Un alud de enfermedades amenaza ahora a Tartagal.

"El alud destapó cuestiones que se querían ocultar. Hay hechos naturales que sonimprevisibles, pero aquí la mano del hombre provocó el desastre", afirma Silvia de Novillo,directora de la escuela 4289, San Isidro del Labrador, en una de las barriadas sitiadas por lodo enTartagal, en el norte de Salta.
Desde el 9 de febrero, cuando el río salió de su cauce einundó barrios, se llevó tres vidas y dejó dos mil evacuados, quedó desbordada la estructurasanitaria de la ciudad ubicada a 400 kilómetros de la capital salteña.

    "El dengue es un tema de siempre, pero el problema está enla falta de agua potable y la eclosión de la red cloacal, que es muy vieja, El alud trajo ratas muygrandes como las que transmiten al hantavirus, eso es preocupante. Además, no hay información sobrelos casos de hepatitis, leptospirosis y diarreas graves, que se producen en la zona", resaltó ladocente.

Colmó la paciencia. Hoy también parece colmada la paciencia de la población.Después de varios días de lluvias, los vecinos buscaron secar bajo el sol lo que les quedó ycolgaron ropas y zapatillas, como guirnaldas en una tregua a la desesperación. En tanto, la ciudadse divide al discutir sobre el impacto de los desmontes en la economía, el ambiente y la salud deesta zona de imponente belleza y riqueza.

 "La riqueza nos condena ante los ambiciosos", dice unavoluntaria. Mientras admite esa maldición, mira al cielo por temor a más lluvias y da una ojeada aun descampado por temor a más mosquitos. Al crecer, el río tomó la avenida Packmam, formó un brazoque recorrió unos cuatro kilómetros y se derramó por la calle San Lucas. Así, el mar de lodo llegópara quedarse en el barrio de la escuela 4289 y en la comunidad toba. El desastre afectó a alumnosy docentes que viven en la zona. "Una maestra está en observación médica y un profesor está grave",explica de Novillo.

   "Los padres de los alumnos se autoconvocaron porque eledificio no está en condiciones sanitarias. Ya nadie trae agua, tenemos 615 alumnos y el comedorsólo puede funcionar si tenemos agua mineral. Por eso decidimos no dar clases hasta que no hayariesgos", remarcó.

La historia oficial. Los vecinos no creen en los datos oficiales y critican alsilencio de las autoridades del Hospital Eva Perón. Una docente indicó que el miércoles unbioquímico habló de cuatro mil casos de dengue clásico y otros dos hemorrágicos. También acusan alas autoridades de no enviar todos los análisis a los laboratorios de Pergamino y ocultar la cifrade pacientes con síntomas de dengue. "Al hablar con cualquier vecino se escucha que casi todostienen familiares con dolencias y sospechosos cuadros febriles", señaló.

   "Contraje el dengue hace dos domingos, cuando llevamosalimentos al barrio Santa María. Tal como advierten los médicos, a los siete días sentí dolores decabeza, fiebre y fui al hospital. Era tanta la cola que terminé en una clínica privada", dijo laantropóloga Marta Juárez.

   Sobre la emergencia sanitaria, sostuvo: "Creíamos quellegarían más médicos, camas y se dispondría de un avión sanitario permanente, Pero no pasó nada yel mismo gobernador dijo que no ampliaría el presupuesto para la zona. Todo eso enfureció a lagente que cortó calles, marchó y se formó un grupo de vecinos autoconvocados".

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