La cadena española de supermercados DIA -con fuerte presencia en el mercado argentino- inició el año con un respiro en su complicada situación financiera. El precio de su acción ayer trepó un 5% como respuesta al acuerdo de refinanciación de su deuda de u$s1.000 millones que anunció el lunes último, a escasos minutos de que cerraran los mercados europeos.

El importe total de la refinanciación se dividirá en diversos tramos con vencimiento el 31 de mayo de 2019, salvo para importes menores que se cumplirán entre 2020 y 2022.

La compañía se comprometió a no distribuir dividendos a sus accionistas sin el consentimiento previo de las entidades financiadoras hasta no haya logrado amortizar la totalidad de la deuda actual con ellas.

Por otro lado, ratificó la continuidad de los procesos de desinversión de otros negocios laterales como Clarel y Cash & Carry (Max Descuento). Con esta medida se busca “adelgazar” la estructura y lograr un ingreso adicional de efectivo por la vía de la venta de unidades de negocios que “no forman parte de su negocio principal”. Además, la compañía se ha comprometido a otorgar “garantía hipotecaria sobre ciertos activos de naturaleza mobiliaria e inmobiliaria” en “próximas fechas”, según se informó.

También se acordó una cláusula que fue celebrada por los analistas: provocará un supuesto de vencimiento anticipado el eventual incumplimiento por parte de DIA de la obligación de promover, durante el primer trimestre de 2019, un aumento de capital con derecho de suscripción preferente por un importe mínimo de u$s680 millones.

En un informe divulgado ayer los analistas de Banco Sabadell consideraron “muy positivas” las noticias ya que, dicen, eliminan el principal riesgo para DIA a corto plazo: no poder hacer frente a la operación del negocio. Además, subrayan como dato favorable que el acuerdo esté ligado a la ampliación de capital: “Es algo que en su momento DIA contempló como una posibilidad, pero que se confirma ahora y que se hace más que necesario tras el impacto negativo del test de deterioro de activos conocido en el patrimonio neto del grupo”.

A mediados de 2017 las acciones de la compañía lograron su máximo histórico en la Bolsa de Madrid con un precio de 6,41 euros. Actualmente, el precio de la acción es de 0,44 euros tras haber registrado un derrumbe pronunciado durante todo 2018. Durante el año pasado hubo jornadas en las cuales el valor cayó hasta 42% en un solo día.

En octubre pasado, en ocasión de la presentación de los resultados del tercer trimestre de 2018 (últimos datos disponibles hasta el momento), la cadena española anticipó que sus planes para la Argentina incluían “una reducción de los niveles de inversión en el corto plazo” y más “disciplina” en el “seguimiento y control” de la rentabilidad.

En ese momento el CEO de la cadena era Antonio Coto (destituido recientemente), quien explicó que el desplome de las ventas se debió una caída de 4% en España y el impacto de la fuerte devaluación de las monedas de Argentina y Brasil durante el período: en el caso argentino el reporte estimó en -30,9% la depreciación del peso argentino. Y del -16,1% en el real brasileño. Esta diferencia cambiaria tuvo un efecto negativo de 18,3% sobre el comportamiento de las ventas.

Respecto de los resultados fuera de España, el directivo dijo en ese momento que “en Argentina y en Brasil nuestra posición es muy sólida y nuestro futuro prometedor, pero a la vista de la incertidumbre macroeconómica que afecta actualmente a estas dos economías es el momento de mantener una postura más prudente”.