La reciente reunión del Consejo Federal de Salud que se realizó en nuestra capital y que contó con la asistencia de los funcionarios más importante del área, incluido el ministro de Salud de la Nación, trascendió el marco propio del debate al anunciarse que se anticiparán los planes preventivos para luchar contra el dengue, zika y chikungunya, enfermedades virales que tuvieron a mal traer a gran parte del sistema de salud y de la vida de miles de argentinos. Los ministros y expertos reconocieron que se confirma la disminución de los casos, aun cuando se reconocen oficialmente la existencia de unos 15.000 casos sólo de dengue, diseminados en 21 de las 24 provincias en las que se detectó la presencia del Aedes Aegypti, el mosquito capaz de portar distintas enfermedades, entre ellas el dengue, zika y la chikungunya, las tres patologías que se plantean como amenazantes hoy en la Argentina.

El director nacional de Epidemiología de la Nación, Jorge San Juan -la principal autoridad en la gestión de la epidemia- se mostró optimista y preocupado a la vez por la situación, cuando reconoció que el avance de estas enfermedades obligó al todo el sistema de salud a modificar las pautas de trabajos: “Vamos a hacer brigadas para que vayan viendo las viviendas cuanto antes, no queremos salir como en la temporada pasada en plena epidemia, sino antes de que comiencen a aparecer los casos, porque desgraciadamente vamos a tener dengue, chikungunya y, más preocupante que todas, zika”, advirtió el infectólogo.

Asi, son los alcances del virus del zika, cuyo brote se dio en el último verano en toda nuestra región, son los que mas preocupan a los sanitaristas, toda vez que para controlarlo se requieren tratamientos más onerosos que los que derivan de las otras infecciones, a tal punto que pueden complicar todo el sistema de salud y colapsar las capacidades de las terapias intensivas disponibles. Los expertos ratificaron que unos 30 casos de zika fueron confirmados en el país, y que -extrañamente-, de esa cantidad, 23 se reportaron en Tucumán, razón por la que se buscará todas las jurisdicciones buscarán desarrollar una campaña más potente y eficiente para erradicar el mosquito vector.

Desde mayo de 2015, 25 países del continente americano han informado sobre la transmisión de infecciones por virus del zika. En Colombia y Brasil hay miles de casos confirmados y Brasil continúa siendo el territorio más afectado por esta epidemia con entre 500.000 y 1,5 millón de personas infectadas y más de 4.000 bebés nacidos con microcefalia, presuntamente a causa del zika. Aunque no se ha confirmado científicamente una relación directa entre la microcefalia y el zika, la Organización Mundial de la Salud alertó seriamente de la situación, en razón del fuerte incremento de casos de microcefalia en Brasil, que ha coincidido con la expansión del virus.

Son conocidas todas las recomendaciones para combatir la propagación de los mosquitos, en especial las del Aedes Aegypti y las prevenciones que debieran tomar las embarazadas, como las de no viajar a los destinos donde hay mayor riesgo de contagio. Lo que resulta auspicioso de la decisión política de anticipar las campañas preventivas contra el dengue, zika y chikungunya es el reconocimiento cabal del problema y la crisis sanitaria en la que puede derivar la propagación de los casos. El compromiso para emprender un trabajo coordinado y sistemático de las distintas jurisdicciones es también un valor que debiera abrir el camino para conseguir el objetivo sanitario propuesto.