El de Brian Hernández “es un caso de gatillo fácil”, afirmaron los fiscales

El de Brian Hernández “es un caso de gatillo fácil”, afirmaron los fiscales
“Es un caso de gatillo fácil”. Así sintetizó el fiscal Maximiliano Breide Obeid el pedido de procesamiento contra el policía Claudio Salas, autor del disparo que mató al adolescente Brian Hernández el pasado 19 de diciembre en el barrio San Lorenzo.
El planteo lo hizo ayer junto con el fiscal Pablo Vignarolli, durante la audiencia realizada ante la Cámara de Apelaciones, el tribunal que deberá resolver si revoca o mantiene la falta de mérito y la libertad que el juez Marcelo Muñoz le dictó al efectivo.

En tanto la querella, representada por los abogados María Angélica Acosta y Federico Egea, también pidió que el fallo sea revocado y que Salas sea procesado con prisión preventiva por el delito de homicidio doblemente agravado.

También cargaron contra el juez, al que acusaron de “falta de imparcialidad” y “marcada tendencia” para lograr la impunidad del imputado, motivos por los cuales reclamaron que sea apartado.

Los abogados del policía, Nahuel Urra y Gustavo Lucero, defendieron la resolución, la que consideraron que “se ajusta a derecho” (ver aparte).

La audiencia se efectuó en la sede del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), ante los integrantes de la Cámara de Apelaciones: Daniel Varessio, Richard Trincheri y Alfredo Elosú Larumbe (subrogante).

La Fiscalía también criticó el accionar del juez: “Se violó un principio fundamental que tiene como norte todo juez: el de analizar la prueba a la luz de la sana crítica. No hubo un análisis lógico”, sostuvo Vignaroli, y advirtió que debe existir una unidad especial que se dedique al caso para despejar las dudas sobre la existencia o no de un arma de fuego, que únicamente habría visto el imputado.

Sobre este punto, la querella no dejó lugar a la duda: el arma nunca existió, la plantaron; y Salas contaminó la escena, deslizaron.

“Personal de Criminalística llegó al lugar una hora y media más tarde, y después lo hizo el fiscal, por lor lo tanto, jamás pudo haber presenciado y fiscalizado el procedimiento. Incluso el testigo que firmó el acta nunca llegó a conocer los contenidos porque no se la leyeron”, advirtieron los letrados.

De todos modos, Egea señaló que aún cuando fuera cierto que los jóvenes iban armados, “la existencia del arma no justifica la conducta de Salas. No hay razón para no procesar”.

Puntos de vista

En el caso de Breide Obeid, también consideró que el hecho investigado no es controvertido, pero sí marcó que hay tres puntos de vista: el de los seis ocupantes de la Renault Fuego que declararon; el de los compañeros de Salas; y el de imputado, el único que no declaró bajo juramento y que introdujo la versión del “fogonazo” en referencia al tiro que creyó ver –adentro del auto, a través de una ventanilla tonalizada del auto que estaba en movimiento– como justificación al disparo que ejecutó con su arma reglamentaria.

De las tres versiones ofrecidas, el fiscal sostuvo que la única que tuvo por cierta el juez fue la del acusado.

En tanto la querella sostuvo que existió “una valoración arbitraria, antojadiza e ideada de la prueba”, de parte del juez. A tal punto criticaron la resolución, que plantearon que incorporó elementos “inexistentes, ideados y falsos”.

Para la Fiscalía, “los policías no estaban esperando ver un arma sino un auto que iba a gran velocidad”.

En cambio, los letrados querellantes advirtieron que el juez le dio trascendencia a la versión del “fogonazo” introducida por el acusado, a pesar que “es imposible confundir el destello de un disparo con un cigarrillo o la luz de un celular”.

Para Breide Obeid, el magistrado desacredita la versión de los seis jóvenes que iban con Braian sólo porque, a excepción del conductor del auto, el resto no pudo decir por qué aceleraron cuando vieron a la policía. Ese “desacople”, indicó, fue el único argumento que tuvo Muñoz para no creer en su versión de los hechos.

El fiscal incorporó como prueba el video de la inspección ocular que se realizó en el lugar de los hechos para verificar la luminosidad del sector. Para esto no fue la coupé la que se utilizó, sino un Corsa con vidrios sin polarizar y de mayor dimensión.

“Los invito a ver si pueden ver un arma de fuego dentro del auto y si puede decir de qué color es. No van a ver nada”, dijo a los jueces de Cámara.

También indicó que los dos efectivos que estaban con Salas “son compañeros de armas, de una institución verticalista e implicados en la causa, lo que aumenta lo endeble de sus testimonios”.

En principio, porque dicen observar el arma pero no a Salas disparar. “Es llamativo que vean una circunstancia difícil de ver y no a su compañero”, sostuvo.

La Cámara no precisó la fecha en la que dará a conocer la resolución, aunque advirtió que se tomará el tiempo necesario para analizar el caso.

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