La investigación sobre la misteriosa desaparición del empresario Damián Stefanini, vecino de San Fernando de quien se desconoce su paradero desde octubre pasado, cobró otro vigor desde que el expediente pasó al fuero federal. A mediados de diciembre, la justicia provincial se declaró incompetente, entonces la causa recayó en la fiscalía federal Nº 2 de San Isidro a cargo de Fernando Domínguez, que el 2 de enero ordenó varios allanamientos que desembocaron en la captura de un hombre, presuntamente vinculado a la trama que desvela a los investigadores. 

"Se corrió a la Bonaerense del caso, ahora se trabaja con fuerzas federales. Se confirma la captura de esta persona pero no se pueden brindar más datos", señaló un vocero judicial a Tiempo, que se mostró reacio a brinda más información por "la magnitud del hecho que se investiga".

"No sé nada. Estoy en Corrientes con mi hija y mi nieta, y la verdad es que preferimos no hablar con la prensa. La verdad es que sabía que el caso había pasado a la justicia federal pero sobre la detención no nos dijeron nada", le dijo ayer a este diario Horacio Ognio, papá de Antonella, la esposa de Stefanini.

EL CASO. El 17 de octubre pasado, Damián Stefanini, de 45 años, salió de su casa del country Marinas del Sol, en San Fernando, para ir a trabajar pero ya nada se supo de él. Durante las primeras horas de aquella mañana, las cámaras de seguridad de Tigre detectaron el paso de su Audi S4 negro y blindado, y su esposa, la correntina Antonella Ognio, recibió un llamado a su teléfono celular pero no llegó a atender. El número de la llamada perdida correspondía a la línea de su marido, padre de la niña llamada Giulia. Su auto fue hallado dos días más tarde estacionado en Florida, Vicente López.

Enseguida la foto con la cara del empresario comenzó a circular por las redes sociales y su familia apareció en los medios de comunicación pidiendo que la Bonaerense encontrara al desaparecido. Pero el paso de las horas y la falta de certezas de la fiscalía a cargo del caso provocaron que la mirada de los investigadores se posara sobre el entorno de Stefanini.

Horacio Ognio, suegro del desaparecido y sobrino de Carlos Carrascosa, condenado por haber asesinado a su esposa María Marta García Belsunce en la casa que ambos compartían en el country Carmel, ubicado en Pilar, el 27 de octubre de 2002, fue el primero de la familia en romper el silencio.

"Mi yerno no tenía problemas económicos, era una persona trabajadora como nosotros, no tenía problemas con nadie", dijo Ognio. Y añadió: "Es como si se lo hubiese tragado la tierra. No tenemos ninguna hipótesis nueva, tampoco queremos entorpecer la investigación, pero no puede ser que nadie haya visto nada ese día, en ese lugar y a esa hora."

La prolongada ausencia de Stefanini sembró todo tipo de dudas, y las versiones sobre negocios poco claros salpicaron el expediente. En este marco, el propio Ognio quedó en el centro de la escena y hasta se llegó a vincularlo con presuntos negocios inmobiliarios que realizó con capitalistas colombianos.

"En Corrientes dicen que Ognio maneja fondos que provienen del lavado de activos. Stefanini no era un simple vendedor de mesas y sombrillas. Tenía negocios por varios lados. Lo que sabemos –señaló en su momento un vocero de la Bonaerense– es que era prestamista, cambiaba cheques, se movía en asuntos claros. Movía plata de mucha gente. Los investigadores no pueden certificar si está vivo o muerto." 

Ahora, la detención de un sospechosos podría provocar el esperado giro en la causa que arroje luz sobre el paradero del empresario.  «