El Chalet Huergo y su jardín, monumento histórico nacional

El Chalet Huergo y su jardín, monumento histórico nacional

La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, declaró monumento histórico nacional al Chalet Huergo y también a su jardín. Tal declaración es tan fundamental que admite la declaración directamente por decreto, además del paso por Diputados. El expediente ya se tramita en la Cámara y rige la prohibición de alterarlo.

La declaratoria obtenida es la de mayor rango que otorga la Comisión. Para Comodoro Rivadavia sería el primer monumento histórico a nivel nacional, y a nivel provincial, el quinto, con el agregado de la consideración sobre los jardines.

Un monumento histórico es, de acuerdo a la definición de la Comisión, “un inmueble de existencia material, construido o edificado, donde tuvieron origen o transcurrieron hechos de carácter histórico, institucional o ético espiritual, que por sus consecuencias trascendentes resultan valiosos para la identidad cultural de la Nación, o bien sus características arquitectónicas singulares o de conjunto, lo constituyen en un referente válido para la historia del arte o de la arquitectura en la Argentina. Su preservación y presencia física –comprendido su entorno– tiene por finalidad transmitir y afirmar los valores históricos o estéticos que en ese bien se concretan”.

Comodoro cuenta con bienes históricos nacionales como el Teatro Español, el Museo Nacional del Petróleo, la Estación del Ferrocarril y la Usina del Puerto, y con la declaración nacional se pone definitivamente en valor al Chalet como símbolo de la empresa estatal, la YPF histórica.

Ya que si a simple vista el Chalet fue sólo un hospedaje exclusivo –junto a su jardín– durante 80 años, se puede trazar, a partir de sus huéspedes, parte de una historia política y económica –con vinculación directa a la explotación del petróleo– del país.

 

SOBRE EL CHALET

Su construcción en 1919 coincide con la transformación de la explotación fiscal en la primera empresa estatal de petróleo del mundo, es decir, con la reorganización de la Dirección General de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).

En tanto, su modernización y ampliación en 1941, fue de la mano con la consolidación de la empresa y del modelo ypefiano. En esta época comienza una primera etapa de parquización alrededor del distintivo edificio, siendo la década del ’70 la que dará a luz al jardín de cinco hectáreas que hoy conocemos. Un parque diseñado y construido en un suelo de estepa, que se vio embellecido por las obras de arte realizadas por el artista italiano Bruno Pieragnoli, vinculadas a la actividad y el trabajador petrolero.

Con la privatización de YPF en la década del ’90, este conjunto fue cedido al municipio el cual decidió abrirlo al público por primera vez en 2003, creando un Museo que pone en valor su rica historia, aunque el mismo funciona hoy como una muestra reducida en una sala del Ferroportuario, luego de que a consecuencia de un incendio en abril de 2010 se cerrara el mismo y nunca más fuera restituido.

El edificio tiene un estilo pintoresquista, fue construido en piedra y hormigón con mampostería de ladrillo revocado y terminaciones en madera, con una cubierta de techo con pendientes quebradas.

Su gran jardín le da un marco único y enfatiza su privilegiada panorámica visual frente al mar y rodeado de los cerros Chenque y Viteau.

 

JARDIN HISTORICO EN PLENA PATAGONIA

De acuerdo a la Carta Internacional de Florencia (1981), avalada por la Argentina, “un jardín histórico es una composición arquitectónica y vegetal que, desde el punto de vista de la historia o del arte, tiene un interés público”, y como tal, es considerado un monumento. Además, tiene carácter de testimonio de una cultura, de un estilo, de una época y, en ocasiones, de la originalidad de un creador artístico.

El jardín del Chalet Huergo se ubica en esa lógica de un parque de naturaleza paisajística, ya que fue construido y diseñado, y dado su tamaño (cinco hectáreas) y su variedad arbórea, no se trata de un jardín menor. Si está unido a un edificio, como es su caso, forman un complemento inseparable.

“Por su naturaleza y vocación, el jardín histórico es un lugar apacible que favorece el contacto humano, el silencio y la escucha de la naturaleza”.

Y por esto, debe ser conservado en un entorno apropiado. Toda modificación del medio físico que ponga en peligro el equilibrio ecológico debe ser proscripta. Si bien todo jardín histórico está destinado a ser visto y recorrido, su acceso debe ser restringido en función de su extensión y su fragilidad, de forma que se preserven su integridad física y su mensaje cultural. “Es importante comprender que el parque-jardín del Chalet no es una plaza ni un parque público, es un jardín histórico y un paseo cultural”.

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