¿Qué servicios de promoción de exportaciones presentó?

-Presenté los servicios que brinda la Fundación ExportAr en su condición de agencia de promoción de la Cancillería Argentina, que difunde los programas y servicios que presenta el universo de empresas nacionales en bienes y servicios. En este marco el licenciado Marcelo Wiñasky brindó una presentación vinculada a marketing internacional e instrumentos sobre la generación de un espíritu exportador en las empresas argentinas.

¿En ese sentido cómo está trabajando la Fundación para promover este espíritu?

-Es capacitando e incentivando en las empresas que vean el mercado exterior como una posibilidad, no algo imposible ni remoto sino viable, que brinda escala, experiencia y oportunidad a los productos nacionales, procurando incluir o generar la participación en la gestión exportadora de nuevas empresas.

¿Cómo es el mapa de exportación del NOA, que en general está centrada en los commodities?

-Exacto. La idea es incorporar, desarrollar y promover la exportación de valor agregado en los productos. Es un país con una fuerte impronta de promover la exportación a granel o alimenticios que nos ha dado nombre en el mundo como proveedores, pero no podemos descuidar esos mercados y esa imagen que tenemos. La idea es incorporar dejando de ser proveedores de granel pasando a ser fraccionados, de valor agregado, incorporando tecnología, servicios. En ese marco incorporamos la exportación de bienes con diseño nacional, en la indumentaria, que nuestros productos alimenticios apunten a los productos gourmet, delicatesen, que haya valor agregados en ellos. Se conformó un grupo importante de productores de tabaco, acá hay representantes de la industria que nosotros vemos con alto potencial, sin descuidar la minería, el azúcar, de frutas, maderero, procurando que siempre exista industrialización, calidad y diferenciación.

¿Cómo se da a promover todo esto teniendo en cuenta que es un contexto económico poco favorable?

-Nuestra tarea es sembrar la semilla, los contextos favorables o desfavorables son cíclicos o circunstanciales. Lo importante es que el empresario encuentre el mercado de exportación, que la cuide, que no sea algo esporádico. Tenemos un país con 40 millones de habitantes pero con una producción que supera en creces toda la escala de provisión para esa cantidad de gente, entonces la búsqueda de nuevos mercados va a ser siempre importante. Si bien circunstancialmente el contexto no puede ser tan favorable, internacionalmente inclusive, la idea es que se sepa que hay mercados que necesitan productos que podemos trabajar para alcanzarlos, y que nos tengan en cuenta para proveerlos.

¿En cuanto a los productos delicatesen, de menor volumen se apunta al asociativismo?

-Exactamente, esa es la idea, agrupar, la conformación de clústers de economías de escala. Hay que pensarlo del pequeño comprador, un supermercado que necesita o busca un proveedor de productos eléctrico o de ferretería por ejemplo. Y si un grupo les provee no solo eso sino una gama de productos, diversidad, es un beneficio para el mercado del exterior y escala para los productores nacionales.

¿En este sentido hay experiencias exitosas en el país?

-De hecho Marcelo Wiñasky es el coordinador de uno de los grupos exportador de productos eléctricos, de los más antiguos de la Fundación Exportar, y últimamente se ha conformado otro de materiales de construcción.

¿Cuáles serían los mercados potenciales de los productos delicatesen?

-La región siempre está ávida de productos delicatesen, ahí lo que se tiene que promover son de alguna manera las características puntuales de cada región. La Patagonia es un ejemplo con sus frutas finas, de frío, las confituras por ejemplo. Los mercados son variados, hay que trabajarlos, evaluarlas, ahí hay pautas culturales que se exigen. Procuramos buscar dentro de aquellos mercados en los cuáles no haya una competencia local, haya una concientización de la calidad de los productos argentinos. Nuestro dulce de leche todo el mundo lo conoce pero para muchos mercados es empalagoso, pero se puede utilizar en determinados productos como helados o confituras.