La cercanía electoral impulsó la concreción de obras en diversos sectores

Al igual que en el resto del país, la proximidad de los comicios ha hecho que proyectos que se encontraban a medio realizar y otros incluso en carpeta aceleraran su ejecución para su pronta exhibición. Esto sucede con trabajos financiados por todos los estamentos de gobierno: nacional, provincial y municipal.

Estamos en campaña, con lo mucho de bueno y algo de malo que ello conlleva. Lo negativo es a veces palpable, como la suciedad que se produce en la ciudad con pegatinas, pasacalles y panfleteadas, y otras veces imperceptible pero altamente perjudicial, como la parálisis que sufren algunas instituciones de gobierno porque sus funcionarios se abocan al proselitismo y dejan sus puestos, también las dilaciones para tomar decisiones de imperiosa necesidad por el temor al efecto que tendrán en la sociedad cuando emitan su voto. El paradigma de esta realidad que se repite cada dos años es el Congreso Nacional y, en menor medida, las legislaturas provinciales y concejos deliberantes.

Lo positivo salta a la vista: la reedición continua del ejercicio democrático de elegir las autoridades en un marco de libertad y pluralidad, y el aceleramiento de la obra pública por parte de los partidos que gobiernan, que ven en esta vía la manera más plausible de hacer campaña.

Gracias a los tiempos electorales, importantes emprendimientos que podrían demorar meses y hasta años en ver la luz, son presentados a la sociedad para su uso y disfrute.

En algunos casos se trata de intervenciones que responden a reclamos de larga data, puntualmente desde el anterior proceso eleccionario, en este caso de 2011.

En Pergamino, la repavimentación de la avenida Juan Manuel de Rosas, proyectada para concretarse tiempo atrás con recursos logrados mediante un préstamo que iba a otorgar el Ministerio de Economía provincial, es un claro ejemplo que son siempre fructíferos los períodos preelectorales en materia de obra pública dado que el Municipio decidió concretar las mejoras apelando a las arcas comunales, es decir que no se volvió a criticar al Estado bonaerense, que nunca giró los fondos necesarios para reparar este acceso a la ciudad.

También la climatización del natatorio ubicado en el Parque General San Martín era un pedido al que se respondió oportunamente con una promesa. Al margen de cuáles hayan sido en su momento los motivos que ocasionaron las sucesivas interrupciones en el proceso licitatorio, el hecho de que hoy estemos a días se su inauguración habla tanto de una respuesta concreta para deportistas y personas que necesitan de este espacio para su rehabilitación como de un óptimo logro para exhibir. La Provincia se iba hacer cargo en un primer momento de esta obra, pero nunca se entregó el dinero por lo que el Municipio, a instancias del intendente Héctor Gutiérrez, agilizó en los últimos meses las partidas para darle forma a este lugar.

En todos lados

En materia de reclamos, en los últimos meses fueron permanentes los pedidos por las reparaciones de calles ya que no sólo las arterias de los barrios periféricos tenían baches sino que las principales avenidas mostraban una falta de mantenimiento importante y los pozos complicaban, y mucho, la normal circulación de los vehículos. Los planes de la Municipalidad se hicieron públicos mediante licitaciones rápidamente otorgadas a las empresas que cumplieron los requisitos; de un día para el otro aparecieron los carteles en distintas zonas de Pergamino que indicaban la presencia de cuadrillas trabajando en el rellenado de baches o, en su defecto, en la repavimentación de arterias que, de no ser “año impar”, hubieran tenido que esperar un tiempo más.

La inauguración del puente en calle J. J. Valle, sobre el arroyo Chu-chú es otra de las intervenciones que se “agilizaron” en este último tiempo y a la presentación del mismo no faltaron precandidatos ni funcionarios que acompañaron a las autoridades a realizar el tradicional corte de cinta. Es evidente que este emprendimiento contribuye al mejoramiento de la integración de la ciudad en la zona oeste ya que los vecinos del sector habían pedido este paso vehicular y peatonal desde hace tiempo. Y si bien la obra empezó a ejecutarse el año pasado, la apertura se demoró hasta estos días.

Para la posteridad

Sin dejar de ponderar las obras antes señaladas, no se puede menos que observar el momento elegido para la inauguración de esos emprendimientos, en plena época electoral. La habilitación de la gran obra pública en tiempos de campaña política es una gran tentación para cualquier político con pretensiones electorales y si algo bueno podemos sacar de ello es que más allá del rédito personal o partidario, las ejecuciones son necesarias y quedan para la sociedad una vez pasadas las elecciones.

Es lógico y legítimo que esto suceda y no deja de ser algo bueno, prescindiendo de las lecturas posibles.

Pero mejor sabor tienen aún en aquellas obras que iniciadas por un gobernante, son inauguradas por otro. Esto permite apreciar la grandeza de un estadista, que es capaz de generar acciones superadoras de la coyuntura. En esta línea de pensamiento, los pergaminenses seguimos esperando un gesto de estadista de nuestros mandatarios nacional y provincial, como argentinos y bonaerense que merecemos la programación y puesta en marcha de obras para la ciudad, deponiendo cualquier interés sectorial y poniendo por encima los intereses de todo el colectivo; que en los nuevos paquetes del Estado nacional figuren proyectos de auténtico impacto en la población, independientemente de que en el ámbito local sean ejecutados por un funcionario de un partido opositor. En relación a esto, hay que pensar en las impostergables obras hídricas de mayor o menor escala que ayuden a reducir el impacto de las lluvias en la ciudad. Asimismo los planes de vivienda son otra de las cosas que necesitan los pergaminenses aunque pareciera que es imposible que lleguen a Pergamino iniciativas públicas para paliar el déficit habitacional, y por más que 2013 sea un año electoral, no habrá que ilusionarse con este tipo de obras ya que las mismas “pasan” de largo recayendo en localidades vecinas que tienen funcionarios del mismo signo político que el Gobierno nacional.

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