El cerro se vistió de celeste y blanco

El cerro se vistió de celeste y blanco
Con miles de banderitas argentinas, las familias llegaron de todos los rincones de San Juan y de otras provincias a compartir el cierre de la Fiesta del Sol.
Desde las 17 y con el sol aún en lo alto de la tarde, el clásico cerro del Autódromo se fue colmando lentamente y pintando de celeste y blanco con miles de banderitas en mano de los presentes que iban ingresando por los diferentes accesos.

Las familias llegaron desde todos los departamentos de la provincia y de algunos puntos del país como Mendoza, San Luis, Córdoba, La Rioja y Buenos Aires. De a poco fueron colmando el lugar hasta que el sol se despidió pasadas las 20.30.

Algunas con carpas, otras con reposeras, mesas, sillas, lonas y hasta toallas improvisadas, las familias vivieron un espectáculo diferente desde lo alto de un marco natural imponente. Pero la distancia no fue impedimento para disfrutar la previa, ya que muchos contaban con binoculares vendidos para la ocasión y no perderse ningún detalle.

El mate fue el mejor compañero de la mayoría. Algunos como los integrantes de la familia Castro llegaron con bizcochuelo hecho en casa, galletitas y medialunas. Otros, más equipados llegaron con conservadoras repletas de sanguchitos de fiambre y milanesa, gaseosas y cervezas.

Este año no fueron de la partida los clásicos asados por la prohibición vigente desde hace un par de años. Sin embargo, el color anaranjado y el humo acostumbrado, fueron reemplazados por miles de banderitas celestes y blancas que decoraron de argentinidad el cerro.

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