Según la denuncia radicada en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nro. 2 de Avellaneda, Elvira Piñeiro llegó al cine junto a su hija y a su nieto. Allí, la madre sacó una sola entrada ya que su hija presenta síndrome de down y su nieto es menor de edad. Sin embargo, el encargado de cortar los boletos, Darío Gómez, según figura en la denuncia, le obstaculizó el paso y le dijo: “Acá si querés entrar tenes que pagar, no hacemos diferencias”. Ante esta contestación, Piñeiro decidió sacar las dos entradas restantes para evitar mayores problemas. De todas maneras, al intentar ingresar nuevamente a la sala, otro trabajador municipal, Facundo Taboada, la interceptó y le dijo ser dueño del lugar, a pesar de que el Cine de Wilde pertenece al municipio. “Así que vos sacás chapa por cinco pesos de mierda”, le lanzó Taboada a la denunciante. Inmediatamente, pidió que retiren a la mujer y a los niños de la sala.

Piñeiro, ante esta situación, llamó a su esposo, Claudio Orellano. Sin embargo, las amenazas continuaron. “Al que viene acá lo mato a trompadas”, disparó Taboada. Al llegar Orellano, se produjo una discusión con Federico Taboada, hermano de Facundo y también participe del hecho. De inmediato, intervino un patrullero de la comisaría de Wilde. Mientras Orellano le contaba lo sucedido al oficial de policía, Federico Taboada filmaba la situación con su celular. Instantes después, le hizo un gesto al marido de que le cortaría el cuello y lo amenazó: “Vos me las vas a pagar”.

Elvira Piñeiro también llevó su denuncia al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

En la pasada sesión del Concejo Deliberante también hubo lugar para el pedido de explicaciones sobre el envío de personal de Gendarmería a la ciudad para reforzar los operativos de seguridad. El concejal y candidato del Frente Progresista, Cívico y Social (FPCyS), Rubén Conde, le reclamó al intendente de la ciudad, Jorge Ferraresi, para saber “cuál es la situación de los gendarmes en la ciudad y cuánto tiempo se van a quedar”. “En agosto debe haber pasado algo contundente porque hoy vemos una enorme cantidad de efectivos”, comentó con ironía Conde durante la sesión. Asimismo, pidió que “el personal de Gendarmería no sólo tendría que usarse en lugares céntricos sino también en los barrios”.