En Rosario, 10 muertos en 6 días a pesar de la Gendarmería

En Rosario, 10 muertos en 6 días a pesar de la Gendarmería
En su mayoría fueron cometidos por motociclistas, por lo cual se sospecha que están vinculados con la guerra entre bandas narcos; Berni admite "complicaciones"
La llegada a Rosario de 2000 efectivos de fuerzas federales , hace una semana, parece no haber alcanzado aún para cambiar las cosas: en ese período se cometieron diez homicidios. La violencia , fruto -en parte- de peleas territoriales que tienen como eje el narcotráfico , elevó a 100 la cifra de asesinatos cometidos en lo que va del año.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni , admitió que nunca pensó que iba a ser "sencillo" el operativo en Rosario. El funcionario afirmó que la llegada de las fuerzas se hizo pensando en que iban a surgir "complicaciones", porque es un territorio nuevo para la Gendarmería y para la Prefectura. "El 6 de mayo se va a avanzar sobre diez barrios [en total serán 30] con el despliegue de 500 policías provinciales", adelantó.

A pesar de que 2000 efectivos patrullan las calles, los crímenes fueron en ascenso. En seis días hubo diez homicidios, con distinto origen, pero en varios de ellos hay fuertes sospechas de estar vinculados con el universo de la droga.

El miércoles 9 murió Walter Valdez, de 30 años, baleado en el barrio Matheu desde una moto. El jueves hubo dos casos: Dante Meza, de 30 años, fue asesinado a metros de uno de los búnkeres derribados ayer, y en Remanso Valerio mataron de un tiro a Brian González, de 22 años. El domingo hubo cuatro crímenes. En Empalme Graneros apareció acribillado, cerca de un búnker de drogas, Leonel González, de 26 años. En circunstancias similares fue hallado Nicolás Burgos, de 20 años, ultimado de siete balazos desde una moto. De un disparo en la cabeza murió Rocío Judith Martín, de 17 años, a la salida de un boliche situado en la avenida Perón al 5600. La joven recibió un tiro disparado desde una moto contra un grupo de jóvenes. Nicolás Savani, de 27 años, murió tras un enfrentamiento entre patotas del sindicato de camioneros.

Anteayer fue asesinado Ariel Gómez, de 17 años, en Granadero Baigorria. Ayer, los hermanos Emanuel y David Cuello, de 20 y 14 años, fueron encontrados muertos en la calle. Se cree que cometieron un robo y que fueron perseguidos y asesinados.

Ante este escenario de creciente violencia, ayer se puso en marcha una estrategia de alto impacto, que consistió en la demolición de los búnkeres allanados. El Ministerio de Seguridad provincial ordenó que fueran derrumbados tres quioscos de droga que fueron "intervenidos" el miércoles pasado en medio del megaoperativo de las fuerzas federales, que dejó 25 detenidos. Las paredes quedaron convertidas en escombros, pero nadie resultó preso ni tampoco se incautó de droga. Eran lugares que estaban vacíos y el objetivo, según explicaron en el gobierno provincial, es evitar que se vuelvan a vender estupefacientes. Hoy está previsto que se tiren abajo otros cinco puestos de venta de drogas. Desde 2012 fueron derrumbados con topadoras 37 búnkeres. A pesar que algunos fueron demolidos tres veces, fueron reconstruidos y actualmente siguen en pie.

QUIOSCO REACONDICIONADO

Ayer, poco después de las 10, funcionarios de la cartera de Seguridad llegaron a 27 de Febrero al 7500, donde funcionaba hasta hace pocos días en lo que era una casa de familia. El lugar había sido reacondicionado, con paredes reforzadas, para ser una boca de expendio de droga. Custodiados por efectivos de la Gendarmería Nacional y de la policía provincial, operarios del gobierno provincial demolieron el lugar con martillos neumáticos.

Los vecinos del búnker miraban en silencio la escena, que se repetirá durante los próximos días en los 67 puestos de venta de droga que fueron allanados durante el megaoperativo del miércoles pasado.

Entre los funcionarios del área de Seguridad, calculan que habría por lo menos un centenar más en la ciudad, pero ese número es el que está judicializado. El subsecretario de Seguridad Comunitaria, Osvaldo Laffatigue, advirtió que se estudia usar algunos de esos espacios para llevar adelante "tareas sociales".

Las autoridades provinciales y nacionales sólo pueden "intervenir" en quioscos de droga que están asentados en tierras fiscales. Según confiaron fuentes del gobierno provincial, se iniciaron tratativas con los fiscales federales para que se busque algún recurso legal para poder derrumbar también los búnkeres que están edificados sobre terrenos privados.

Las otras dos bocas de expendio de drogas que fueron demolidas están situadas en Perú al 3300 y en Uruguay al 8200. El primero era un búnker "histórico" del barrio La Lagunita que, según fuentes policiales, era manejado por Luis Medina, el empresario que fue asesinado junto con su novia el 29 de diciembre pasado.

En el otro quiosco de cocaína, los empleados provinciales completaron la tarea que habían iniciado los vecinos el viernes pasado, cuando decidieron por sus propios medios demoler el búnker, que había vuelto a funcionar unas horas después de ser allanado por los hombres de la Gendarmería.

Fue muy tensa la situación que se vivió en ese barrio de la zona sudoeste, porque varios vecinos fueron amenazados de muerte por los jóvenes que trabajan como soldados para los narcos que explotan esos puestos de venta de droga.

"La idea es que los lugares que son derrumbados queden con una custodia para evitar que se reabran y que se generen situaciones complicadas con los vecinos de la zona", sostuvo Ángel Ruani, secretario de Seguridad Comunitaria.

OTRO ROUND ENTRE BINNER Y BERNI

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y el ex gobernador de Santa Fe Hermes Binner protagonizaron un duro cruce por el operativo con el que el Gobierno desembarcó en Rosario para combatir el narcotráfico. "El resultado no es muy alentador", había dicho el diputado sobre el despliegue de gendarmes en Rosario.

Berni no tardó en responder. Calificó las declaraciones de Binner de "muy desafortunadas" y lo acusó de pertenecer "al grupo de los que opinan sin saber lo que está pasando".

Binner volvió a la carga. "Movilizaron 3000 personas para secuestrar tres armas, 50.000 dosis y 20 detenidos. Es una realidad pobre en relación con la gravedad del problema", descargó..

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