El hijo del jefe comunal, adujó visibilizando inseguridad y escasa convicción, que el polémico proyecto de ordenanza cuya aprobación dividió aguas en el frente oficialista Cambiemos “va a incrementar mucho la recaudación de la TSU, que pasará de unos 60 mil pesos de ingresos a un poco más de medio millón”, destacando que “unas 20 empresas van a proveer materiales para esta obra que va a dar trabajo a casi 200 personas”.

Por su parte, Cano afincó su rechazo al emprendimiento inmobiliario aseverando rotundamente que“estamos alterando la calidad de vida de una cantidad de gente que optó por un estilo de vida en esa zona”, advirtiendo que “este edificio es la puerta para que empiece a ocurrir lo que ya ha pasado en otros lugares de Mar del Plata”.

Tras los fundamentos vertidos por el dubitativo titular del bloque de Agrupación Atlántica, el ex secretario de Hacienda volvió a pedir el uso de la palabra para fustigar duramente: “tendrían que haber razones de más peso que no sean meramente económicas por las que vayamos a recaudar más de TSU”.

Acto seguido, aseveró que “la prudencia me hace decir que tendría que haber otro tipo de argumentación y no una de tipo económico. Porque si no estamos perdiendo la guía”.

Como corolario de uno de los momentos más tensos de la sesión, el hijo del hombre del “impermeable azul” se replegó sumiéndose en el mutismo, circunscribiéndose a escuchar como el veterano edil concluía el reproche a sus pares de bloque, sentenciando que “estamos legislando para la ciudad de Mar del Plata y para los vecinos de la ciudad no para una recaudación”.