“Cada día pienso que va a abrir la puerta y va a aparecer sonriente, como era ella”

“Cada día pienso que va a abrir la puerta y va a aparecer sonriente, como era ella”
Olga Rocchetti, madre de Paola Tomé, habló con Democracia y describió la vida de su hija, su entorno, sus gustos y proyectos. También se mostró sorprendida por el ADN que da como autor del homicidio al mismo hombre que mató a Sandra Colo. “Tengo confianza en la Justicia”, afirmó.

Cuando les comunicaron que su hija había sido asesinada, los padres de Paola Tomé se encontraban de vacaciones en Mar de Las Pampas. Un viaje de pesadilla los devolvió a Junín en pocas horas y les confirmó que esa noticia telefónica no era una broma siniestra.

“Espero que no sea otro caso Colo”, le dijo Olga Rocchetti, mamá de la víctima, en medio de un llanto desconsolado a la fiscal Vanina Lisazo esa misma noche.

Como una premonición, aquel reclamo desgarrador chocó con el dato inesperado que se conoció el lunes y que vincula a un mismo hombre con el homicidio de la comerciante del negocio “Rowena” (de General Paz 45), ocurrido el 16 de enero pasado, y con el de Sandra Colo, ultimada, el 16 de agosto de 2012 en el pelotero “Abracadabra” (ubicado en Alem 388).

“Nos sorprendió mucho que hayan encontrado el mismo ADN en los dos casos”, le confesó Olga ayer a Democracia, en una entrevista donde -más allá de la obvia conmoción de madre- se mostró lúcida e ilusionada con saber quién la despojó para siempre de la menor de sus tres descendientes.

Ningún vínculo con Sandra

La mujer afirmó que entre Paola y Sandra nunca hubo relación directa y agregó que tampoco tenían amigos o conocidos en común. “Mi hija había venido hace tres años a Junín y compartía las amistades con su hermana, Lucrecia. Fuera de algunas salidas esporádicas con ellas, hacía una vida muy tranquila, era muy casera, no iba a bailar. Tejía al crochet y le encantaba el tenis, se pasaba días enteros mirando torneos por televisión”, describió Olga.

Olga y su marido, Néstor Tomé, son juninenses, pero por razones laborales el matrimonio se mudó a fines de la década del sesenta a Buenos Aires. En Villa Devoto, su hogar fue tomando forma con la presencia de Ramiro – de actual residencia en Tandil-, Lucrecia y Paola.

Siempre fueron una familia unida, por eso en 2006 vivieron como un cimbronazo el hecho de tener que distanciarse casi 300 kilómetros debido a la decisión de Olga y Néstor de volverse a esta ciudad. Con ellos se vino Lucrecia, y Paola y Ramiro quedaron en Devoto.

Pero al poco tiempo Paola también armó su equipaje y se instaló en la casa familiar, su último domicilio, en Álvarez Rodríguez al 200. “Añoraba estar con los suyos, era muy familiera y allá se sentía sola. Era analista de sistemas y a eso se dedicó apenas llegó acá, pero después las cosas no marcharon como ella quería y con lo que tenía decidió abrirse el local en General Paz. Era una chica muy activa, trabajadora, siempre tenía en mente algo productivo para hacer y encima era súper sana. No puedo creer que no la tengamos con nosotros, todas las noches pienso que se va a abrir la puerta de casa y va a venir a saludarme sonriente, como era ella”, recordó Olga.

Vida sentimental

Según le contó su madre a este diario, Paola se había casado a los 20 años y la relación había hecho agua pocos meses después. “Fue un capricho de chicos, los dos quisieron casarse y no hubo forma de pararlos. Al poco tiempo empezaron los problemas porque ella era de mucha iniciativa, de hacer cosas, y él era un poco más lento. No congeniaban, entonces se divorciaron”, relató Rocchetti.

Después de eso, Paola nunca oficializó una relación estable con nadie. En sus últimas semanas de vida, había iniciado un romance con un hombre bastante menor que ella, pero para Olga esa historia “no iba a llegar muy lejos”.

“Le costaba encontrar su media naranja, pero no se afligía, estaba convencida que en cualquier momento iba a conocer la persona adecuada para formalizar. Mientras tanto, ya había visto un terreno y estaba pensando en construir su propia casa. Como te digo, siempre llena de planes”, continuó describiendo la progenitora.

Las hipótesis

¿Había otros pretendientes? Olga no lo confirmó, pero tampoco lo negó. ¿Y se puede desconfiar o sospechar de algún admirador o individuo que la frecuentara? Los padres de la víctima admiten que en un momento sospecharon de todos, pero al carecer de pruebas prefirieron no alimentar su propia confusión y dejar todo en manos de los investigadores.

“Ciframos todas nuestras esperanzas en la Justicia. Creemos que se viene trabajando bien y tenemos confianza en que se va a saber quién nos dejó sin Paola. Tiene que haber resultados, por mi hija, por lo de Colo y por todos los crímenes que han ocurrido en los últimos años y que quedaron impunes. Esto no puede quedar así”, manifestó Rocchetti.

A continuación, reconoció su sorpresa por el resultado de las pericias genéticas que implican a un mismo hombre como el responsable de haber ejecutado a Paola y a Sandra.

“Nos sorprendimos con lo del ADN. Nos aseguraron que las pruebas son verídicas e incorruptibles”, indicó Olga, con la ilusión a flor de piel.

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