Camas para Covid: el sector privado ya está al 88% de su capacidad

Camas para Covid: el sector privado ya está al 88% de su capacidad

El 63% de los internados en toda la provincia está en el sector privado. Las clínicas piden créditos blandos para sumar camas y mejora de honorarios. El sector público ya sumó tres hospitales que no eran Covid a la atención de los infectados.

Según datos del Ministerio de Salud, al 7 de octubre había 1.181 internados Covid en toda la provincia, lo que representa el 4,9% del total de casos activos, que son 23.890. Si Córdoba viene duplicando sus casos cada 13 días y el crecimiento de los activos supera a los que se recuperan de la enfermedad, se puede inferir que en 13 días se necesitarán al menos 2.450 camas críticas.

Hoy, las camas críticas disponibles totales para Covid en toda la provincia alcanza a 1.654. El cálculo es simple: no alcanzarán para la ola que se espera. Por eso es que el sistema está en alerta, ampliando el parque de camas, lo que requiere un esfuerzo financiero y en recursos humanos que muchos no están en condiciones de atender. 

El sector privado ya está en esa instancia: las cifras indican que hoy ya se está utilizando casi todo el parque de camas privadas que fueron destinadas a la pandemia.

En Córdoba Capital el sector privado tiene 821 camas de terapia, pero de ésas 514 son de terapia intermedias, coronarias e intensivas. El resto son de neonatología o pediátricas. Por lo tanto, “netas”, son 514, pero para todas las patologías.

En el interior hay 518 camas del sector privado, de las cuales, si se descuentan las pediátricas y las de neo, quedan 434 para todas las patologías, incluyendo al coronavirus. Las cifras del Ministerio de Salud indican que, al 5 de octubre, en el sector privado había 833 internados con Covid, de los cuales 152 estaban con asistencia respiratoria.

Esto significa que del total de camas del sector privado, en toda la provincia, que son 948, ya hay 833 con Covid: el 87,8%. Ese dato es global, lo que indica que habrá algunas que tienen mayor capacidad y otras que están al 100%. Pero lo peor que refleja ese número es que todo es Covid, lo que significa que no hay casi chances en el sector privado que se puedan atender otras patologías, incluso las urgentes.

Lo que objetan en el sector privado es que están casi colapsados, cuando el sector público todavía está muy holgado. Y los números lo confirman: en las camas privadas está el 63% de los pacientes que hoy están internados y en el sector público, el 47%. Y además, el sector público es el que más tiene chances de ampliar su oferta.

Lo que sigue

Para abordar la emergencia hay algunas estrategias recientes tomadas por el Ministerio de Salud en relación al sector privado y al manejo de sus propias camas: tiene 3.938 camas totales en la provincia, de las cuales 946 son críticas, aunque menos de la mitad estaba abocado al Covid. Eso es lo que empezó a cambiar de modo acelerado.

La estrategia del Ministerio de Salud apunta a avanzar en la conversión de hospitales no Covid en Covid. Originalmente, esa cartera decidió que sólo en el San Roque, Rawson y Florencio Díaz para las embarazadas iban a atender los casos Covid en la Capital. Pero luego se agregaron alas con camas específicas en el Misericordia y en el Tránsito Cáceres.

Esta semana, se anunció el mayor cambio: el hospital Ferreyra, destinado exclusivamente a afiliados del Apross, sumó 22 camas críticas (14 con respirador) y está preparando otras 32 y hoy se sumaron 29 camas comunes y 12 críticas del recientemente inaugurado Elpidio Torres, al norte de la ciudad Capital.

Ahí ya se han dejado de atender la mayoría de las patologías (las de urgencias se derivarán al Hospital Privado, que gerencia el Ferreyra) para dejarlo con exclusividad para pacientes Covid. El Apross tiene 650 mil afiliados y si bien sólo el 18% tiene más de 65 años, el sector privado ya no tiene más capacidad de absorberlos.

