De Vido no descartó la hipótesis de un atentado

De Vido no descartó la hipótesis de un atentado
Las verificaciones técnicas no detectaron fallas en la línea de transmisión. Tampoco hubo exceso de demanda. El Gobierno dejó abierta la hipótesis del atentado. Por eso presentó una denuncia penal para reclamar una investigación judicial.

Por Raúl Dellatorre

El Gobierno instruirá al Ente Regulador de la Electricidad para que realice “una profunda investigación administrativa” y promoverá una denuncia penal para que se “esclarezca” el origen de la interrupción del servicio eléctrico que el miércoles afectó a 850 mil clientes (casi 3,5 millones de personas) de Edesur y Edenor en el área metropolitana. “Alguien bajó la palanca”, dijo metafóricamente el ministro de Planificación, Julio De Vido, al explicar que no se detectó ninguna irregularidad en las líneas de transmisión colapsadas. “Hemos recorrido la línea que interconecta la estación transformadora de Hudson con la Central Costanera, en forma terrestre y por inspección aérea, a lo largo de sus 23 kilómetros, y no se detectó ninguna falla física, ningún transformador que haya tenido problema alguno, lo cual nos mueve por lo menos a curiosidad. Y cuando un funcionario público tiene curiosidad, lo que tiene que hacer es investigar”, dijo el ministro ayer por la mañana, en conferencia de prensa.

La denuncia del titular de Planificación volvió a abonar la hipótesis de un atentado. “Sabemos las consecuencias, pero no sabemos por qué se produjo. Nosotros, en este momento, hacemos hincapié en una determinada hipótesis, pero no descartamos ninguna”, explicó De Vido. “Creemos que lo mejor es que la Justicia haga la investigación correspondiente, a los efectos de ver qué es lo que lo produjo, quién interrumpió el servicio, ya que hasta ahora nadie ha podido dictaminar por qué se cortó el servicio.”

Previamente, el ministro de Planificación –en cuya órbita está el área de Energía– había repasado los distintos apagones ocurridos en los últimos años. Y recordó que “también hubo un apagón en 2004, producto de una caída que viene de la zona Cañuelas-Ezeiza. Y yo en aquel momento dije ‘si se cortó la luz es porque alguien bajó la palanca’, y se generó una gran controversia en relación con eso. Pero nunca hasta hoy se pudo saber por qué hubo ese corte en aquel momento”.

En virtud de la situación generada por la interrupción del servicio de las dos líneas Hudson-Central Costanera, y las dudas que quedan después de la inspección técnica, es que el gobierno nacional resolvió presentar la denuncia penal. “Por instrucción de la Presidenta, como ministro de Planificación y presidente de Cammesa, a través de mi apoderado legal presentaré una denuncia judicial penal, por la posible comisión de delito de destrucción total o parcial del servicio público de electricidad, dado que nos llama la atención el lugar donde se produjo, la hora en que se produjo con la demanda que tenía esa instalación, que era la mitad de lo que podía aportar”, especificó De Vido ayer ante el periodismo.

El corte de energía afectó a media ciudad de Buenos Aires y parte del área sur del Gran Buenos Aires, poco después de las 18 del miércoles. Había sido una tarde de intenso calor, con muy alto consumo eléctrico, pero el sistema de distribución había soportado en condiciones normales la fuerte demanda. Sin embargo, la salida de las dos líneas de transmisión Hudson-Central Costanera dejó sin funcionar la mitad de los semáforos porteños, interrumpió el servicio del subte y afectó a 850 mil hogares, comercios u otros domicilios conectados al sistema eléctrico, justo en el horario pico de regreso del trabajo.

Al ser consultado si la falta de las inversiones necesarias en mantenimiento por parte de las distribuidoras Edenor y Edesur podían estar vinculadas con el apagón, De Vido subrayó que “en este caso no fue por ese motivo. El Estado nacional tiene los planes de lo que se necesita hacer en el verano para que el sistema no tenga zozobra, y que el nivel de corte diario baje a lo mínimo indispensable”. Anteriormente, había señalado que “cualquier día de fuerte calor el nivel de cortes está en el orden de 40 mil usuarios, respecto de los 10 mil cortes que hay habitualmente en un día de temperatura normal”, refiriéndose a toda el área metropolitana (Capital Federal y Gran Buenos Aires).

En relación con la interrupción del servicio del último miércoles, el ministro subrayó que “está claro que no tuvo absolutamente nada que ver con un problema de mantenimiento. Una de las líneas fue totalmente reconstruida, el 50 por ciento por la actual gestión, y la otra fue mantenida y está fehacientemente determinado en los libros de control que, en la semana anterior, había tenido un mantenimiento especial”.

“Por otro lado –agregó–, estaban en un nivel de utilización de un 50 por ciento de su capacidad (al momento del colapso), con aisladores que son de última generación, que no se resienten con las altas temperaturas.” El ministro puntualizó que “una línea corre a 200 metros de la otra, pero saltaron las dos. Si hubiera saltado una sola, el sistema no se habría visto tan afectado”. A partir de ese incidente, “cayeron la totalidad de las subestaciones de Edesur, las 18, más ocho de Edenor, que estaban alimentadas por la Central Costanera. Entonces fueron 26 subestaciones que salieron de servicio porque prácticamente quedó inoperativa la central (térmica) más grande de la Argentina, que es Costanera, por falta de vínculo, y 850 mil usuarios, a lo mejor no todos al mismo tiempo, se quedaron sin energía eléctrica”.

“Si multiplicamos por cuatro por cada usuario, son 3,4 millones de personas afectadas por un evento en donde no había déficit de mantenimiento en un punto estratégico. Y diecisiete horas después (dijo a las 11 de la mañana de ayer) todavía no encontramos ninguna causal que justificara lo que pasó”, concluyó De Vido. Por la tarde, el Ministerio de Planificación informó que el servicio de la línea Hudson-Costanera había sido restablecido, pero seguía sin conocerse al responsable de su salida.

Comentá la nota