urbanístico, Pinamar había acumulado para con su cabecera de distrito, una abultada suma en materia de tasas por servicios generales que debían haber comenzado a abonar tras la prestación de servicios y apertura de calles que realizara General Madariaga. La deuda, mágicamente, se esfumó en la declaración de autonomía.

Comprendidas bajo la órbita de Pinamar quedaron desde ese momento también Cariló, Ostende y Valeria del Mar, localidades que se sumaron a la propiamente dicha Pinamar.

La creación de unas y otras también fueron diferentes.

Mientras Pinamar fue pensada con concepción económica e inmobiliaria (algo que al día de hoy sigue vigente) con gran predominio de la familia Shaw y la empresa conformada bajo el nombre de Pinamar S.A., Cariló fue un loteo que devino tras la iniciativa de la familia Guerrero quienes donde había médano imaginaron posible un bosque y comenzaron una forestación que hoy le vale la categoría de paisaje protegido.

A diferencia de Pinamar, Cariló nunca quiso convertirse en un boom inmobiliario. Allí prima el respeto por la naturaleza y las ansias de vivir en armonía con ella.

Las discrepancias entre la cabecera del municipio y Cariló son tan antiguas como la creación misma del distrito. Desde que se firmara el Decreto de manera inconsulta para el resto de la comunidad, los habitantes de Cariló dejaron en claro que ellos no pretendían autonomía, sino por el contrario, seguir perteneciendo a General Madariaga.

Obviamente no fueron escuchados y tampoco se tuvieron en cuenta sus deseos en los años posteriores.

Hace algunas semanas lo que en estos 34 años fue sólo una expresión de deseos comenzó a tomar forma de proyecto legislativo y pedir la restitución a Madariaga en el marco del resarcimiento de derechos no pareciera ser una utopía. Los habitantes de Cariló se reunieron con legisladores bonaerenses para plantear su posición y al no tratarse de un pedido de autonomía, sino de dejar sin efecto un Decreto Ley de un gobierno de facto el proyecto podría encontrar luz verde y Cariló podría volver a pertenecer a General Madariaga, una comuna que por otra parte, está dispuesta a recibirlos.

“General Madariaga, antes del 78, era un partido de alrededor de 300.000 hectáreas que tenía su cabecera en la localidad de General Madariaga y tenía ciudades pujantes e importantes como Pinamar y Villa Gesell. En 1978, durante el Proceso de Reorganización Nacional y con Ibérico Saint Jean como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires se decretó la Ley 9.024 que dividió a Madariaga. Y de allí en adelante, los vecinos de Cariló, con mucho más énfasis durante las décadas del ochenta y noventa, intentaron volver a ser parte de General Madariaga. En esa situación, diríamos que la dirigencia política de Madariaga acompañaba a cada uno de sus reclamos”. Quien relata la historia de la zona es Adrián Mircovich, actual Subsecretario en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y pesca de la Nación y ex Intendente de Madariaga.

Quien hoy ocupa el sillón de la Intendencia en los pagos de Argentino Luna es Cristian Popovich, y su administración rubricó un acta compromiso con los vecinos de Cariló dejando constancia de que si el proyecto prospera, Madariaga está dispuesta a recibirlos.

“Hemos atendido a vecinos de Cariló quienes plantearon lo que vienen expresando ya desde hace más de treinta años, que es la necesidad de pedir que se revise o rectifique un Decreto Ley de un Gobierno de facto. Si se diera la posibilidad de presentar el proyecto de ley ante la Legislatura provincial nuestra administración va a acompañar a los vecinos para recibir nuevamente una localidad que en su momento fue cercenada sin consulta”, sostiene el Jefe comunal.

El día a día

Más allá del resarcimiento de derechos, las diferencias entre Cariló y Pinamar se hacen notar también en la coyuntura diaria.

La comuna pinamarense ostenta el récord de Intendentes destituidos en su corta vida democrática y los vecinos que piden regresar Cariló a Madariaga son declarados personas no gratas por parte de los ediles de Pinamar.

Miguel Anzel, integrante de la Sociedad de Fomento de Cariló es uno de quienes se ganó tal distinción, aunque para él “es un elogio”.

