Acto por el Día del Maestro realizado en el Parque Municipal

Acto por el Día del Maestro realizado en el Parque Municipal
En la tarde de ayer tuvo lugar el acto central en conmemoración del Día del Maestro frente al busto de Domingo Faustino Sarmiento ubicado en el Parque Municipal, donde asistió el intendente municipal José Inza.
El mandatario estuvo acompañado por la secretaria de Cultura y Educación Estela Cerone, la inspectora Jefe Distrital de Educación Provincial Betina Ferreira y el consejero escolar José Tedesco. De la ceremonia también participaron concejales, consejeros escolares, inspectoras de los distintos niveles de la educación, docentes, directivos de establecimientos locales, dirigentes gremiales y alumnos.

En principio, se leyeron palabras alusivas al prócer, por parte de las docentes integrantes de la comisión organizadora del acto. Seguidamente se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, interpretación que estuvo a cargo de la banda Combate de Perdriel. El pastor Javier de la Iglesia "El Camino" tuvo a su cargo una oración en memoria de los docentes fallecidos.

Posteriormente, la directora del Centro Educativo Complementario Nº 802 Luz Salgado se dirigió a los presentes y brindó el discurso que a continuación se transcribe:

"Me han otorgado hoy una importante y difícil tarea, casi diría, propia de un alquimista, que es la de dar cuerpo y coherencia a palabras que evoquen la historia, transmitan y despierten sentimientos, movilicen, que algunas provoquen recuerdos, otras rupturas, que valoricen un presente, que fortalezcan esperanzas y que juntas, mezcladas correctamente, puedan transformarse en homenaje a todos y cada uno de los maestros y maestras que, conscientes de la enorme responsabilidad de la que se han hecho cargo al elegir su profesión, ponen día a día en las aulas su vocación, su profesionalismo y especialmente su corazón.

Fue en 1943 durante la primera conferencia de ministros y directores de educación de las repúblicas americanas en que se consideró como un hito la fecha en que Domingo Sarmiento pasó a la inmortalidad y se declaró el 11 de septiembre Día del Maestro en todos los países americanos.

Sarmiento, hacedor, escritor, estadista, militar, político, pensador, ideólogo, hombre de fuertes convicciones y de ideas que dieron vida tanto a acérrimos detractores como seguidores.

Pareciera tarea van a intentar encorsetar a Sarmiento. Su vida pública es compleja, inmensa y por lo tanto sus ideas políticas imposibles de ser revisadas y pensadas desde un único punto de vista. Es por esto que no es la intención de mis palabras entrar en terrenos de un revisionismo crítico, sino y sin lugar a duda creo que siempre es oportuno evocar su personalidad, su pensamiento, su obra y hoy hacerlo destacando una de sus facetas más conocidas en influyentes: ‘la de educador’.

Porque este sanjuanino tuvo durante toda su vida obsesión por la educación y el carácter social de sus ideas pedagógicas, estuvo seguramente influenciado por las frustrantes experiencias por las que tuvo que atravesar al querer concretar su propia educación. Cuando la educación aún no era pública, no era para todos, no era cuestión de Estado.

Es así que inspirado por las teorías de Europa y de Estados Unidos comenzó a pensar en el deber del Estado de proveer a todos los individuos de una instrucción pública a partir de lo cual pudieran desarrollar su faceta espiritual, política, económica, social, mediante una efectiva igualdad, una educación universal, igual para ambos géneros, con una importante formación moral ya que contribuiría a la formación de ciudadanos dispuestos a defender el orden republicano.

Sarmiento no se quedó sólo en el plano de las ideas y desde los distintos espacios en los que participó en la función pública creo escuelas para los diferentes niveles de enseñanza, escuelas destinadas a la formación de maestras. Y con la ley de educación que conocemos como Ley Sarmiento solidificó las bases sobre la cual se asienta la escuela hoy: una escuela laica, gratuita y obligatoria.

