Prat Gay aspira a colocar la deuda cerca del 7% y en el mercado creen que estará más alta

Prat Gay aspira a colocar la deuda cerca del 7% y en el mercado creen que estará más alta

En el prospecto, no detalló la tasa ni la estructura de los bonos; pero advirtió sobre la factibilidad de incumplimiento.

Si bien el capítulo de los holdouts aun no tiene fin, el equipo del Ministerio de Hacienda, liderado por Alfonso Prat Gay, está dando vuelta una página importante en esta historia de ya quince años. Hoy dieron a conocer el prospecto de los bonos que emitirán el lunes.

Se trata de tres bonos a 5, 10 y 30 años denominados Serie A, B y C respectivamente, nominados por 150 y 1000 dólares, con los que se buscar recaudar los 12.500 millones de dólares para pagarles a los holdouts el viernes 22.

Una vez, que hayan pagado, el juez Griesa levantará las demás restricciones que hasta ahora impiden el normal acceso del Estado Argentino a los mercados internacionales de capital.

Sin embargo, el default propiamente dicho no ha cesado. Son varios los bonistas que aun no han aceptado la propuesta argentina y se siguen reservado el derecho a litigar, exactamente igual que hicieron los fondos buitre que rechazaron los canjes de 2005 y 2010. No obstante, el mediador Daniel Pollack se mostró confiado acerca de la posibilidad de que los últimos holdouts con reclamos por 800 millones de dólares (sobre 300 millones de capital) se vean seducidos a llegar a un acuerdo tras el fallo de la Corte de Apelaciones de Nueva York.

El Gobierno fue claro al respecto, por eso incluyó en el prospecto, la carta de presentación de los bonos y del emisor, la siguiente aclaración: "La república no puede asegurar que los futuros litigios contra la Argentina no afecten negativamente a sus activos o la capacidad de la Argentina para acceder a los mercados internacionales, consumar esta oferta o hacer pagos de los Bonos u otra su deuda pendiente".

 

Es decir, que aunque las consideran poco probables, no pueden asegurar que no haya nuevas medidas cautelares de la Cámara de Apelaciones de Nueva York a pedido de los bonistas que hasta ahora no aceptaron la oferta.

Macri pidió cancelar cualquier otra emisión de deuda del país, que pudieran primerearle la cuota del mercado que necesitan cubrir para pagarle a los holdouts.

Y aunque analistas acá señalen que la proporción de deuda externa sobre el PBI es un incentivo, los administradores de fondos de inversión señalan que la colocación necesita de una oferta generosa para atraer la cantidad de dinero que busca atraer. Y sugieren que Argentina deberá seducir a más inversores además de los especializados en mercados emergentes si quiere cubrir la totalidad de los 15.000 millones de dólares.

La apuesta del Gobierno es seducir a los fondos de inversión que tienen entre las carteras que administran un porcentaje reservado a activos de riesgo como los títulos de deuda de países emergentes. Es un segmento relativamente chico de inversores internacionales al que el país tiene acceso.

LPO pudo saber que, precisamente por eso, Macri pidió cancelar cualquier otra emisión de deuda del país, como las obligaciones negociables de YPF o los bonos de deuda de la provincia de Buenos Aires, que pudieran primerearle esa cuota del mercado. Es que la regla número uno de la inversión no es la rentabilidad, sino la diversificación del riesgo y fondo que invierte millones en títulos provinciales, ya no compra más bonos de Argentina.

La segunda regla es la solvencia. Y en esto los inversores se llevaron una de cal y una de arena. Por un lado, los nuevos bonos incluyen cláusulas anti pari passu y de equidad entre los acreedores para asegurar que, en caso de un nuevo default, la cesación de pagos no se extienda por años como sucedió con el default de 2001, sino poder reestructurar rápido.

Por el otro, un extraño recordatorio que llamó la atención de la agencia Bloomberg: "Una vez cada tanto, la República lleva a cabo restructuraciones de deuda". El medio estadounidense lo tomó en parte como una notificación con previo aviso de la factibilidad de futuros incumplimientos; y en parte, como un sincericidio: en los últimos 23 años Argentina defaulteó tres veces, recordó la agencia de noticias.

La tasa

La tercera regla sí es la rentabilidad. Y en este tema hubo un silencio de radio. Mientras el Gobierno espera salir cerca del 7% anual, varios analistas prevén tasas entre el 7,5% al 8% para la Serie A y ligeramente debajo del 9% para la Serie C a 30 años. El prospecto solo menciona que Argentina hará su mayor esfuerzo por conseguir la tasa más económica.

Seguramente ayude la mejora en la calificación del conjunto de la deuda argentina realizada pro la calificadora Moody's el día de hoy. Para la evaluadora de riesgo, la deuda nacional subió un escalón de la calificación Caa1 a B3. Aun así sigue dentro de la categoría "junk" (bono basura), muy lejos de la "investment grade" a la que aspira llegar el Gobierno en futuras emisiones.

Asimismo, hoy en el Boletín Oficial con las resoluciones 134/2016 y 136/2016 designó a cuatro bancos como colocadores principales que se encargarán de vender el 19% de la emisión cada uno. Estos son el Deutsche Bank, el HSBC, el JP Morgan y el Santander. Estos bancos cobrarán el 0,18% del capital logren colocar.

Además, entre otros tres bancos "colocadores conjuntos" se repartirán el 24% restante de la colocación. Ellos son el USB, el Citigroup y el BBVA. La comisión para estos bancos también será del 0,18%. Por ende, entre todos ellos se llevarán hasta 22,5 millones de dólares.

Finalmente, de las tres empresas que concursaron para para ponerle calificación a la nueva deuda argentina, ganó Standard and Poor's Ratings por sobre Fitch y Moody's. La calificadora de riesgo cobrará 1,3 millones de dólares por seguir la calificación de estos bonos durante cuatro años.

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