Autoridades de Newell's y Central izaron la bandera por un clásico en paz

Autoridades de Newell's y Central izaron la bandera por un clásico en paz
Fueron noticia los gestos de convivencia, los mensajes de paz y no podían estar ausentes los institucionales. Eso se vivió ayer en un sitio emblemático para la ciudad.

Por suerte, la previa del clásico se llenó de buenos gestos. De ambos lados. De todos los lugares. Fueron noticia los gestos de convivencia, los mensajes de paz y no podían estar ausentes los institucionales. Eso se vivió ayer en un sitio emblemático para la ciudad, el símbolo de unión de todos los rosarinos más allá de credos, ideologías o pasiones. El Monumento Nacional a la Bandera no es sólo el patente recuerdo de lo que hizo Manuel Belgrano hace 200 años frente a la costa del Paraná. Es para la ciudad lo que los aglutina a todos. Y ahí los presidentes de Central y Newell's. Norberto Speciale y Guillermo Lorente, la intendenta Mónica Fein y chicos de las escuelas infantiles de ambos clubes se juntaron para izar la enseña patria y para que las imágenes que transmitieron se contagien al resto de la sociedad.

Todos ellos, como en la semana lo hicieron ex jugadores, árbitros, músicos, atletas de otros deportes y más, son la mayoría en la ciudad. Los que desean que, más allá de que el domingo pugnarán cada uno por el triunfo de los suyos, ante todo el clásico sea una fiesta, un lugar de encuentro. Ayer fue el turno entonces de los representantes de los clubes y del gobierno de la ciudad. Además de los presidentes, estuvieron los vice Rubén Fernández y Jorge Riccobelli, la intendenta Fein junto a varios funcionarios, el secretario de gobierno Fernando Asegurado, el subsecretario de deportes Rolando Dal Lago y el coordinador de gabinete Néstor Trigueros entre otros.

"Creo que se dan todas las condiciones para que sea un clásico para disfrutar, no solo por el operativo de seguridad sino por la actitud y la decisión de los presidentes de ambos clubes, jugadores, ex jugadores y de la ciudadanía en su conjunto, que quiere tener un muy buen clásico", apuntó Fein.

Los adultos dieron el ejemplo, claro, pero los niños más. Ellos "son" el ejemplo. El de la inocencia, la no maldad, que los hace juntarse no sólo para una foto como la de ayer, sino en cualquier sitio sin que les importe la camiseta con tal de compartir con el otro. Son un monumento, la reserva ciudadana para un clásico siempre en paz.

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