Oyarbide: ahora el escandaloso juez K no quiere jubilarse

Oyarbide: ahora el escandaloso juez K no quiere jubilarse

El polémico y cuestionado magistrado pretende perpetuarse en la Justicia. Había anunciado su retiro el mes pasado pero ahora se desdijo. Trascendió que espera con ansiedad intervenir en alguna causa delicada para el gobierno con fines extorsivos en pos de su continuidad.

 

Al juez federal Norberto Oyarbide, conocido por los innumerables escándalos judiciales y extrajudiciales que protagonizó, las sentencias vergonzosas que firmó y su desembozado oficialismo en el menemismo y el kirchnerismo, ante el triunfo de Cambiemos, había anunciado en diciembre su intención de jubilarse, pero ahora se desdijo y pretende continuar al frente de su juzgado. 

Ni bien se enteró que Mauricio Macri había ganado el balotaje, Oyarbide sintió que su futuro iba a ser complicado. Es que él fue el magistrado que procesó al ahora presidente de la Nación por las escuchas ilegales. Para colmo, el nuevo juez de esa causa, Sebastián Casanello, lo sobreseyó al Jefe de Estado en ese mismo expediente por falta de pruebas.

Por otro lado, Oyarbide sabe que el macrismo quiere diseñar su propio esquema en el Poder Judicial y él es el juez más comprometido con el kirchnerismo. En ese contexto dejó trascender la novedad de su retiro.

La decisión del juez nunca fue propia, sino forzada. Fue la salida que le dio el macrismo al llegar al poder: por las buenas o juicio político para destituirlo. Y el encargado de negociar una salida airosa fue su amigo Daniel “Tano” Angelici, uno de los operadores judiciales de Macri con quien Oyarbide tiene sintonía fina. 

Ahora Oyarbide, que había acordado su salida por las buenas, cree que puede retener su cargo si logra hacerse de una causa delicada para el Gobierno. Por eso, cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó una denuncia en los tribunales de Retiro para que la Justicia federal se metiera en la búsqueda de los prófugos del triple crimen de General Rodríguez, dio la orden a sus empleados de pelear la competencia con el juez federal Sergio Torres, quien finalmente ganó la puja en cuestión de horas. 

El 15 de diciembre pasado Oyarbide aseguró: “Ayer empecé los trámites jubilatorios”. “Tengo 500 ofrecimientos más divertidos que esto”, agregó el juez de 64 años.

Lento o veloz, según la ocasión

Oyarbide es el juez federal más cuestionado. Tiene 17 presentaciones en su contra en el Consejo de la Magistratura. El 11 de septiembre de 2001, cuando el mundo entero no podía despegar la vista de los televisores que repetían una y otra vez la caída de las Torres Gemelas de Manhattan, el peronismo logró que lo absolvieran en el Senado tras el escándalo que lo mostró usando los servicios del prostíbulo gay Spartacus en unos videos que permitían suponer, además, que en virtud de esos materiales el juez era rehén de parte de los servicios de inteligencia.

Como magistrado a cargo del caso Skanska, en el que se investigaban coimas y sobreprecios en la ampliación de los gasoductos, dejó dormir la causa pese a que ésta contenía pruebas sobre esos ilícitos. 

Pero por otro lado actuó con celeridad en la causa del presunto enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner. Y  produjo un escandaloso sobreseimiento de ambos, en 2009, empleando los argumentos del contador de los imputados.

Recompensado por el kirchnerismo

Por el sobreseimiento a Néstor y Cristina Kirchner en distintas causas, el juez federal Norberto Oyarbide fue plenamente recompensado cuando, con los votos del oficialismo, la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura desestimó una denuncia en su contra por presunto mal desempeño.

Sin embargo las denuncias continuaron. Fue acusado ante el Consejo de la Magistratura por considerar que habría incurrido en irregularidades en la causa por presunto lavado de dinero en el financiamiento de la campaña 2011 del Frente para la Victoria, y  por su desastrosa labor en la causa de la mafia de los medicamentos.

También se le cuestionó en la investigación del desvío de fondos estatales para la construcción de viviendas sociales a cargo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, en la que estaban acusados Sergio y Pablo Schoklender, donde Oyarbide demoró dos semanas en realizar un allanamiento.

Además, es el juez que suele mostrar un anillo de brillantes que, por valor de 250.000 dólares, del que no dio explicaciones acabadas sobre cómo lo consiguió.

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