Expresaba textualmente ‘de este principio imprescriptible, la igualdad de derechos de los hombres, hoy nace la obligación de todo gobierno a proveer educación a las generaciones venideras’.

Es indiscutible que la trascendencia de las ideas de Sarmiento radica en haber señalado tempranamente la importancia de la educación para el desarrollo, la democratización y el cambio, y haberse planteado preguntas decisivas e incisivas en la materia.

Pionero en la pedagogía latinoamericana, educador, democrático, Sarmiento trascendió su tiempo y hoy, a 125 años de su muerte, sus premisas viven vigentes. A pesar de que hasta llegar a nuestros días las distintas políticas educativas han intentado dar respuesta a los desafíos que proponen los cambiantes escenarios históricos y sociales, la premisa de la educación como bien social y derecho sigue cada vez más vigente en los lineamientos discursivos actuales.

Hoy, no sólo el acceso obligatorio a la educación se extendió hasta el nivel secundario, sino que la idea de inclusión como posibilidad de acceso universal va más allá de cómo las pensó Sarmiento, es superadora de su idea ya que ahora se sumó a la inclusión, la calidad, el valor y el respeto por la diferencia, la interculturalidad y con ella la revalorización de nuestras culturas nativas y el fortalecimiento de la educación rural.

Sin embargo, coincidiremos en que no existe política educativa, propuesta, lineamientos, teoría pedagógica que se hagan en el aula si no hay un maestro consustanciado ética y profesionalmente con el desafío que significa la tarea de la educación como formadora de ciudadanos, aspirando a formar personas capaces de convivir en sociedad, personas con un pensamiento autónomo que les permita saber cuándo obedecer y cuándo rebelarse, empoderar para dar lucha a la fatalidad social entendida ésta como esas sociedades cristalizadas en clases permanentes, al decir del filósofo Fernando Sabater.

Y los maestros son los principales transmisores de civilización que hay en nuestras sociedades.

Hoy, maestro, te repensás, te reinventás, te cuestionás, ponés en tela de juicio a diario tu tarea, rompés con algunas certezas y te parás frente a tus alumnos confiado de sus posibilidades, no te considerás único dueño del saber y te permitís aprender, diseñás caminos de ida y vuelta de los aprendizajes, y descubrís en la individualidad de cada uno de tus alumnos la verdadera riqueza de la diversidad, les otorgás la palabra, la palabra llena y abrís atento tus sentidos a cada uno de sus expresiones. Ves en cada uno de ellos un presente que te ofrece esperanzas de futuro. Respetás su cultura y les mostrás el mundo, no te limitás a transmitir conocimientos, motivás a tus niños y no te ponés límite para cumplir. Porque aparte de cultivar las letras, la historia, los números y las ciencias, promovés valores cada vez que te sentás a consolar a un alumno, le marcás un límite, te detenés a conocer su historia, encontrás en sus ojos tus propios ojos y te vas pensando en él sin poder respetar los tiempos que te marca tu horario laboral.

Por último, si me permiten, no puedo dejar de cerrar mis palabras sin el reconocimiento y agradecimiento a todas mis maestras y especialmente a mi maestra Alba, aquella que me llevó de la mano a recorrer el mundo y me permitió transformarlo, que creyó en mí e hizo que creyera en mí. Esa que abrió posibilidades y por la cual pude entender la educación como un bien preciado. Ella fue la que de alguna manera trajo hoy mis pasos hasta aquí. Es a través del recuerdo de esa maestra, mi maestra, que brindo homenaje a cada una de ustedes y les digo gracias, gracias por hacer de la escuela el lugar colectivo más confiable y el que brinda el amparo más profundo. Gracias por haber elegido con orgullo esta profesión, por garantizar la igualdad de oportunidades, el lugar donde se cumple el derecho que todos los niños tienen de aprender. Gracias por el compromiso, que hace de los alumnos sujetos responsables y críticos. Gracias por los números y las letras, que hacen que se conviertan en seres sabios y libres. Gracias por alimentar en los niños la alegría del compartir y la esperanza de un mañana".

