"Hay que prepararse para gobernar"

"Si la Nación invirtió en Rosario es porque gestioné muy bien", dice Fein que considera que su marca en la municipalidad es la inversión en infraestructura barrial, involucrarse en el problema de la inseguridad y haber sabido dialogar con el gobierno nacional.

A Mónica Fein le gusta afirmar que ha dedicado su vida a la política, por eso la ofende que aparezcan figuras de los medios y el espectáculo valorando esa ajenidad. "Celebro la participación, pero para gobernar hay que prepararse", advierte. Es la hora de la siesta, pero ella avanza casillas de su agenda. Vino de un acto en la Bolsa de Comercio, y luego seguirá con otro por los 25 años de la atención primaria de la salud. Se le hará de noche hasta volver a su casa, donde asegura que a pesar de la investidura, los vecinos la aceptan como una más cuando hace las compras.

-¿Qué caracterizó a las intendencias de Binner, de Lifschitz y la suya?

-Nuestro proceso socialista empezó con (Héctor) Cavallero, allí comenzaron algunas transformaciones. Binner representa el inicio de un cambio de paradigma: el fortalecimiento de derechos. Priorizó dos derechos básicos: el de la niñez y la salud pública. Es su marca.

Miguel vino en una continuación, y por otros desafíos. Profundizó la descentralización del Estado e imprimió una fuerte mejora del transporte y la recolección de residuos, y en la planificación urbana. Ambos tuvieron el eje común del socialismo: fortalecer la participación ciudadana. En eso nos diferenciamos de otros gobiernos. A mi gestión la caracterizó la mayor obra de infraestructura barrial, una inversión de dimensión única: cloacas en 32 barrios, las intervenciones en 17 asentamientos, en los Fonavis, la revitalización de la zona sur, por el tren, por la apertura de calles, por el ex Batallón 121, por el Barrio de la Carne, Grandoli y Gutiérrez, por avenida San Martín, los centros comerciales a cielo abierto. Terminé la contenerización de la ciudad. Los carriles exclusivos para el transporte, tarjeta sin contacto, trasbordo, viaje plus, centro monitoreo movilidad, GPS en las unidades.

-Binner decía que la seguridad era competencia provincial cuando Obeid era gobernador.

-Sí, y yo sigo pensando eso. Mientras muchos plantean que debemos tener policía municipal, yo les recuerdo que el presupuesto de Seguridad de la provincia es más grande que el municipio total de Rosario. Hay que ser serios a la hora de opinar. ¿Qué policía municipal plantean si pensamos en una Rosario metropolitana? Igual, no damos la espalda al tema. Me involucré con la policía comunitaria que estará en 8 barrios más la semana que viene, hicimos un observatorio en violencia para monitorear lo que ocurre en los barrios, nuevos paradigmas en la Secretaría de Control, el trabajo sobre las motos por ejemplos, acciones tendientes a la prevención del delito. Y hacer una fuerte apuesta barrial porque mi concepción es que la seguridad requiere de condiciones de mayor igualdad de oportunidades. Por eso esta decisión de invertir en barrios tiene que ver con construir una ciudad integrada y disminuir las condiciones de violencia.

-¿Cuáles deben ser las prioridades si logra la reelección?

-Una es trabajar sobre seguridad y violencia, que es más amplio que la de un robo: tiene que ver con el trato en la calle, en como reconocemos al otro, las consecuencias de la intolerancia. Pero también seguir involucrada en la seguridad, saber todos los días cuántos móviles hubo el fin de semana, para poder exigirle al gobierno provincial cambios más rápidos, y al nacional que aumente su presencia. Otra prioridad será las acciones de inclusión social y sustentabilidad, allí sirven herramientas como la red Mercociudades que presido, porque ninguna ciudad soluciona sola problemas como el de la seguridad, el medio ambiente, los servicios públicos. En mi gestión sorteé dos cuestiones: la licitación de una nueva recolección de residuos con una empresa que se fue y otra que vino, y ahora la licitación de un nuevo sistema de transporte. Son desafíos que requieren mucho diálogo y concertación pero también muchas tomas de decisiones. Otro eje será el desarrollo económico con empleo. Aumentamos el suelo industrial, generamos la intermediación laboral, pero no hay sociedad integrada si no hay oportunidades de empleo y educación. La economía de la ciudad no se achicó, pero se amesetó, y la inflación incide. Por lo menos, no perdimos fuentes de trabajo ni se fue ninguna industria. Y pese a todo, la generación de empleo en la región Rosario ha sido mayor que la búsqueda. Estamos por encima de la media nacional.

-Acusan a su gestión de desviar a otros destinos partidas específicas y asignadas a un fin determinado en el presupuesto municipal.

