A dos años del cuádruple crimen de La Plata

A dos años del cuádruple crimen de La Plata
En el PH de la calle 28, 41 y 42, a golpes y puñaladas el 27 de noviembre de 2011, fueron asesinadas Bárbara Santos (29), su pequeña hija Micaela Galle (11), su madre Susana de Bártole (63) y la amiga Marisol Pereyra (35). Mañana se cumplirán dos años de la masacre de La Loma, el cuádruple crimen que conmovió a toda una ciudad y causó enorme impacto a nivel nacional. El tribunal apronta el juicio para los primeros meses del año próximo.
El fiscal acaba de “bajarse”. Dos son los acusados que llegarán al debate oral: Osvaldo “Karateca” o “Alito” Martínez y Javier “La Hiena” Quiroga. Los abogados y la familia de Martínez siguen aportando pruebas, aún en esta instancia. Hay testigos como el “presencial” Marcelo Tagliaferro que siempre estuvo en dudas. El otro imputado, Quiroga, nombró a un abogado particular hace pocos días. Está muy comprometido: su ADN está por todos lados en la escena del salvaje femicidio.

Tenso compás de espera. El fiscal que instruyó la causa Alvaro Garganta que se postula para un cargo en estos días del club Gimnasia de La Plata, se excusó días atrás para intervenir en el juicio oral.

El imputado Martínez lamentó esa decisión. Sostuvo que era el debate oral donde debía defender las pruebas que lo habían llevado primero a la cárcel y luego a enfrentar un tribunal.

Para el fiscal, una sola persona no podría haber controlado y asesinado a las cuatro víctimas. La causa fue elevada en agosto pasado a juicio oral pero aún no está cerrada y sigue acumulando testimonios y acusaciones cruzadas.

La decisión de elevarla fue tomada por unanimidad por la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata, conformada por los jueces Carlos Silva Acevedo, Javier Guzmán y Alejandro Villordo. Fue luego de rechazar el pedido de sobreseimiento presentado por las defensas de los dos acusados Quiroga y Martínez.

El cuerpo de Bárbara fue con el que más se ensañó el asesino. Le dio 40 golpes y la degolló. Eso hizo que los investigadores empezaran a pensar que ella fue el objetivo principal del asesino. Los primeros testimonios de los vecinos y amigos alimentaron esa posibilidad. Bárbara tenía una relación conflictiva con Martínez y discutían seguido por los celos de él. Muchos aseguraban que había habido escenas de violencia, que él la había tomado del cuello en una oportunidad. Eso sumado a una serie de mensajes de textos que se enviaron el día del crimen, en los que él le recriminaba que fuera a salir con Marisol y que siempre lo dejara solo, lo terminaron de convertir en el principal sospechoso, al menos para la fiscalía.

La “celotipia” como móvil de la masacre

Para la acusación, fue clave el testimonio del remisero Tagliaferro que llevó a Marisol la noche del crimen y que fue quien lo reconoció como el hombre que salió a decirle que la chica se quedaba.

Tanto el fiscal como el juez de garantías Federico G. Atencio dieron por probada la “celotipia”, como el móvil de la masacre. Y afirmaron que el caso debía enmarcarse dentro de la violencia de género.

“La persona ideal para cerrar el caso”

“La imputación a Martínez es porque era la persona ideal para el cerrar el caso, del que estaba pendiente toda la opinión pública”, señaló su abogado defensor Marcelo Mazzeo.

El codefensor Julio Beley confía en las pruebas que se agregaron en la instrucción suplementaria, que cuestionan la labor del fiscal.

Martínez es apodado el “Karateca” por su afición a esas artes marciales. Era el novio de Bárbara. Estuvo 38 días preso y llegará al juicio excarcelado. Quiroga lo hará bajo prisión preventiva. Declaró haber sido un “simple” testigo. Pero su ADN fue hallado bajo las uñas de Bárbara y Marysol.

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