Alberto Fernández ata su plan de medidas a la evolución de contagios y un acuerdo por la deuda

Alberto Fernández ata su plan de medidas a la evolución de contagios y un acuerdo por la deuda

El presidente tiene en carpeta un paquete con 60 iniciativas para empezar la recuperación tras el fuerte golpe que implicó la pandemia.

El Gobierno se encamina a una semana decisiva para intentar una salida del “modo supervivencia” en el que está metido desde hace cuatro meses por la pandemia de coronavirus. Hay dos variables que Alberto Fernández examinará en las próximas horas antes de lanzar varias de las “sesenta medidas” que, según las principales líneas del Gobierno, el Presidente guarda celosamente a la espera de un panorama de mayor certidumbre.

Uno de los principales frentes que siguen de cerca en Olivos tiene que ver con la evolución en los próximos días de los contagios en la zona metropolitana de Buenos Aires. Con esa variable, el jefe de gobierno porteño y el gobernador bonaerense definirán si a partir de la semana próxima las flexibilizaciones que ya se pusieron en marcha siguen adelante.

O si, por el contrario, se vuelve a un esquema de aislamiento estricto. En el gobierno nacional confían en que esta disparada de los casos de los últimos días se transforme en una nueva meseta que lleve a un desconfinamiento gradual, aunque las miradas siguen estando puestas en el Conurbano.

La otra variable que sigue el Presidente tiene que ver con el desenlace de la negociación de la deuda, que tiene en el martes 4 de agosto un nuevo plazo final. Aunque podría concretarse una nueva prórroga para la fecha límite que propone el Gobierno, desde la cartera que maneja Martín Guzmán sostienen que la mejora de la última propuesta fue significativa, aunque la última palabra la tendrán los bonistas más duros, encabezados por BlackRock, que pueden hacer que el porcentaje de adherentes esté por debajo del límite para evitar posibles demandas judiciales en tribunales internacionales. En el Gobierno aseguran que están “en los últimos cien metros de la negociación” y que el arreglo con los acreedores de la deuda emitida durante el macrismo y el kirchnerismo al finse concrete.

Entonces, sin volver a una cuarentena restrictiva y con la negociación por la deuda más cerca del sí final, el Presidente recién se animará a lanzar un paquete de unas sesenta medidas. Fernández evita hablar de plan económico (“siempre fracasaron en la Argentina”, sostuvo días atrás el mandatario). Prefiere ir probando con varias medidas de reactivación, que pueden verse opacadas por cualquiera de las dos variables que lo acechan: la pandemia y los bonistas.

Para agosto, están confirmados los pagos de ATP e IFE. La idea es transformar parte de esos fondos que ahora se destinan para el pago de sueldos (unos $50 mil millones por mes) y para ingresos de emergencia (cerca de $90 mil millones mensuales) en proyectos productivos. Lanzarán planes de viviendas, de obras públicas y créditos a tasa baja para reactivar diversos sectores, entre ellos, la construcción. Las medidas empezarían a tener efectos a partir de septiembre y apuntarán a recuperar el castigado mercado interno. 

Claro, la gestión frente a la deuda y el coronavirus impondrán en los próximos días si el gobierno de Fernández comienza a dejar el plan de supervivencia y empezar a enfocarse en otro de transición.

 

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