También se comenzó a separar a las personas que necesitan oxígeno pero no un respirador con asistencia mecánica en el sector público. Por eso se han empezado a trasladar pacientes al módulo nuevo construido por Nación, al lado del San Roque, donde hasta el momento se utilizaba para autoválidos que salían de internación, una especie de instancia intermedia antes del regreso al domicilio. Ahí, si bien las 70 camas están equipadas con ARM, se utilizarán para los que necesiten monitoreo con oxígeno.

En días se implementará una estrategia novedosa: los pacientes mayores de 65 años positivos con comorbilidades y comorbilidades leves no harán la cuarentena en su casa, sino que serán llevados a las carpas modulares al lado del Rawson o al Elpidio Torres, al norte de la ciudad de Córdoba. Tendrán un control de laboratorio y de rayos X antes para evaluar su estado clínico.

"Esto es para que no lleguen en mal estado cuando empieza la cascada inflamatoria", indicó el secretario de Salud, Pablo Carvajal. Lo mismo pasa en relación al interior: los hospitales Iturraspe de San Francisco; el Domingo Funes, de Punilla y el Vicente Agüero, de Jesús María están por debajo del 50% de su capacidad.

También hay pedidos directos del Ministerio al sector privado. Lo inmediato es que “rote” las terapias. En las clínicas, hay pisos o alas destinadas a Covid, separadas de las camas críticas de otras patologías. En muchas instituciones, las segundas eran más amplias que la primera, pero ahora que se aceleró el pico hay que hacer esa rotación. También se les permite internar a dos personas en la misma habitación, cuando hasta entonces debían estar separadas. Esto es clave en el caso de los sospechosos, que hasta tener la confirmación, usaban una habitación inutilizando la segunda cama.

Además, Salud cambió ciertos criterios de derivación de pacientes y de utilización de camas. Por caso, si en un geriátrico se registra un brote, sólo se internan los pacientes que lo requieran, pero el geriátrico no se cierra. Los pacientes sospechosos o los contagiados sin síntomas o con síntomas muy leves, deben permanecer en la institución, en espacios separados. “Hay camas, pero hay que virar de no Covid a Covid”, insistió Carvajal.

Reclamos económicos

Pero el meollo de la cuestión está en la economía: el sector privado no tiene espaldas para ampliar su parque de camas, no sólo porque se complica la inversión sino que tampoco tiene garantizado el recupero. El Apross, por caso, paga 10.825 pesos el día de terapia con respirador y 8.592 cama común, cuando el costo arranca en los 34.293 pesos, según sostiene Aclisa, una de las entidades que en Córdoba reúne a las clínicas privadas. Por día, hay 15 mil pesos de honorarios, entre médico y dos enfermeras.

El miércoles se reunieron con las autoridades locales del Pami, que aunque no tiene poder de decisión local, prometieron hacer gestiones, como por ejemplo, otorgar un crédito blando para que las clínicas sumen camas de terapia. Instalar una cama de cero, sólo en infraestructura, cuesta casi dos millones de pesos, con un agravante: todo se cotiza en dólares. Lo mismo le han pedido al titular del Apross, Nicolás Carvajal.

Han presentado una larga lista de pedidos a Salud, que escuchó pero que todavía no respondió por ninguno. El viernes tendrán una reunión con todos los actores privados para responder esos pedidos. El más urgente es una mejora del Apross, tanto en el nomenclador en general, que está congelado desde octubre pasado, como en módulos Covid adicionales. Los débitos de las atenciones de pacientes con seguridad social atendidos en hospitales públicos de autogestión por el momento serían suspendidos. También se les pidió auxilio en Ingresos Brutos y una suspensión del cobro de las facturas de Epec por 90 días. 

También cuestionan que algunas clínicas sí recibieron respiradores pagos por la Provincia, mientras que otras han tenido que comprarlos. A algunas les ofrecieron dar en comodato respiradores artificiales al sector privado, aunque todavía eso no se efectivizó.  

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