Andrés Calamaro: "Quiero que haya duende, que sea especial”

Andrés Calamaro debuta hoy en Cosquín Rock, anhelando en la previa un cielo abierto y las mejores sensaciones. Aquí, admite que sugirió un programa afín y revisa su tradición festivalera cordobesa.

Si se relevan los shows que ha ofrecido en festivales rockeros cordobeses, se puede lograr una aproximación a los detalles artísticos-emocionales de la trayectoria de Andrés Calamaro, que hoy debuta en la edición número 15 de Cosquín Rock. Este gigante de la canción de autor pasó por los míticos La Falda y Chateau Rock, con Los Abuelos de la Nada, el grupo que lo formateó y lo catapultó, y como solista en los prolegómenos de ese autoexilio español que redundó en la formación de Los Rodríguez, respectivamente. Ambas presentaciones se dieron en diferentes momentos de la idealizada década de los '80.

Más cerca en el tiempo, precisamente en 2005, Calamaro fue el artista que eligió la producción de Siempre Rock (encuentro que tuvo una sola edición y que resultó una aventura sin suerte del fallecido Jorge Guinzburg) para convertirse en alternativa a la ya instalada criatura de los empresarios locales José Palazzo y Héctor Emaides. Ese fue el show que selló un operativo retorno impulsado junto a los músicos de Bersuit. La alianza luego redundó en un disco en vivo y, por sobre todo, generó las condiciones para que Andrés tomara confianza y reimpulsara su carrera tras un período sabático que amalgamó confusión con incontinencia creativa.

Queda claro, entonces, que en nuestros festivales Andrés Calamaro fue el joven promesa, el solista genial que batalló por reconocimiento, la estrella que germinó en España, no tanto al calor de nuestras masas, y que de una vez por todas salió de las sombras para atender una ferviente demanda popular. Ahora le dice sí a Cosquín Rock cuando está reinstalado, estimulado con su obra y con multitudes subyugadas de movida. Andrés dice que recordar muy bien todas las instancias de este tránsito: "Recuedo mis aportes a los festivales cordobeses. Tengo buena memoria para la mayoría de las cosas. Agrego que también hicimos La Falda con Charly, cuando el público rechazó violentamente a Horacio Fontova, y suspendimos otra con Los Abuelos porque el soberano estaba invadiendo el escenario de Moro-Satragni (QEPD ambos)".

"El primer La Falda con Abuelos fue complicado –añade–. Empezamos con un instrumental y el teclado estaba desafinado porque el fluido eléctrico no llegaba a 220. Miguel (Abuelo) ponía el cuerpo con actitud y percusiones. El público, más bien ortodoxo, nos dio literalmente la espalda. Todo el mundo de espaldas y haciendo 'cuernitos'. Si me lo cuentan no lo creo, pero así fue. El Chateau lo hicimos con Tito Losavio porque Ariel (Rot) ya estaba en Madrid, supongo. Y armamos una reunión de Abuelos con el Vasco (Bazterrica) y Cachorro (López). Hace 10 años hicimos Cosquín... Yo no sabía que había dos festivales Cosquín. No tenía idea. Hace 15 años me había ido a Madrid, y llevaba cinco años sin tocar. No fue un regreso sencillo".

-Siempre fuiste un artista elusivo para la producción de Cosquín Rock. ¿Por qué esta vez dijiste que sí?

-No fui tan elusivo. Teníamos base en Madrid, vivíamos allá casi todos, allá ensayábamos... Y si veníamos, tampoco podíamos estirarnos hasta febrero para hacer el festival. Ahora casi todos vivimos en Buenos Aires. Estoy encantado de haberle dicho que sí a José y hacer Cosquín. De todas maneras, estos años hicimos Cordoba con Palazzo en muy buenos términos. Tocar en festivales es una lotería de sensaciones, pero me gusta haber dicho que sí. Sé que José quería armar un Cosquín conmigo y estoy contento de cortar con este récord negativo de "cosquines".

-Llegás al festival a meses de la edición de "Pura sangre" y "Jamón del medio", ¿la lista de temas se asemejará a las planteados allí o barajás algunas sorpresas?

-Desde octubre que no tocamos. La última fue en Tijuana con Enrique Bunbury. Vamos a armar el repertorio según los ensayos que tengamos y el tiempo dispuesto para tocar. Pura Sangre Jamón del medio son tres repertorios: el DVD, el CD dePura sangre y el line album. Es muy probable que el repertorio tenga coincidencias con alguna de estas "listas". Vamos a ensayar tres veces y seguro probamos algo nuevo o distinto; si nos encontramos seguros, lo tocamos. Tenemos algunas cosas pensadas que nos gustaría hacer, pero va a depender del ensayo y la confianza.

-Ya reivindicaste la situación "La Falda", de público hostil, casi imposible ganárselo. ¿Mantenés esa actitud de ganarte al soberano por más que éste venga cautivado de movida?

