De un verano en el que se coqueteó con el apocalipsis ambiental, a un otoño contemporizador desde la negociación política, la consideración acerca de la gravedad del impacto ambiental sobre los ríos Neuquén y Limay quedó relativizada, porque la Legislatura neuquina aprobará un moderado proyecto, ciertamente lavado, que declarará la situación de “alerta hídrico ambiental” en la provincia, por cinco años.