Mediodía de invierno en la ciudad. La Municipalidad de la Capital armó un evento con el que trata de concientizar sobre el uso de las drogas en la población más joven, en particular, adolescentes en edad escolar. La convocatoria es sencilla y el público abunda de uniformes, carpetas, mochilas y revolución de hormonas.Frente a ellos, comienza un blues.

"Desconfío" canta la garganta de Guadalupe Alaniz (16 años), y la primera estrofa inunda la plaza 25 de Mayo. Detrás de ella, suena la banda que hace poco está tocando en el circuito local (naturalmente, cuando tienen permiso) pero que tienen un estilo, un ritmo y una sincronización digna de destacar.

Matías Correa (15), su hermano Lucas (16), Fabrizzio Morandini (16), Ignacio Miranda (16), Tomás Rutti (15) y el docente Nicolás Palacio, además de Guadalupe, integran Blues Delta, una formación que ya arrancó aplausos en varios escenarios por la calidad de su puesta en escena.

En diálogo con El Ancasti, los jóvenes bluseros se definen como amigos de la escuela, más precisamente del Colegio Manuel Belgrano, donde cursan aún el secundario y donde comenzó a fraguar la idea de conformar una banda.

Un taller de música que se formó dentro de la oferta del colegio, les dio la excusa que a lo mejor estaban buscando para comenzar a rodar como banda.

Hace un tiempo, además, consiguieron atraer la atención hacia su música cuando obtuvieron el reconocimiento en un concurso que convocó la Subsecretaría de Salud Mental del ministerio de Salud. Allí presentaron el tema "Santo Guerrero" para competir con una canción que interpelará a la juventud sobre las adicciones.

Pero la banda no se queda allí. El objetivo es completar la cantidad de canciones necesarias como para grabar un demo. Blues, rock nacional y hasta góspel ("no es tan difícil cantar en inglés", dice la vocalista), forman parte del repertorio de una banda que intentará ser la sangre joven del blues. Al menos, por ahora.