Miles de jujeños y turistas llegados de otras provincias y extranjeros participaron ayer del desentierro del Diablo del Carnaval en los pueblos ubicados en la Quebrada de Humahuaca, que parecen detenidos en el tiempo.
Este año, el pueblo de Maimará, apenas con un puñado de habitantes pero con una larga tradición carnavalera, explotó con esta fiesta en la que se rompen fronteras sociales con la participación de propios y extraños, que se suman el festejo.
Ayer, cuando la agrupación Casastchok, que cumplió 43 años, desenterró el Pujllay o Diablo del Carnaval en el mojón, a unos 50 metros de la iglesia del pueblo, largó la fiesta hasta el próximo fin de semana, convirtiendo al personaje en el eje central de la festividad.
Es que por lo menos dos meses antes, los lugareños comenzaron a preparar sus disfraces, en todo el norte jujeño.
Enteritos de tafeta roja con apliques amarillos, verdes, morados, cuando no dibujos, lentejuelas, canutillos, perlas, y el casco con cuernos, cascabeles y reflejos de pequeños espejos pegados en la tela, son usados por quienes no dejan caer la diversión, ya que a quienes ven sentados mucho rato, les pegan amablemente con la larga cola para que sigan bailando.
Los integrantes de Casastchok sacaron al diablito de tela del mojón, a unos 50 metros de la iglesia del pueblo, enfloraron el lugar y largaron la fiesta con el estandarte y la planta de maíz adelante, dando inicio a la fiesta más popular de la provincia.
Javier Quispe, presidente de la agrupación, comentó que “todo en el pueblo gira alrededor del festejo y los bailes se realizan en el patio de la Escuela Industrial”.
“Para hoy tenemos más de mil litros de Saratoga”, elaborado con frutas frescas como manzana, peras, ciruelas, limón y alcohol, que se traduce en bebidas como ginebra, vodka y anís.
Cada agrupación y comparsas como Los Ácidos, Avenida de Mayo o Cerro Negro van a salir con sus banderas ricamente bordadas, marcando presencia como “los calaveritas”, los chicos de Casastchok, que tienen su desentierro iniciático en el carnaval.
En Maimará no se podía caminar por los grupos bailando y cantando en las calles -Belgrano, San Martín, Libertad, Sarmiento-, ni encontrar alojamiento, apelando los visitantes a las carpas.
Jorge Quispe, presidente del Fortín “Posta de Hornillos” de Maimará, expresó que el carnaval es “a pura música nuestra, todo folclore” y la presencia de sus integrantes responden a “invitaciones”.
Bárcena, Volcán, Tumbaya, Purmamarca, Tilcara, Humahuaca: los pueblos quebradeños están que arden con el carnaval, lo mismo que Puna arriba con Abra Pampa, La Quiaca y Yavi, pegaditos la frontera con Bolivia.
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