Bustos Fierro sacó al empresario Bugliotti de la causa CBI

Bustos Fierro sacó al empresario Bugliotti de la causa CBI

El juez desestimó la imputación que había efectuado el fiscal Senestrari. También quedaron afuera su mano derecha Fernando Guevara y Eduardo Espinelli, ejecutivo de Toyota Financiera.

A las últimas imputaciones que había formulado el fiscal Enrique Senestrari en la causa de la financiera Cordubensis (CBI) el juez federal N° 1 Ricardo Bustos Fierro respondió con la desestimación. Si bien la medida puede ser recurrida, esto significa que los empresarios Euclides Bugliotti y Javier Fernando Guevara, por un lado, y Eduardo José Espinelli, por el otro, quedan fuera de la investigación por falta de elementos que los acusen.

“No hay requisitos mínimos de sospecha razonable para atribuirle a Bugliotti los delitos; el juez consideró que a 15 meses de iniciada la investigación no pasa de una mera suposición la promoción de acción penal”, dijo el abogado de Bugliotti, Sebastián Becerra Ferrer.

El fiscal acusa al titular del Grupo Dinosaurio de realizar aportes de capital a la financiera a través del depósito de cheques de la obra social Osecac, por unos 40 millones de pesos. Pero según el juez, debe descartarse esa acusación y por eso desestimó directamente el hecho 81° de la instrucción.

Las imputaciones eran por la supuesta participación en el marco de una asociación ilícita, lavado de dinero e intermediación financiera ilegal a través de CBI, la empresa que colapsó luego de la muerte de su vicepresidente Jorge Suau.

Pese a rechazar la imputación, Bustos Fierro fijó una caución de 600 mil pesos para garantizar la comparecencia de Bugliotti.

A Senestrari primero le denegaron la detención de Bugliotti y su contador, Guevara. Ahora se le agrega dejar sin efecto la promoción de la acción penal. Ante una acción de excepción planteada por los defensores Becerra y Carlos Hairabedian, se habían suspendido los trámites de indagatoria de ambos empresarios vinculados a Dinosaurio. Respecto de Espinelli, también Bustos Fierro siguió igual camino, si bien llegó a indagarlo la semana pasada, con la asistencia de Miguel Ángel Ortiz Pellegrini. En ese trámite el empresario titular de Toyota Financiera explicó que no tenía acceso a los depósitos de cheques de las concesionarias en una cuenta recaudadora.

Para Bustos Fierro, “no existe ningún elemento que permita avanzar en contra de una imputación concreta”.

Ortiz Pellegrini se allanó a los dichos del magistrado: “La resolución del juez no hace más que traducir la realidad. La acusación era un acto salvaje y no existe ni un indicio que permita acusar al presidente de Toyota Financiera”.

“Desvíos”

No obstante estos pronunciamientos de Bustos Fierro en dos autos diferentes, en el que se refiere a la desestimación de la acción penal contra el empresario de Capital Federal, el magistrado volvió a atacar al fiscal respecto del modus aplicado en su investigación al frente de la causa CBI.

Al respecto el titular del Juzgado Federal N° 1 habla de “tres desvíos importantes en el curso de la investigación” y los enumera uno a uno. El primero es respecto de haber perdido la posibilidad de hallar el Servidor 2, la computadora donde se habrían registrado todas las operaciones “en negro” de la mesa de dinero que funcionaba en CBI. El segundo desvío es el que “demoró” la investigación en el bloqueo de las cajas de seguridad y que hizo comprometer un buen tiempo los recursos humanos del juzgado, según el escrito. El último se refiere a la compra-venta de cheques y la actitud de Senestrari de desviar la investigación y no centrarse en determinados movimientos de dinero oscuro.

La causa CBI salió a la luz el 14 de febrero de 2014, cuando se conoció que la dudosa muerte de Jorge Suau, vicepresidente de la firma, se producía en el marco de la caída de una mesa de dinero multimillonaria y el fraude a cientos de ahorristas que habían confiado sus depósitos en los locales de Dinosaurio Mall y la primera cuadra de calle Rivadavia, en el centro de la ciudad de Córdoba.

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