Aprovechó la tendencia mundial de opciones saludables y salió al ruedo con una línea de productos orgánicos.

Este martes comenzó la demolición de la embotelladora que muchos escolares visitaron y que llegó a vender 7,5 millones de cajas de refrescos al año

«La Coca-Cola era lo más guay que podías visitar de pequeño en Badajoz». La frase es de un pacense de 40 años que, como muchos otros, fue con el colegio a visitar la embotelladora de la avenida de Elvas. Los menores veían una máquina capaz de rellenar 90.000 botellas en una hora y volvían a casa con una gorra, un refresco, una foto delante de la mítica botella de la marca y un buen recuerdo. Dentro de poco esas imágenes solo quedarán en su memoria.

Este martes comenzó la demolición de la antigua embotelladora. Dentro de un mes y medio solo quedará un solar de 36.000 metros cuadrados en el que se construirán chalés de lujo. HOY aprovechó para hacer la última visita antes de que todo desaparezca.

Lo hizo de la mano de Emilio González Maya, que trabajó más de 40 años en la embotelladora. Entró con 17 aprovechando las vacaciones escolares para cargar camiones y llegó a ser jefe de mantenimiento. Ayer, mientras recorría las estancias, iba señalando: «Esta era la cafetería, éramos 250 empleados fijos y casi familia. En Navidad veníamos con los niños a que los Reyes Magos les diesen regalos y nos ayudábamos mucho entre nosotros».

Paseo por la embotelladora

«Aquí estaba el salón de actos, donde los niños veían el vídeo de cómo se inventó el refresco». La embotelladora tuvo mucha relación con la ciudad gracias a los patrocinios deportivos, a su concurso anual de redacciones y también a las visitas escolares. «Estaban deseando venir. No les faltaba el lápiz, el bolígrafo, la gorra y, por supuesto, la Coca-Cola».

La estancia central es la enorme sala de embotellado. En su momento de mayor producción embotellaron 7,5 millones de cajas de refrescos en un año. «Cuando se pusieron de moda el cubata y los refrescos, nos ampliaron. Invirtieron 500 millones de pesetas (3 millones de euros) en una nueva línea que llenaba 90.000 botellas en una hora», rememora con orgullo este jubilado.

Mientras Emilio González Maya guía la visita, la tijera retroexcavadora va cortando el hormigón y retirando las vigas una a una. Este pacense reconoce que es duro. «Se está destruyendo una cosa que a mi me da pena porque me he tirado tantos años aquí..., pero bueno». «Siento nostalgia porque empecé muy pequeñito, con 17 años, y mi sueldo ayudaba a mis padres. Después entré en el noviazgo, me casé y le ha dado de comer a mis tres hijas. Me duele mucho que esto se esté tirando», añade González.

La embotelladora se inauguró en diciembre de 1967, primero como Coexbega (Compañía Extremeña de Bebidas Gaseosas) y luego como Rendelsur (Refrescos Envasados del Sur). A principios de los años 80 Coca-Cola se expandió y con ella esta empresa que se ocupaba de distribuir productos en las provincias de Badajoz, Cáceres y Ciudad Real.

«Empezamos con botellas retornables con serigrafía, en la misma botella estaba el logo marcado en el cristal. Cuando las devolvían, se quitaban las que estaban muy rozadas, había inspectores en la línea (de embotellado). A partir de una fecha comenzamos a sacar botellas retornables también, pero para poner una etiqueta de papel y eso permitía que fuesen diferentes, como de Navidad o de deportes». En Badajoz también se manejó plástico. «Teníamos que soplar y hacer el tamaño de botella que hiciese falta», recuerda González que aclara, eso sí, que nunca usaron latas.

Durante los 42 años de actividad la fábrica embotelló Coca-Cola, Fanta y Sprite. Durante un tiempo también una gaseosa llamada 'La Amapola'.

La embotelladora cerró en 2009 porque su actividad fue trasladada a Sevilla junto a parte de su plantilla, el resto fueron prejubilados. Hasta 2017 hubo actividad en las instalaciones porque los comerciales de la marca seguían en estas oficinas. Finalmente se trasladaron y el edificio quedó vacío. De hecho, sufrió robos. Finalmente hace meses comenzó la demolición de las estancias interiores y este martes la obra de la estructura que desaparecerá a finales de abril.

Cuando se construyó, la empresa estaba rodeado de campo, solo había algunas fincas privadas. No estaba la universidad, ni la autovía A-5 ni la avenida de Elvas había sido desdoblada. Llegaban por un camino. En la actualidad este terreno está en una zona de expansión junto al centro comercial El Faro y el campus universitario y rodeado de promociones urbanísticas.

El solar está en proceso de venta a la promotora Cívitas Pacensis, el trato se cerrará en cuanto finalice la demolición. En la zona se construirán chalets de lujo y una parte del terreno será una zona verde de carácter público.

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