Aseguran que la matanza con un camión en Berlín fue intencional

Aseguran que la matanza con un camión en Berlín fue intencional

Alemania. Así señaló la policía de la capital alemana. El vehículo arrasó varios puestos de un concurrido mercado navideño y dejó por lo menos 12 muertos. 

Doce muertos, cincuenta heridos y una ciudad aterrorizada eran esta madrugada las únicas certezas en la capital de Alemania después de que un camión con matrícula polaca arrasara con los puestos del mercado navideño de Breitscheidplatz, donde los berlineses hacían sus compras cinco días antes de la Nochebuena.

Aunque la sospecha sobre la que trabajaba anoche la policía y el gobierno era que “todos los indicios” apuntaban a un ataque terrorista similar al perpetrado por el ISIS en la ciudad francesa de Niza el 14 de julio, aún no había confirmación oficial. Tampoco sobre la identidad del conductor, que huyó y aparentemente fue apresado minutos después del ataque, ni sobre la del copiloto, que murió como consecuencia del hecho.

Sin embargo, los investigadores sí están convencidos de que el camión fue conducido "intencionalmente" contra la gente. Así indicó la policía de la capital alemana a primera hora de este martes. "Nuestros investigadores estiman que el camión fue dirigido intencionalmente contra la muchedumbre del mercado de navidad", señaló a través de un tuit.  

Otra certeza es que las muertes serán usadas por los partidos de extrema derecha contrarios a la política de la presidenta, Ángela Merkel, de acoger a refugiados en Alemania. “¡Son los muertos de Merkel!”, tuiteó minutos después Marcus Pretzell, eurodiputado por el partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).

En el centro de la ciudad, el mercado es uno de los más populares de Berlín, ubicado junto a la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm y en las inmediaciones del popular zoo de la ciudad. El camión que arrasó con puestos y transeúntes estaba registrado a nombre de una empresa de logística de Stettin, en Polonia, hacia donde se suponía que se dirigía en un viaje de regreso comenzado en Italia. El programa del conductor era descargar en Berlín, descansar y seguir viaje.

Ariel Zurawski es el primo del conductor que debía estar a bordo del camión y el director de la empresa polaca de logística responsable del camión. “No hemos sabido nada de él desde la tarde; no sabemos qué le pasó; es mi primo; lo conozco desde que éramos niños; puedo responder por él”, dijo a la agenciaAFP.

Zurawski también dijo que el vehículo pudo haber sido secuestrado y que llevaba desde el mediodía sin hablar con el conductor. Según le dijo a la agencia Reuters tampoco se podía tratar de un error humano:su primo tenía quince años de camionero.

La policía comenzó a comunicarse con los berlineses por Twitter a los pocos minutos del atropello. “Por favor, ayúdennos, quédense en casa y no difundan rumores”, decía un tuit. “Necesitamos abiertas todas las vías de rescate, por favor no vengan a #Breitscheidplatz, mantengan las calles despejadas para nosotros por favor”, decía otro.

El vocero de Merkel, Stefen Seibert, comunicó por Twitter que la presidenta había convocado al gabinete de crisis y estaba en contacto con el ministro de Interior, Thomas de Maizières, y con el alcalde-gobernador de la ciudad de Berlín, Michael Müller.

Ayer por la tarde, en Zurich hubo otro ataque en el que también se investiga un posible motivo terrorista, aunque todavía está por determinar. Un hombre de unos treinta años entró poco después de las 17.30 horas en una mezquita cercana a la estación de tren de la ciudad suiza y abrió fuego contra los fieles que rezaban. Hirió a tres personas, dos de ellas de gravedad.

El atacante llevaba ropa oscura y huyó antes de que lo pudieran apresar. “Nunca tuvimos ningún problema”, dijo a la agencia Reuters Abukar Abshirow, un somalí que normalmente acude a la mezquita. También dijo que las tres víctimas eran somalíes. Alemania lleva en estado de alerta desde julio, por los dos ataques en Baviera realizados por refugiados que decían actuar en nombre del ISIS. El primero fue llevado a cabo por un joven afgano, que hirió con un hacha a cinco personas que viajaban con él en un tren en Würzburg. Menos de una semana después, un refugiado sirio de 27 años se hizo estallar frente a un bar en Ansbach, causando heridas en 15 personas.

Hace sólo tres días, la policía alemana informaba que había evitado un atentado en diciembre en otro mercadillo navideño, el de la ciudad de Ludwigshafen, donde un niño de doce años con doble nacionalidad iraquí-alemana había colocado una bomba que no llegó a explotar.

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