A continuación, una alumna fue la encargada de leer la poesía "A mi Maestra", en homenaje a las educadoras.

Los pequeños de la Escuela Primaria Nº 1 realizaron una demostración de destreza física y luego los alumnos del Jardín de Infantes Nº 909 cantaron junto a sus familiares una canción dedicada a los maestros. Asimismo, diferentes instituciones educativas y gremios depositaron ofrendas florales frente al busto de Sarmiento.

Por su parte, la inspectora Jefe Distrital de Educación Provincial Betina Ferreira también se dirigió a los presentes. En su discurso, realizó una reflexión "sobre lo que significa ser maestro en este tiempo histórico que vivimos, qué tipología de maestros necesita la educación hoy, cuando pretendemos avanzar en el marco de una educación inclusiva, relacionada a la justicia social, a la igualdad de oportunidades".

En el mismo sentido, Ferreira apuntó que "para cumplir esta misión es necesario contar con maestros comprometidos desde lo social, desde lo humano, desde lo sentido, desde el corazón y la mente. Y me refiero especialmente y particularmente a esos maestros preocupados porque sus alumnos transiten y egresen de la escuela pensando, construyendo, cuestionando, poniendo en juego sus capacidades mentales, sociales y humanitarias, para construir una sociedad mejor, más justa más solidaria".

De la misma manera, mencionó que "esos maestros que necesitamos son aquellos que todos los días recorren muchos kilómetros para llegar a sus escuelas a dar clases, muchas veces en condiciones difíciles climáticas o de caminos. Son aquellos que estimulan y acompañan a sus alumnos para crear y exponer proyectos de trabajo para feria de ciencias o de lectura o cualquier otra actividad creativa, brindando tiempo extra al escolar". Agregó que dichos docentes "son aquellos que se preocupan por la salud de sus alumnos cuando están enfermos y les hacen llegar sus tareas, los visitan y hasta les consiguen turnos médicos, son aquellos que se preocupan porque sus alumnos coman y merienden aun teniendo que hacer ellos mismos esa comida o merienda, son aquellos que se interesan por las familias y la trayectoria de vida de sus alumnos, en un momento donde los vínculos familiares y sociales se complejizan y afectan tantas veces el desarrollo de los niños".

A su vez, la inspectora Jefe Distrital de Educación Provincial expresó que "esos maestros no sólo hablan sino que educan con el ejemplo, pueden trabajar en equipo o arreglárselas solos si es necesario, esos maestros que se capacitan para ser mejores maestros, para actualizar su formación o que estudian y concursan para liderar instituciones, esos maestros que le ponen pasión a su profesión porque entienden que ésa es la única manera de que los chicos también sean apasionados. De esos maestros necesita la educación hoy, maestros hacedores de ciudadanos activos, creativos, críticos, justos pero fundamentalmente maestros de niños y jóvenes libres y felices".

La docente sostuvo que "pensar en estos maestros y el futuro me llena de esperanza, me hace creer que no todo está perdido, como tantas veces nos quieren hacer creer".

En otra parte de su alocución, indicó que "la docencia hoy no es una profesión con buena prensa y sólo es noticia lo malo. Pero estos maestros que les nombré, no son noticia en los medios y seguro, a ellos, tampoco les interesa demasiado. Pero allí están, los conozco, los he visto y los veo trabajar diariamente, los identifico entre mis compañeros todos los días, siempre sumando, sin prisa, pero sin pausa humildemente, convencidos de construir en cada niño la esperanza de una Argentina grande y justa".

"Desde el orgullo de sentirme uno de esos maestros, les deseo feliz día a todos los colegas comprometidos con su profesión", culminó Betina Ferreira.

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