-Eso refiere al pase a Rentas Generales de algunas partidas que han quedado con remanentes, y eso lo hicimos en planteo del Concejo, porque no tenemos superpoderes como sí lo tiene la Nación, que puede manejar a discreción las partidas. Lo que podemos hacer es que una partida que no se utilizó totalmente se use en otro lugar, para complementar servicios fundamentales. Pero lo importante es la transparencia. Gobernamos hace 25 años y nadie nos puede decir que nos quedamos con un centavo, que direccionamos una licitación, que alguien se enriqueció gracias a nosotros. Eso son los valores.

-Muchas de las obras en la ciudad son costeadas por la Nación

-Será que he gestionado muy bien. Una obra no se tiene por arte de magia. Se gestiona, se proyecta, se acompaña. La provincia hizo San Martín, y quién hizo el proyecto ejecutivo, la definición de temas hidráulica, iluminación. La provincia lo hizo porque llevamos diez veces la carpeta con San Martín, Lagos, Rivarola, y dijimos que eran fundamentales. Llegó el tren: ¿Quién diseñó la estación? ¿Quién acompañó la obra? ¿Quién reestructuró el entorno para que el tren pueda llegar? Nosotros, con Planeamiento y Obras Públicas. Por eso conseguimos créditos internacionales, y así conseguimos la financiación para la planta de tratamiento de residuos. El carril exclusivo de Alberdi que todavía el Concejo no aprobó lo diseñamos, lo gestionamos a nivel internacional, logramos financiamiento, la Nación ya lo licitó y lo podremos hacer cuando el Concejo lo apruebe. Eso se llama gestión. No cortamos cintas en cosas que no tuvimos que ver. No existe la inversión si no existen proyectos.

-¿Con qué funcionario nacional se siente más cómoda dialogando?

-He tenido diálogo con la mayoría. Con la ministra Cecilia Rodríguez de Seguridad, pudimos programar la llegada de Gendarmería. Hoy nos gustaría una respuesta favorable al respecto. Hace quince días la vi en un acto, por supuesto con el ministro Randazzo con quienes planificamos el tren, estuve con Alak porque tenemos pendiente la firma de un convenio con la Nación y la Municipalidad para el registro de patentes, a través de Ramos con De Vido pudimos firmar un convenio de 75 millones para inversiones en gas. Tuve una relación institucional adecuada con gran parte del ejecutivo. Me gustaría que los mecanismos para Rosario le hubiera correspondido mayores recursos en infraestructura y vivienda. Quiero plantearlo al secretario López y Fatala con quienes estamos construyendo Travesía con la comunidad Qom un proyecto de 500 viviendas que pudimos hacer desde la ciudad en trabajo con la Nación.

-¿Como evalúa el rol de la oposición?

-Tuvimos un problema: primero, una fragmentación excesiva en el Concejo, algunos creyendo que era más importante el posicionamiento personal porque hoy son candidatos a otros lugares que co gobernar la ciudad, han sido duros conmigo, impidieron o lentificaron procesos que eran importantes para la ciudad. Lamento que por eso perdimos oportunidades, como tardar tres años en aprobar las cocheras subterráneas. En su momento podía haber un inversor y hoy no lo hay. Pero sí rescato que con el Concejo hubo diálogo a la hora de aprobar los presupuestos todos los años, el Código urbano, el suelo industrial, ordenanzas que fomentan procesos productivos. He podido gobernar. Con un Concejo menos fragmentado y con actitud de co gobierno algunos temas hubieran sido más rápido.

-¿Cómo explica la performance de candidatos que no vienen de la política, como Anita Martínez o Miguel Del Sel?

-Soy promotora de la participación ciudadana en una vecinal, un club o un partido político. Me alegra, pero claro participar es una cosa y gobernar es otra. Se requiere seriedad, compromiso, conocimiento, estudio, experiencia en resolver conflictos difíciles. Creo que hay que prepararse. La aparición de estas nominaciones refleja posiblemente un déficit de la política en general. Hay una propuesta de centroderecha que se posiciona y elige esas personas para que la representen, pero ninguna ciudad en el mundo es gobernada por gente así. Construir desde ahí no me parece positivo, eso no es un valor. Cuestiona el deber ser de la política que es el bien común. Yo dediqué mi vida a esa idea, aún en la dictadura, y me hace mucho ruido.

-¿Por qué reitera el pedido de fuerzas federales?

-Rosario, por su ubicación estratégica, por 800 kilómetros de costa, por las rutas nacionales, necesita presencia federal permanente y la Nación nunca se comprometió con eso. Definió un tiempo, un operativo muy importante y dejaron 990 gendarmes. Priorizó la seguridad de Buenos Aires y Capital. Es un federalismo débil entonces. Como dice Lifschitz, mientras acá cambiamos el cuerito de una canilla, hay una llave de paso que son las fronteras y el tránsito fluvial, por donde la droga entra a chorros. Se llevaron Gendarmería y Prefectura y la veo en Lanús, en Moreno, en Morón, no en Rosario, que también es parte del país y tiene un problema de violencia como toda gran ciudad.

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