Quiroga : “Si fuera por la gente, el gradualismo sería a 147 años”

Quiroga : “Si fuera por la gente, el gradualismo sería a 147 años”

El intendente fue entrevistado por Adelanto 24 y esa fue una de sus frases más picantes.

NEUQUÉN.- Horacio "Pechi" Quiroga dialogó con Adelanto 24 y lanzó frases polémicas. Defendió el "sinceramiento" de la economía, aseguró que durante el kirchnerismo "creció la industria del punteraje" y no descartó dejar la intendencia de Neuquén si el Presidente lo convocara.

Quiroga fue el primero de los patagónicos en apostar por el proyecto “Macri Presidente”, lo que le valió el respaldo del líder de Cambiemos en su cruzada infructuosa por la gobernación de Neuquén.Transitando su cuarto mandato como intendente de la homónima ciudad, “Pechi” no se arrepiente de nada.

De origen radical, no duda en dejar entrever sus disidencias con aquellos correligionarios que hablan de problemas de comunicación por parte del Gobierno o mayor gradualismo a la hora de “sincerar” la economía, cuestión que ha quedado en el centro de la escena por los aumentos en las tarifas de los servicios públicos.

Quiroga está convencido de que el camino trazado por Mauricio Macri es el correcto. Aquí, la nota. 

-Como hombre de una provincia petrolera, ¿cuál es su diagnóstico sobre la situación energética?

-Estamos padeciendo lo que sucedió en la película “La Tormenta Perfecta”. Hubo mala praxis del gobierno kirchnerista, sumado a una conducta predadora de los yacimientos. Lo que trajo pérdida de soberanía sobre los mismos: después de la “década absurda” pasamos a importar hasta 15 mil millones de dólares, perdimos 20 mil millones por año, y eso se tradujo en la falta de inversiones para extraer gas y petróleo. ¿Con qué objetivo? Haber hecho populismo y demagogia irracional, y hoy estamos pagando esas consecuencias en las tarifas.En Neuquén, por ejemplo, el gobernador acompañó y aceptó pacíficamente esto, en contra de los intereses de la provincia. Parece que tenía el Síndrome de Estocolmo, se había enamorado de sus torturadores.

-¿Se implementó bien el “sinceramiento”? Ernesto Sanz dijo que debería “rediscutirse” la forma de comunicar, otros que debió haber sido más gradual…

-Si le preguntamos a la gente, le gustaría que sea gradual. A 147 años. No le tenemos que hacer más trampa al solitario: las tarifas tienen que reflejar el costo que corresponde, y los subsidios deben reemplazarse por subsidiados. Lo que pasó en “la década absurda” fue un negocio turbio que nunca se podía pasar blanco sobre negro. El caso de los subsidiados es distinto, porque hay gente que no está en condiciones de pagar un peso. La gente en situación de indigencia, para mí, tendría que pagar costo cero. Pero el que puede pagar, tiene que pagar. En la “década absurda” los pobres subsidiaron a los ricos. Una familia de un barrio paquete como Recoleta podía pagar $ 170 por bimestre, mientras que otra de una villa gastaba $ 400 por mes en garrafas.En cuanto a la comunicación, no soy experto. Pero creo que hay que gobernar con la verdad. Tiene sus costos, pero con el correr del tiempo tendrá los beneficios de convertirnos en un país en serio.

-En la supuesta “grieta” entre técnicos y políticos que afecta al Gobierno, ¿de qué lado se para?¿Aranguren o Frigerio?

-En la Argentina no nos gusta hablar de costo, nos gusta hablar de tarifas. Y lo primero que hay que hacer es sincerar los costos. ¿Cuánto cuesta tener energía en tu casa, que el servicio llegue? Tiene que tener un costo y tenemos que ser conscientes del costo de contar con ello. Vivimos con la fantasía de que los servicios tienen que ser gratis cuando son un bien de consumo. Y lo paga el que lo consume. ¿Cuánto? Según lo que consuma. Después el Gobierno dispondrá cuanto cobra.El otro error cultural es hacer rendir el salario no cobrando los servicios. A lo mejor te rinde más, pero los servicios terminan colapsando por falta de inversión. Y recuperarlo va a ser difícil e incómodo, porque el servicio más caro es el que no se tiene. Estamos al borde de que eso pase.Por otro lado, independientemente de la “grieta”, por lo menos me pareció curioso –y se que esto que digo va a armar lío- que mientras hay una intención de sincerar los costos y pasar blanco sobre negro, paralelamente, en la provincia de Buenos Aires se ponga a costo cero el boleto estudiantil.

-Usted afirma que estamos sufriendo un “síndrome de abstinencia” en lo que a subsidios refiere. ¿Atribuye a ello el primer cacerolazo contra el Gobierno?¿Lo “comprende” como el Presidente o cree que la gente debiera ser más paciente?

-Es difícil pedirle paciencia a la gente después de haber aceptado la relación con un gobierno que sabía que nos estaba mintiendo. Si total se estaban afanando el país, pero algo llegaba porque daba posibilidad de consumo. Conscientemente o no, estas reglas se fueron aceptando. En el balotaje sacaron el 49 por ciento, hoy creo que son una especie en extinción. Yo dije “síndrome de abstinencia”, hay gente que necesita que le mientan un poquito. Y si viene con algún subsidio o manguito, mucho mejor. Prueba de esto son estas organizaciones de cooperativas, que puede haber alguna que labure en serio. Pero la mayoría son cuevas de punteros. Lo que ha crecido en la década absurda es la industria del punteraje.

-A propósito de los subsidios, ¿cree que deberían revisarse los fondos que se destinan al sector petrolero? Muchos sostienen que por ellos pagamos el combustible más caro que en el exterior.

-En realidad, creo que está existiendo una compensación. Porque cuando llegó a costar 147 dólares, cuando el bolivariano (Hugo) Chávez se creía el Libertador de América, a Neuquén le reconocían un tercio. Los precios internacionales del Brent hoy rondan los 40, 45 dólares y se reconocen 66 para mantener la inversión.Saldría más barato importar que producir,  pero podría ser un problema. Mientras tanto, las consecuencias no me agradan. El barril criollo se mantiene con las veces que vamos al surtidor. Esto va a requerir tiempo, pero también necesitamos recuperar capacidad de producción porque tenemos el insumo y en su momento lo malgastamos. Necesitamos trazar un horizonte a largas décadas, no es como plantar girasol que de un año a otro el panorama cambia.

-Mucho se habla de la conflictividad social en el Conurbano, pero ¿cuál es la situación del sur? En Santa Cruz y Tierra del Fuego no han sido meses fáciles…

-Las provincias que gastan más que sus ingresos van a tener estos problemas. Cuando los gastos corrientes sobrepasan los ingresos, pasan estas cosas que pasan en Santa Cruz y Tierra del Fuego. Y también en Neuquén. Independientemente de que hace falta rediscutir la ley de coparticipación, pero no para pagar fiesta y gastos corrientes.

-Para terminar. ¿Estaría dispuesto a dejar Neuquén para acompañar al Presidente en el gabinete? En Buenos Aires su nombre ha sonado para varios cargos, entre otros, la ex SIDE y el Ministerio de Defensa…

-Tengo un deber, que es cumplir con la responsabilidad que me ha encomendado el pueblo de Neuquén. No podría analizar en potencial nada. Pero obviamente, si el Presidente necesita de cualquier ciudadano es difícil decirle que no. Sobre todo para mí, que lo apoyé y quiero no sólo sea Presidente por cuatro años, sino también un gran líder latinoamericano, capaz de desterrar el genoma del populismo del que Argentina fue cuna.

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