Bariloche recordó al Libertador San Martín

Bariloche recordó al Libertador San Martín

En un nuevo aniversario del fallecimiento del General José de San Martín, se realizó ayer un sentido recordatorio, con el respetuoso minuto de silencio, la entonación del himno nacional y la entrega de ofrendas florales. La intendenta, María Eugenia Martini, destacó la vigencia de las ideas y valores del Libertador y la necesidad de aprender de nuestra historia.

 

Con la presencia de la jefa comunal y parte de su gabinete, fuerzas de seguridad, el presidente del Concejo Deliberante, Ramón Chiocconi, abanderados de las diferentes instituciones, la Universidad del Comahue, Bomberos, SPLIF, Parques Nacionales, Defensa Civil, el Círculo Chileno Gabriela Mistral, el Instituto Sanmartiniano de Lima y un grupo de vecinos, se realizó el acto por el 164 aniversario de la muerte del libertador.

 

Luego de la entonación del himno nacional, a cargo de la Banda de la Escuela Militar de Montaña, se realizó el minuto de silencio, y las autoridades entregaron las ofrendas florales ente el busto que inmortaliza la figura de San Martín en nuestra ciudad.

Finalmente, la Intendenta pronunció las siguientes palabras alusivas: “Hoy recordamos, con mucho respeto, al Libertador San Martín. Un verdadero patriota que oyó el llamado de su tierra y lideró desde el sur el proceso emancipador que permitió terminar con siglos de opresión, esclavitud y colonialismo.

Sabía que el futuro de la revolución corría peligro si no se atacaban los principales bastiones de resistencia militar y cultural de la corona española en América, y su astucia militar y profundo convencimiento de que los beneficios de la abolición de la tiranía debía llegar a todos los americanos, lo impulsaron a avanzar con la liberación de Chile y Perú.

Tal vez sea de esta última empresa, la liberación de Lima, de donde más podemos aprender de San Martín, ya que no sólo lideró las batallas de las armas, sino también las culturales y políticas; acompañado de otro de nuestros próceres, el tucumano Bernardo de Monteagudo. El General atacó por mar al centro de poder político español en el Continente, conocida como “Ciudad de Los Reyes” y foco de las contrarrevoluciones. Un bastión económico por sus minas y por contar con el puerto desde donde se enviaban a España los frutos de la explotación de la colonia. Un centro educativo donde se implantó la primera universidad del nuevo mundo, donde las costumbres ibéricas estaban más arraigadas y donde se instauró el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de una Iglesia que, mayoritariamente, alertaba a los fieles que la causa emancipadora era un Conocedor del poder de la palabra, antes que las armas, San Martín desembarcó la imprenta para preparar el terreno. Una vez al mando de Lima, abolió la esclavitud, abrió bibliotecas e impulsó en poco tiempo un cambio profundo en la educación, implementando el sistema lancasteriano. Por dos años luchó con todas las herramientas por mantener la victoria militar y cultural.

En el retiro de San Martín de Lima también hay una gran lección, principalmente para los dirigentes. Pese a sus innegables logros militares, al ver la fortaleza con la que Bolívar avanzaba, San Martín le ofreció liderar el nuevo ejército libertador, dejó sus tropas a Bolívar y regresó a su país, en un acto de grandeza que permitió la consolidación de la independencia.

La vigencia de las ideas y valores de San Martín, es asombrosa. Lamentablemente, a los argentinos parece que nos cuesta mucho aprender de nuestra historia. Dijo: “El general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica”. Cuántas vidas hubiéramos preservado en estos 200 años si aprendíamos esta lección. Cuántos compañeros estarían hoy con nosotros, trabajando por una sociedad más justa.

Escuchaba el otro día el llamado que hizo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para dejar las diferencias partidarias de lado y unirse para enfrentar a los fondos buitres que ponen en riesgo la soberanía y el futuro de la Nación. Y estos días, mientras preparaba estas palabras, me sorprendí al ver una convocatoria similar que el General realizó a sus compatriotas antes de embarcarse en la expedición para libertar Perú, cuando las diferencias internas nos debilitaban ante un poderoso enemigo. “Transemos nuestras diferencias; unámonos para batir a los maturrangos que nos amenazan y después nos queda tiempo para concluir de cualquier modo nuestros disgustos en los términos que hallemos por convenientes sin que haya un tercero en discordia que nos esclavice”, dijo.

Admiremos, pero a la vez humanicemos a nuestros próceres. San Martín volvió a su tierra tras enterarse del movimiento emancipador, convencido de poder aportar a la independencia americana, al igual que miles de jóvenes y científicos están regresando al país porque saben que hoy pueden aportar a una Nación que los espera con los brazos abiertos. San Martín liberó esclavos, como nuestras Abuelas liberaron a 114 nietos al regresarles su identidad.

“El verdadero patriotismo, en mi opinión, consiste en hacer sacrificios: hagámoslos, y la patria, sin duda alguna, será libre”, dijo San Martín. Humildemente, creo que ese sacrificio consiste en, siempre, pensar primero en el otro”.

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