Caso Ilarraz: cabos sin atar tras dos meses de investigación

Caso Ilarraz: cabos sin atar tras dos meses de investigación
El sacerdote acusado de abuso de menores vive en la casa de su hermana en Tucumán. En la causa ya han declarado una veintena de personas, entre testigos y denunciant
La denuncia contra el sacerdote Justo José Ilarraz por abuso de menores que iniciaban la carrera religiosa en el Seminario Arquidiocesano de Paraná cumplió dos mes en la Justicia.

La investigación judicial comprende el período que va desde 1985 a 1993, años en que Ilarraz fue prefecto de disciplina, confesor y director espiritual de los estudiantes, entre ellos seis que hoy lo denuncian por abuso sexual.

En la causa ya han declarado una veintena de personas, entre testigos y denunciantes. En su mayoría son: curas, exsacerdotes y exseminaristas. Una sola de las personas citadas a declarar no conocía de los abusos en el seminario, el resto sabía algo, ya sea porque una víctima se lo contó o por comentarios de terceros. El caso dejó al descubierto una cadena de complicidad y ocultamiento que afecta directamente al cardenal Estanislao Esteban Karlic y al actual arzobispo, Juan Alberto Puiggari. Tanto Puiggari como Karlic fueron las primeras autoridades de la Iglesia que conocieron las denuncias de abuso sexual de menores en 1993, pero no hicieron la denuncia ante la Justicia. Esto se desprende de la documentación aportada por la Iglesia y de los dichos de las seis víctimas.

Críticas a los medios

Colegas del cura Justo José Ilarraz, que conocían de los abusos, lo defienden en las redes sociales y acusan a los medios de tergiversar la información e inventar. Estos sacerdotes omiten decir que Puiggari reconoció en el comunicado emitido el 13 de setiembre los abusos. También olvidan mencionar que en la investigación diocesana presentada por Puiggari, pero firmada por Karlic, se decreta que Ilarraz no puede venir o permanecer en la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas. Esta medida fue tomada por Karlic producto de la existencia de cuatro declaraciones contra el cura. Sin embargo, nada llegó a la Justicia y se mantuvo oculto durante 20 años.

Puiggari muy comprometido

Un exseminarista, que cursó desde 1988 a hasta 1995 en el Seminario Arquidiocesano, declaró el lunes ante el juez Grippo y aportó datos que comprometen a Puiggari. Otra vez un testigo relata que le contó al actual arzobispo de Paraná, que en aquella época estaba en el Seminario, sobre los abusos sexuales que supuestamente cometía el cura Ilarraz.

El testigo que en la actualidad es un profesional hizo algunas manifestaciones sobre hechos vivenciados personalmente con el padre Justo. Pero además explicó que por escrito le contó a Puiggari sobre los episodios.

“Él recibió de su parte algunos besos y caricias”, informó a canal Once Milton Urrutia. “Ante una muy buena pregunta del agente fiscal, él respondió que el sacerdote había avanzado con sus manos sobre sus genitales. También narró hechos que una de las víctima le contó, como por ejemplo que el padre Justo hacía algunos derrames en el pecho de uno de los jóvenes”, contó el abogado. Asimismo, Urrutia consideró como “un hecho revelador” que “su testimonio compromete al actual arzobispo Juan Alberto Puiggari, puesto que el mismo le habría solicitado que narre hechos “anormales” vivenciados por Ilarraz con menores. Él se lo narró por escrito y ese manuscrito no está en la investigación diocesana”. Urrutia precisó: “La causa sigue con un testimonial el jueves, además de las periciales psicológicas y psiquiátricas a los jóvenes. Aguardamos que el juez fije la fecha para la pericial psicológica y pericial al padre Justo, como así también para su declaración”.

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