-Ya te conté mis experiencias en La Falda, tal cual. La primera con el repudio unánime del público, la segunda cuando casi lo linchan a Horacio Fontova (por tocar una chacarera), y la tercera que suspendimos por disturbios y destrucción de escenario. Ahora vamos a ofrecer un repertorio para gustar y gustarnos. Lo importante es tener buenas sensaciones en el escenario, no lamentar inconvenientes eléctricos, tocar bajo un cielo cordobés abierto, que el clima nos acompañe y sentirnos bien tocando. Que haya "duende" y que sea especial. -¿Es cierto que pediste una programación afín en tu noche de Cosquín Rock?

-Es verdad que pregunté a Pez y a El Perrodiablo. También hablé con Adrián (Dárgelos), porque, creo, Babasónicos y nosotros redondeamos un buen cierre. También va a estar Leiva, que es amigo y con el que tenemos afinidades. Tampoco le exigí nada a José, pero me parece que las bandas independientes y distorsionadas tienen que estar en Cosquín. Además, Pez es un emblema, un grupo ejemplar por sonido y filosofía. Classic rock.

-Cosquín Rock tiene escala y atmósfera "Glastonbury". ¿Te intimida? ¿Hay que hacer pruebas de sonido más extensas para una parada así?

-No sé cómo es el tema de la prueba de sonido. En los festivales es bastante complicado el trabajo de operadores y asistentes. Quizás probemos el día anterior, no sé. De todos modos, nuestro equipo se desarma para que toquen los demás. En un festival puede pasar cualquier cosa con el sonido. Yo trato de no despachar mucho feeling en la prueba de sonido, pero en el caso de Cosquín, como en el de cualquier festival, importa tener pocos inconvenientes y más alegrías.

-¿Vas a cultivar la camaradería en el festival? Te lo pregunto porque en situaciones así abunda tanto el amiguismo de backstage como la fobia a tomar contacto con los pares.

-Lo importante son las buenas sensaciones en el escenario. Con los Babasónicos y los Deca somos muy buenos amigos, pero dudo que llegue seis horas antes para quedarme conversando. No tengo fobia al contacto con los músicos, al contrario. Me gustaría mucho saludar a Ricardo (Iorio), Horcas, Skay y Molotov, pero tocamos en diferentes días. También me gustaría escuchar a los buenos grupos de reggae, pero no se puede todo. Cosquín va a estar lleno de buenos amigos míos y, además, me siento compañero de todo el gremio.

-¿Cómo sigue tu 2015 después de Cosquín Rock? ¿Disco de estudio más nuevas giras?

-Después de Cosquín tenemos un festival grande en Bogotá, parecido al Lollapalooza pero con otro nombre. Luego voy a Barcelona a presentar el libro (se refiere aParacaídas y vueltas), seguramente me quede para la feria del libro en Madrid y para ver toros, llego justo para la flor de la temporada en Sevilla y San Isidro. Como siempre, en esta época del año, tengo distintos planes y deseos: grabar rock en estudio con mis compañeros, revisitar los archivos, grabar más "visiones musicales" para el soundcloud. También están los deseos que se presentan... Espero que se arme algo bueno para la segunda mitad del año. Íntimamente, me gustaría ensayar con los chicos para explorar mi discografía y mejorarnos como grupo, y grabar con algunos artistas grandes. Cierto es que cada día tengo una idea interesante. Pero ideas tiene cualquiera, lo importante es hacer las cosas.

-Acerca de "Paracaídas y vueltas", ¿cómo convencerías a un lector promedio para que se apunte en Amazon para la preventa?

-Es posible que un fuerte reclamo aliente a las editoriales a publicarlo en más países de América, eso sería importante. Pídanlo y hagamos de Paracaídas y vueltas un éxito literario sin antecedentes. Supongo que mucha gente tiene curiosidad e interés por el libro, y sería formidable que lo imprimieran en toda Latinoamérica. Es mi primera experiencia literaria, no es un libro "conversado", está escrito por mi puño y letra. Va a gustar y es probable que ofenda un poco también. Es inevitablemente musical, pero además tiene misterio y atrevimiento. Estoy en un territorio distinto que respeto mucho, que es el papel impreso. Como diría Brian Jones: "No me juzguen tan severamente".

Desenchufado

En situación de entrevista, Calamaro siempre le pone el cuerpo a los ardientes temas de la actualidad sociopolítica. Siempre que se lo requieran, claro. En este caso, deja su opinión sincera sobre el affaire Nisman: "Considerando que volaron la embajada de Israel y no tenemos apenas pistas de quién lo hizo o por qué, es apresurado presentar una hipótesis propia en este caso".

"No me siento personalmente afectado, si tengo que ser completamente sincero. Es demasiada actualidad junta. Y estas cosas, a veces, no se resuelven nunca. Quizás sea justo desenchufarse un poco de la versión de la actualidad que ofrecen TV y periódicos, de los debates virtuales, y enfocarse en otras cosas", añadió.

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