Áreas Marinas Protegidas, la iniciativa que crispó a la pesca nacional

Áreas Marinas Protegidas, la iniciativa que crispó a la pesca nacional

El Ministerio de Medio Ambiente dispuso crear 5 nuevas zonas para preservar la biodiversidad y sustentabilidad de los recursos marinos que afecta a un 10% de la zona económica exclusiva. La industria pesquera se siente afectada y marginada de la decisión.

Albatros interactuando con la red de pesca. Crédito: Leandro Nahuel Chavez Instructor Albatross Task Force. Departamento de Conservación Aves Argentinas.

La idea del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación de establecer un sistema de Áreas Marinas Protegidas (AMP) en el mar argentino crispó el humor de la industria pesquera y logró borrar todas las diferencias geográficas y de intereses en la industria pesquera nacional: fresqueros, congeladores, marplatenses, patagónicos, todos coincidieron en criticar la iniciativa.

El “Sistema Nacional de Areas Marinas Protegidas”, un documento que hizo circular el propio Ministerio que conduce el rabino Bergman, resume el propósito de la iniciativa que se enmarca en el compromiso que asumió Argentina, a través de la “Estrategia Nacional sobre la Biodiversidad”, y que implica incrementar de manera significativa la cobertura de protección en zonas marinas y costeras para el año 2020.

El Mar Argentino es un ambiente altamente productivo con una abundancia estimada de fitoplancton (indicador de productividad) tres veces superior a la media de los océanos del mundo.

La productividad no se distribuye en forma homogénea sino que se concentran en las áreas frontales, y en nuestro mar se destacan los frentes productivos del Talud, Plataforma Media, Valdés y Patagonia Austral.

Si bien el documento refiere de varias AMP en el litoral marítimo, desde el Río de la Plata hasta la Antártida, el plan oficial confiere la creación de 5 zonas: “El Rincón”, “Corredor Chubut”, “Agujero Azul”, “Talud de Burwood” y “Yaganes”, en función de diferentes valores de conservación de aves, mamíferos y diversos recursos pesqueros.

“Son áreas del mar que se destacan del resto y cuyos valores requieren de una gestión cuidadosa y responsable, aplicando principios de precaución y utilizando herramientas de manejo integrado basado en ecosistemas, como la planificación marina espacial”, refiere el informe de Medio Ambiente del que colaboró en su elaboración Vida Silvestre y Fundación Flora y Fauna entre otras organizaciones.

El presidente Macri avanzó un poco más y en junio, por decreto, designó como autoridad de aplicación para dichas APM a la Administración de Parques Nacionales. El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca,Ricardo Negri, y el subsecretario de Pesca, Tomás Gerpe, no pueden decir que la iniciativa los sorprendió. En mayo fueron puestos al tanto cuando participaron de la “Primera consulta nacional de océanos y sistema nacional de áreas protegidas”.

“El proceso de creación y diseño de AMP debería ser participativo, abierto, transparente y balanceado, e involucrar a todos los diferentes usuarios y actores del medio marino desde el inicio del proceso”, dice el mismo Ministerio de Medio Ambiente pero la industria pesquera se queja por no haber sido consultado.

En el sector pesquero rechazan la iniciativa, que supone ir hacia el cierre del 10% de la zona económica exclusiva (ZEE). “La implementación del sistema de Áreas Protegidas conforme surge del informe, sin el necesario consenso y suficientes fundamentos técnicos, redundará en la restricción de las zonas de pesca para los buques argentinos, en el sometimiento de las mismas a un doble programa de gestión y por ende a la pérdida de rentabilidad de las empresas, ya de por si sensible”, remarcó el documento emitido por las cámaras empresarias que recibió el Consejo Federal Pesquero la semana pasada.

“Un estudio reciente mostró que las Áreas Marinas Protegidas efectivas además de aportar beneficios ambientales, pueden reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria, crear empleo y proteger comunidades costeras”, refuta el documento del Ministerio que conduce Bergman.

En la pesca quieren tener más detalles del “estudio”, el cual estimó que “un aumento del 30% en la cobertura de las Áreas Marinas Protegidas podría generar, en el período 2015-2050, entre 490 mil millones de dólares y 920 mil millones de dólares, y entre 150.000-180.000 trabajos de jornada completa asociados al manejo de las áreas protegidas”.

La pesca alineada pidió una reunión urgente con el ministro Bergman para advertir los riesgos que, suponen, implica la puesta en marcha de la iniciativa en tanto cuestionaron “el avasallamiento de las facultades y potestades” que realiza el Ministerio de Medio Ambiente sobre las autoridades pesqueras.

Guillermo Cañete, director del Programa Marino de Vida Silvestre, asegura que con la creación de las AMP “se suman nuevos actores a la mesa donde se analiza la sustentabilidad de los recursos” en tanto prefiere ponderar la multiplicidad de miradas a una zona clave en la conservación de cientos de especies.

Los ambientalistas afirman que hay suficiente evidencia que demuestra los beneficios de las AMP para distintos tipos de pesquerías, en distintos lugares del mundo y con diferentes regímenes de manejo.

“Las que presentan un áreas núcleo de protección estricta pueden detener e incluso revertir la disminución global y local de poblaciones de peces, a través de la mejora de la calidad de hábitat, reducción de la mortalidad, aumento del tamaño poblacional, mayor reclutamiento de especies blanco, entre otras cosas”, enumera el documento difundido por el Ministerio de Medio Ambiente.

Cañete aclaró que no se evalúa prohibir la pesca de arrastre en las AMP aunque reconoció que habrá distintas escalas de protección, muchas de las cuales coinciden con las zonas de veda establecidas como medidas de manejo precautorio por parte de la administración pesquera.

Los empresarios pesqueros habían advertido sobre un “doble sometimiento” puesto que el sector ya cumple una serie de medidas que regulan la actividad que no han sido contempladas a la hora de elegir las zonas y dar cumplimiento al compromiso de Argentina de contar con el 10% de nuestro mar territorial bajo el sistema de AMP.

“Reafirmamos que las empresas pesqueras son los actores protagónicos de una pesca responsable como la que se persigue tanto en la legislación nacional como en la internacional, adhiriendo y actuando conforme a los principios y normas que rigen la actividad”, sostienen los actores pesqueros.

En otra oportunidad podemos discutir si pescar merluza sin dispositivo de selectividad, mantener el descontrol en lo que captura y procesan los buques factoría o sobredimensionar la flota que pesca langostino sin un claro plan de manejo, adhiere a políticas precautorias. En el CFP eligieron atender la preocupación de los administrados.

En una de sus últimas Actas los representantes del Consejo expusieron la necesidad de llevar a cabo un análisis exhaustivo de los parámetros biológicos y los fundamentos científicos que sustentan la definición de las áreas de alta vulnerabilidad, como así también del impacto socioeconómico que su determinación provoca en el sector pesquero industrial argentino".

El CFP informó además que se encuentra elaborando un documento técnico y científico, que pondrá a disposición del MAyDS, a los fines de expresar su posición respecto de la propuesta del Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas. Gerpe, el que no abrió la boca en el mes de mayo, preside el CFP.

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