En canoaje, la Argentina busca otra medalla

Miguel Correa y Rubén Rézola llegaron a la final de k2 200m tras haber terminado terceros en su serie; hoy, desde las 6.40, lucharán por la primera presea de la disciplina en un juego
Hace tiempo que el agua parece sentarles bien a los representantes argentinos. Ayer el yachting consiguió subirse al podio (ver Pág. 12) y hoy el canoaje buscará una medalla inédita en la disciplina. Miguel Correa y Rubén Rézola ganaron ese privilegio tras haber terminado terceros en las semifinales de K2 200m. Cuentan que el objetivo primario está cumplido, pero también que ahora buscan un premio mucho más suculento. La carrera decisiva será a las 6.45 de la Argentina, entre palas que salpican y generan agitación incluso a la distancia.

"Todos los finalistas son muy parejos. Puede pasar cualquier cosa. Dependerá de cómo se levante cada uno", resumió Rézola, según la agencia DPA. Los argentinos hicieron 33s105/1000 y pelearán palmo a palmo con Rusia (32s051/1000), con Yury Postrigay y Alexander Dyachenko, y con Gran Bretaña (32s940/1000), con Liam Heath y Jon Schofield, que triunfaron en la serie. Los otros favoritos serán Bielorusia (32s641/1000), con Raman Piatrushenka y Vadzim Makhneu, y Alemania (32s662/1000), con Ronald Rauhe y Jonas Ems.

Los argentinos avanzaron poco a poco. Tanto en los movimientos como en el reloj, en el que mejoraron el tiempo de la primera rueda en 518/1000. Así se sacaron enseguida las dudas por los altibajos en el Campeonato Mundial de Szeged, en Hungría, donde terminaron novenos. Otra de la carta de presentación de Correa y Rézola fueron los Juegos Panamericanos de Guadalajara, donde se llevaron la medalla plateada.

"Uno siempre se imagina ganando todo. Mientras podamos dejar todo y, con cualquier resultado, sentirnos vacíos, vamos a estar contentos porque no nos guardamos nada. Va a ser parejo, pero Rusia tiene un bote muy rápido. Vamos a ver cómo se siente cada uno de los ocho finalistas", explicó Correa.

Cada uno llegó con su historia a cuestas. A Miguel no quedó otra que afirmarse como palista: nació en Río Negro y su hermano es nada menos que Javier Correa, emblema de este deporte y presidente de la Federación Argentina de Canoaje. Fue bien distinta la historia de Rézola. Rubén se guió por el instinto en su Santa Fe natal. Siempre le gustó el agua hasta que, alentado por su familia, decidió ver de qué se trataba la disciplina que desde chico le imantaban los ojos.

Antes de la competencia, Rézola había definido los parámetros. "Tenemos el piso de 32 segundos; 33 es malo; con 31 podemos lograr alguna medalla", dijo. Y Correa lo ratificó ayer: "Si podemos mejorar un poco los tiempos, estaríamos felices porque entraríamos en la zona de las medallas. Será difícil porque los europeos tienen un nivel superior".

Miguel y Rubén suelen definirse casi al unísono. En varias entrevistas hablaron de características parecidas en los movimientos, de contexturas físicas similares y, pese a los defectos por pulir, de idéntico deseo de superación y progreso. Tal vez por eso se llevan tan bien y se mueven tan sincronizados en busca de la meta.

"Meter un bote de equipo en la final es algo histórico para nuestro deporte. Es un poco el camino que teníamos que hacer en estos Juegos Olímpicos. Ahora vamos a ver qué pasa el día decisivo", sentenció Correa. El canoaje tratará de ganarse un lugar ilustre con la primera medalla en un Juego Olímpico. Hasta ahora sólo cuenta con dos diplomas, logrados por Javier Correa en Sydney 2000 (5° puesto) y en Atenas 2004 (8°). Y quién le dice que tal vez hoy consigan en cualquier escalón del podio el lugar más alto de la historia.

ASOMA EL FAVORITO: RUSIA

Ni bien terminó la prueba, el entrenador del equipo argentino, Diego Angione, habló sobre las posibilidades de Miguel Correa y Rubén Rézola en la final de K2 200m. "Rusia es el máximo candidato, pero el resto de las embarcaciones se encuentra en un nivel similar. La medalla es complicada, pero podemos ilusionarnos. Estamos muy orgullosos por la actuación de los chicos", afirmó, según Télam.

"FUE PERFECTO"

Así opinó Javier Correa, hermano de Miguel

DORNEY (De un enviado especial).- Las repercusiones llegaron rápido desde Buenos Aires. Y fue Javier Correa, hermano de Miguel y hasta ayer único finalista olímpico -quinto en Sydney 2000, en K1 1000m-, el que opinó sobre la tarea de los argentinos. "El gran objetivo era llegar a la etapa decisiva y fue todo perfecto para conseguirlo. No se equivocaron en nada y por eso están entre los mejores del mundo. Trabajaron en los detalles técnicos, como la partida, y en el sostenimiento de la velocidad", dijo Javier, presidente de la Federación Argentina de Canoaje, en Radio Noticias, de Río Negro.

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