Como es habitual se hizo la vigilia en el Centro de Interpretación y luego la misa en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced, tras lo cual se hizo la procesión con la Cruz Gil hasta el predio de la Ruta 123. La fila de vehículos para llegar al santuario se extendió hasta 20 kilómetros tanto al norte como al sur. Los operativos de seguridad y tránsito se desarrollaron con normalidad. Una mujer murió de un infarto.
Si bien la lluvia fue el denominador común durante toda la jornada, al igual que en los días previos, los festejos en honor al gaucho Antonio Gil realizados durante este jueves volvieron a colmar el predio en su honor montado en la Ruta Nacional 123, así como la ciudad de Mercedes.La jornada comenzó a la medianoche con tradicionales saludos al “gaucho milagroso”.
En el predio hubo lanzamiento de fuegos artificiales por más de 45 minutos. En tanto que en el Centro de Interpretación Mercedes se realizó la tradicional vigilia y se rindió honores a la Cruz Gil, antigua tradición cristiana consistente en generar un clima de oración, intimidad y respeto, para que los vecinos y visitantes puedan acercarse, orar y agradecer en silencio. Luego la Cruz fue transportada en peregrinación hasta la Iglesia Nuestra Señora de La Merced, donde se reza cada 8 de enero por el eterno descanso de Antonio Gil.
Al finalizar, el intendente Víctor Cemborain, con el marco de miles de fieles y promeseros de diversas latitudes que esperaban expectantes en la escalinata de la parroquia, le entregó la reliquia al vecino Rubén Godoy, representante de la agrupación “Peregrinos de Gil”, quien junto a una caravana interminable inició el camino hacia el predio rural ubicado en la Ruta Nacional 123.
Fervor popularEn el santuario popular, hasta ayer al mediodía habían transitado unos 200 mil peregrinos provenientes de todo el país, según informó a El Litoral el director de la Unidad Regional de la Policía, Fidel Romero.
La caravana de vehículos alcanzó los 20 kilómetros de extensión tanto hacia el norte como hacia el sur. La larga fila provocó contratiempos en el tránsito vehicular y peatonal en el predio rural; en tanto que la espera era de hasta cuatro horas de cola para llegar al altar donde es venerada la imagen popular.Pese a la enorme concentración de peregrinos, no se registraron accidentes “ni hechos de inseguridad”, destacó en diálogo con Télam el jefe del operativo, comisario general Ricardo Barboza.“No tuvimos que lamentar accidentes ni hechos de inseguridad, más que los acostumbrados a este tipo de concentraciones de personas”, señaló Barboza, quien destacó que “superamos la etapa crítica”, que se extendió desde la medianoche hasta el mediodía de ayer. Cabe aclarar que falleció una mujer por un infarto mientras se encontraba en el santuario popular.
Durante la jornada, los visitantes pasaban en grupos de 30 y con sus ofrendas en mano, al altar donde una cruz encabeza la tumba del Gauchito Gil.Allí ya no se pueden prender velas, lo que sí fue posible a pesar de las goteras interminables en el museo del santuario conducido por Ramona Villalba.Adquirir ahí una imagen del gaucho puede costar desde $15 hasta $12.000 en los que fue valuada una escultura de dos metros de altura tallada en madera de espinillo.
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