“Que me consideren persona no grata es un elogio. Quiere decir que me consideran diferente a ellos y eso es bueno”, les responde con sarcasmo.

Anzel explica además: “consideramos que Pinamar tiene una administración que ha sido prologada en el tiempo y se ha agotado en sí misma; y a posteriori de esa administración hubo una administración de fallidos con intendentes destituidos, intendentes interinos. Ahora nuevamente estamos con un interinato, estamos en una condición política que a Cariló lo ha dejado no solamente ya no protegido, sino que como el patio del fondo”.

“El interés que tiene el gobierno del partido de Pinamar por Cariló es aquello a lo que le reporta en cuanto a su recaudación, no devuelta en absoluto en aquello que nosotros queremos, que es vivir en armonía con la naturaleza, tener calles de tierra pero bien cuidadas en las cuáles podamos circular, tener limpieza, no tener ramas tiradas por todos lados y no tener siquiera la atención de los servicios básicos esenciales como deberíamos tenerlo”, afirma.

Por caso, Cariló no cuenta con destacamento policial; tiene bomberos sólo en verano, no hay sala de atención primaria de salud, el único médico que reside allí atiende de forma particular y tampoco hay colegios. Pero peor que la falta de servicios es para los vecinos el descuido y la poca importancia que Pinamar le da a lo que ellos consideran sagrado: su bosque, su paisaje.

“Hemos estado en una permanente lucha contra las autoridades municipales y hemos tratado de consensuar, pero es imposible”, relata Eloy Lesca, presidente de la Sociedad de Fomento.

Por su parte, Mónica Díaz, otra vecina de Cariló sostiene: “Tenemos tantos papeles presentados que podríamos empapelar el partido y no hemos recibido ni respuestas y menos las soluciones, por ejemplo para ingresar a Cariló las calles están desastrosas, no hay un mantenimiento, no hay un ejercicio continuo sobre el paisaje”.

“Todos estos incumplimientos que venimos soportando desde hace muchísimos años, la anomia reinante, nos ha puesto en un papel muy feo para el habitante, porque estamos siempre en la lucha, en pelea, a la defensiva, a ver qué nos va a pasar acá adentro porque es una constante el no cumplimiento de la norma y el permiso que la misma municipalidad otorga a todas esas violaciones a la ley y a la ordenanza de Cariló”, cuenta Mónica.

En tanto, Anzel remarca que “es una absoluta falacia decir que la localidad está en el estado que está porque sus habitantes han querido vivir como los indios, no. Nosotros queremos vivir en armonía con la naturaleza que no es vivir en estado de destrato”.

El derecho a opinar

De todos modos, el eje del reclamo no es la falta de servicios. Esto, en tal caso, acentúa la idea de que para Pinamar, Cariló nunca fue una prioridad ni compartieron con ellos su modo de vida y de planificación urbanística. Algo que en cambio consideran que tienen con Madariaga, con quienes los unen lazos de historia, de pertenencia y hasta de admiración frente a una comuna que ha sabido ser ordenada, previsible, respetuosa y con Intendentes que cuentan con la aprobación de casi toda la comunidad.

“Esto no es una cuestión coyuntural. Abogamos porque Pinamar solucione su situación política, pero el pedido de los vecinos de Cariló pasa por una cuestión más importante que son los derechos cercenados en su momento, y la necesidad en los habitantes de esa localidad de que un gobierno democrático revise esa normativa; algo que vienen solicitando desde hace 34 años”, explicó el mandatario de Madariaga.

Miguel Anzel aclara además, que “Cariló a diferencias de otras localidades que fueron pasadas por el benemérito gobernador de facto, fue la única que en repetidas oportunidades se manifestó en contra de separarse de Madariaga, desde el origen, desde el mismo momento en que la separación se produjo sin consulta a ningún vecino, de ahí hacia acá, ha habido varios intentos en los ‘80 y en los ‘90 de vecinos de Cariló queriendo integrarse o reintegrarse nuevamente a Madariaga”.

El eje del pedido es que se escuche a quienes nunca quisieron ser separados. Y que se revise una decisión tan poco democrática como el gobierno que la firmó.

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