Cautela en el abordaje político de la tragedia

El Deliberante capitalino se prepara para ser la caja de resonancia política –por ahora, será moderada- de la tragedia del supermercado, después del primer impacto y mientras paralelamente la justicia hace su trabajo.
Los bloques de los distintos partidos representados en el poder legislativo municipal comienzan una instancia de averiguación sobre la eventual responsabilidad de funcionarios, que pasarán por el interrogatorio de los concejales: Ricardo Jorge Amerio, subsecretario de Obras Públicas, y Sergio Rivas, subsecretario de Planificación Urbana, son los directamente involucrados en el tema.

Este lunes, anticipó su posición el UNE, con Mariano Mansilla como voz cantante. El concejal se mostró cauto, prudente, y dijo que la labor del Deliberante será establecer si hubo o no responsabilidad concreta, directa o indirecta, de algún funcionario en la situación que precedió al derrumbe y a la tragedia que provocó siete muertes. El resultado de esta tarea tendrá como consecuencia la continuidad o la remoción de funcionarios.

Lo que digan los funcionarios, y lo que establezcan los concejales con la documentación aportada por el Ejecutivo, irá por un carril casi acotado a lo administrativo. Lo único que puede romper esa rutina de control democrático sería la intención política de avanzar en una movida que cuestione en definitiva al propio intendente Horacio Quiroga. Pero no parece ser esta, al menos en la instancia de esta semana, la intención.

En el Concejo se tiene como punto a ser esclarecido fundamentalmente el pedido de ingresar a la moratoria para declarar obras que hiciera el empresario Néstor Guerrero y el arquitecto Diez, dos de los imputados en la causa judicial, actualmente detenidos y con la excarcelación negada en primera instancia.

Ese trámite es el único que vincula la posibilidad de alguna responsabilidad municipal en el tema, y por ende será profundizado por los bloques.

La otra cuestión es más general, y tiene que ver con eventuales medidas a futuro. Desde el UNE, por ejemplo, se evalúa que no corresponde que las obras sean controladas por el Colegio de Arquitectos, en función de un convenio que hiciera en su momento el Municipio. La interpretación es que se pone al zorro a cuidar el gallinero, aunque no se lo diga en estos términos para no caer en lo peyorativo.

El tema remite inmediatamente a la capacidad de control efectivo que tiene el Municipio sobre las obras en construcción, lo que a su vez direcciona la cuestión a la cantidad de inspectores y empleados que están a disposición de ese control sobre las edificaciones que se emprenden en la capital neuquina.

Según se interprete este punto y su importancia, habrá o no cambios, ya que hay sectores que opinan que los inspectores, por ejemplo, son pocos (menos de una decena), y otros que relativizan este tema de la cantidad, para poner el énfasis sobre la calidad del control y la automatización, incluso informática, de la cuestión.

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