Alejandro Pachao, padre de Diego Pachao, quien falleciera tras ser brutalmente golpeado por policías en la comisaría Séptima, realizó una nueva presentación ante los investigadores de la causa, argumentando las fuertes contradicciones de un testigo clave de la causa.

Se trata de una enfermera que atendió al joven Pachao, luego de que los policías decidieran pedir ayuda médica tras caer en la cuenta de la situación crítica de salud en la que habían dejado al joven tras golpearlo.

La enfermera, identificada con el apellido Arce, participó de una de las cámaras ocultas que realizara Pachao, como parte de su investigación personal y paralela a la instrucción de la causa que llevaban adelante los fiscales especiales.

En esa cámara oculta, la enfermera daba la razón a Pachao con respecto a uno de los puntos clave de la situación que, posteriormente se argumentó, fue decisiva para la muerte del muchacho. Uno de los ejes de la investigación se centró en dilucidar la raíz de dos heridas en la cabeza del joven fallecido.

Según se estimó, una herida de vieja data que se reabrió como consecuencia de los golpes fue el detonante del fatal desenlace posterior. Sin embargo, la enfermera explicó, durante la grabación de la cámara oculta, que el joven Pachao exhibía en realidad dos heridas bien diferenciadas. Una, efectivamente de vieja data, en la parte frontal de la cabeza, y otra, mucho más reciente, en la parte posterior del cráneo.

Esta última sería una de las pruebas de la brutalidad de la golpiza que sufrió el joven a manos de los efectivos que estaban de guardia en la comisaría Séptima.

Este diagnóstico también contaría, según entiende la querella de la causa, con otro testigo que apuntala la versión de la segunda herida determinante. En su momento, también el doctor Manzi, especialista en la materia, dio su parecer al testificar que el origen de la herida principal se remontaba a pocas horas atrás en el tiempo, cuando Pachao todavía estaba detenido.

La contradicción

El eje de la presentación de la querella de los Pachao, representada por el abogado José Furque, radica en que, al momento de presentarse a declarar formalmente para que su testimonio quedara registrado en el expediente de la causa, la enfermera dijo todo lo contrario a lo que había afirmado previamente en la cámara oculta que filmara Pachao.

Para los querellantes, esta circunstancia significa un ocultamiento de información clave para el avance de la causa y por esta razón instaron a los investigadores a tener en cuenta las contradicciones entre el testimonio formal y lo dicho antes por la enfermera, material que fuera entregado, en soporte magnético, como parte de la evidencia del caso.

La madre de los imputados

En la presentación formulada, la querella señala otra circunstancia que consideran de capital importancia para el devenir de la investigación.

Según la querella, la madre de los dos imputados de apellido Leiva -ambos acusados por homicidio preterintencional- se entrevistó con los padres de Diego Pachao y en ese momento les habría confesado las verdaderas circunstancias en las que se vieron envueltos los dos jóvenes en la jornada del domingo 11 de marzo de 2012.

Ambos imputados se abstuvieron de declarar en su momento y, de acuerdo con la querella, no relataron el verdadero hecho que le habrían confesado a su madre con respecto al grado de participación que tuvieron en el hecho.

Por esta razón, la querella decidió pedir formalmente que la madre de los imputados declare en el marco de la causa, para ratificar los dichos que vertiera en la citada entrevista con los Pachao.

En forma previa, la querella también había pedido que declarara un testigo que estuvo en la celda con Diego Pachao el día del homicidio.