Alcalde de Lesbos: "La solución a esta crisis es registrar a los refugiados en Turquía"

Alcalde de Lesbos:

El alcalde de la isla griega, Spyros Galinos, convive con el drama de los refugiados y es una de las voces críticas del acuerdo que la Unión Europea (UE) negocia con Turquía para expulsar a las miles de personas que ya se encuentran en territorio europeo. 

Por Cecilia Guardati

"No entienden que no tiene ningún sentido, volverán a cruzar", advierte el alcalde de la isla griega de Lesbos, la principal puerta de entrada a Europa de quienes huyen de la guerra de Siria y otros países.

"La Unión Europea debe mostrar voluntad política para dar una solución efectiva, y eso significa no sólo detener la guerra en Siria sino concentrar el registro de solicitud de asilo de los refugiados en Turquía", aseguró Galinos a Télam, en el marco de un encuentro con expertos en migraciones en la Fundación CIDOB de Barcelona.

"Hemos visto a muchos países europeos cerrar las fronteras, estamos viendo a los líderes europeos negociar con el gobierno de Ankara para devolver a los refugiados. Y es frustrante, porque no entienden que se trata de personas que huyen de la guerra y que intentarán cruzar otra vez, porque los dejamos en manos de las mafias", dijo el alcalde.

Los refugiados que llegan a Lesbos lo hacen por mar a bordo de embarcaciones de goma mucho más cargadas de lo que deberían. Tienen capacidad para unas 20 personas pero suelen llevar el doble, mujeres, niños y hombres que dejan sus vidas en manos de unos traficantes sin escrúpulos que las embarcan en condiciones inhumanas.

La mayoría consiguen superar la travesía, los nueve kilómetros por agua que separan la costa de Turquía de la de Lesbos, pero otras no lo logran y naufragan en el mar Egeo. Unas 3.700 personas murieron en el Mediterráneo en 2015.

"Nuestra primera propuesta a la Comisión Europea fue decirles que nosotros podemos enviar ferries y transportar a los refugiados hasta Lesbos para que lleguen sanos y salvos, y registrarlos aquí en la isla como solicitantes de asilo", explicó Galinos.

El alcalde subrayó que su prioridad -que también debería ser la de la UE- es "salvar vidas" y acoger a "víctimas de la guerra".

Es por eso que insistió en que "el acuerdo con Turquía es completamente incorrecto, porque defiende los intereses de las mafias". "Dejamos que ellos tengan el control en vez de tenerlo nosotros", remarca.

Galinos apuntó que "la solución a la crisis de refugiados que afronta Europa es parar la guerra y estabilizar la situación en Siria, pero como esto no es tarea fácil, al menos se puede intentar controlar la situación registrando a los solicitantes de asilo en territorio turco y evitando más muertos".

El alcalde habla desde la frustración y la impotencia: "Hemos visto morir a mucha gente. En Lesbos pasamos tiempos muy difíciles". No podemos levantarnos cada mañana y encontrar cuerpos muertos de niños y bebés, en las puertas de nuestras casas".

"Llegó un momento, a fines del año pasado, en el que no teníamos lugar ni para los vivos ni para los muertos. La morgue y los hospitales estaban saturados. Había 78 cadáveres", afirmó.

"No teníamos donde enterrarlos de forma digna en el cementerio, así que cedimos terreno público para abrir uno nuevo, porque queríamos dar lo mejor de nosotros", sostuvo la máxima autoridad de Lesbos.

"Hemos pensando en soluciones pero necesitamos que paren los crímenes", subrayó Galinos, convencido de que los líderes europeos cometieron "muchos errores" con los refugiados pero pueden resolver esta crisis cumpliendo con su obligación moral de "proteger a las víctimas de la guerra".

La población de Lesbos, que es la octava isla del Mediterráneo en tamaño con 1.632 km cuadrados, es de 85.000 personas. Y en los momentos de mayor presión migratoria, llegaron hasta 7.000 refugiados al día.

Si bien la isla estaba saturada, las autoridades y los habitantes de Lesbos, con el apoyo de organizaciones internacionales, tanto la ONU como la ONG Médicos Sin Fronteras -que actualmente colaboran en una operación de rescate en el Egeo- se volcaron en la gestión de la ayuda a los refugiados.

"En un principio los refugiados nos tomaron por sorpresa, venían en números enormes y no teníamos capacidad de responder a lo que era una crisis humanitaria. Pero sentíamos que teníamos el deber moral y la obligación de ayudarlos", aseguró el alcalde griego.

"Actualmente tenemos un plan de asentamientos, y enviamos a los refugiados en ferries a Atenas, con lo que la crisis está relativamente controlada", añadió.

"Colaboramos en todo con el gobierno griego, pero ellos hacen todo lo que pueden, porque tienen las manos atadas por las condiciones impuestas por la propia UE y el FMI", prosiguió, en referencia a las políticas de ajuste económico exigidas a la endeudada Grecia por sus prestamistas internacionales.

Sin embargo, Galindo no ocultó su preocupación por el hecho de que la llegada masiva de refugiados de forma caótica hizo algo de mella en las poblaciones locales, no sólo de Lesbos sino en otras partes de Europa.

"Hemos visto casos de racismo, xenofobia, mucha furia, bronca", indicó el alcalde.

"Por eso, la UE debe entender que los refugiados no suponen una amenaza para la seguridad. La mayor amenaza es el racismo que provoca la forma de manejar la crisis. Crea confusión en las comunidades locales, que ven refugiados como una amenaza y se intentan proteger", subrayó.

"Hay que levantar barreras contra la xenofobia en vez de hacerlos contra los refugiados porque es como intentar contener un río que igual va a desbordar", señaló el alcalde, quien también pide a los gobiernos de los 28 países de la UE que tomen como ejemplo a la pequeña Lesbos y acepten acoger de forma "permanente" a los refugiados.

"Tenemos 2.000 refugiados establecidos y estamos dispuestos a recibir 20.000 si tenemos trabajo para ofrecerles. Porque estas personas no vienen a mendigar sino a trabajar y forjar un futuro mejor para ellos y sus hijos", remarcó.

"La clave está en entender que algún día podemos estar en la misma situación que ellos", concluyó el alcalde, cuya presencia en Barcelona sirvió para firmar un acuerdo de cooperación técnica y logística- del que también participa la isla italiana de Lampedusa- para la acogida de refugiados que pretende hacer frente a la pasividad de la UE ante este éxodo y crisis humanitaria.

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