El misterioso cuarto tripulante del avión sería agente de la DEA

“Los detuvieron en Barcelona porque no confiaban en Buenos Aires”, dijo una fuente de la investigación. El vicepresidente español confirmó que los esperaban en El Prat. El rol del empresario Carlos Sergi.

Seguimiento. Desde hace al menos dos años, la Justicia y la DEA investigan los movimientos de Gustavo Juliá, en la foto del medio entre su hermano Eduardo y Matías Miret. En España confirmaron que los esperaban.

Un grupo de agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA) habrían seguido el monitoreo del avión que aterrizó el 2 de enero en el aeropuerto El Prat, en Barcelona, con casi una tonelada de cocaína de máxima pureza. En el Ministerio de Seguridad no descartan que la agencia estadounidense haya estado investigando a los tres argentinos que ahora se encuentran detenidos en España, y en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo murmuran con certeza.

Pese a que la Guardia Civil española y la Justicia de Barcelona dejaron trascender que durante el procedimiento de incautación sólo se detuvo al piloto, al copiloto y a un único pasajero, en los corrillos de las agencias de seguridad e inteligencia estacionadas en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se habla de la presencia de una cuarta persona.

“Extraoficialmente, a nosotros nos llegó la información de que en el aeropuerto El Prat había una persona que estaba con los tres detenidos. Sería un informante de la DEA, estamos tratando de confirmarlo”, confesó a PERFIL una fuente que mantiene línea directa con agencias internacionales de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

Ayer PERFIL dejó un mensaje en el contestador del celular que utiliza el jefe de la DEA en Buenos Aires, John F. Cohen. Minutos después, desde esa línea se comunicaron con este cronista y desmintieron que la agencia antidrogas estadounidense haya tenido alguna participación en el operativo que se realizó en Barcelona. “Tenemos una comunicación permanente con nuestra base en España, pero nosotros no participamos”, aseguró el agente.

En la madriguera que tiene la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) en Ezeiza miran al techo. Muchos en ese aeropuerto recuerdan la discusión que mantuvo el año pasado el director general de Seguridad Aeroportuaria Compleja de la PSA, José Alberto Jofré, con el agente especial Cohen. “Prácticamente lo echó del aeropuerto”, comentaron quienes escucharon la pelea.

Desde ese día la relación de la PSA con la DEA fue peor de lo que ya era cuando el jefe de la agencia estadounidense en el país era Anthony Greco Un importante ex oficial de la División de Unidad Antiterrorista de la Policía Federal (DUIA), con importante llegada a la DEA y al FBI, fue categórico ante la consulta de este diario: “Yo sé cómo trabaja la DEA. Si ellos hicieron el operativo y no avisaron al sistema de seguridad local, es porque no confiaban. Era más fácil asegurar el operativo en Barcelona que Buenos Aires”.

Extrañamente, los seis allanamientos que ordenó el juez en lo Penal y Económico Alejandro Catania, que investiga si la droga fue cargada en la Argentina, fueron realizados por Gendarmería Nacional. Hasta el momento, el magistrado no permitió que los hombres de la PSA tomen carta en el asunto. Sin embargo, toda la información que hay en el juzgado fue remitida por la PSA, que realizó la denuncia a pedido de la ministra de Justicia, Nilda Garré, tal como adelantó PERFIL el sábado pasado.

En la Justicia y en el Gobierno no hay dudas: la droga habría salido de la Argentina. Ayer, el vicepresidente y ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que la Policía ya le había adelantado que se iba a producir la detención de los tres argentinos. “Conozco la operación porque es muy importante y me informó la Policía que se iba a hacer”, aseguró Rubalcaba al ser consultado sobre el caso en la habitual conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros de los viernes.

De esta manera, el “número dos” del Ejecutivo de José Luís Rodríguez Zapatero despejó una de las incógnitas en torno al caso, al admitir que ya contaban con el dato de que iba a llegar la droga. Rubalcaba no dio más detalles debido a que la operación es “secreta”.

El Challenger 604, matrícula estadounidense N600AM, partió del aeropuerto Internacional de Ezeiza el 1º de enero a las 22.40 con destino a Isla de Sal, Cabo Verde, donde realizó una supuesta parada técnica. Pero el lujoso avión estuvo en Ezeiza desde el 30 de diciembre, es decir que tardó en despagar casi tres días.

Desde que el Challenger llegó a la Argentina, el 5 de noviembre proveniente de los Estados Unidos, la mayor parte del tiempo estuvo en la Base Aérea de Morón (BAM). La custodia y seguridad de aquel aeropuerto está repartida entre la Fuerza Aérea y la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac).

Hace días que entre la PSA la Fuerza Aérea, los agentes de la Aduana y los de Migraciones, reina la desconfianza.

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La PSA seguía los pasos de los Juliá

Si uno se pone a buscar en el expediente de la causa de Angie Sanclemente Valencia, la modelo colombiana acusada de narcotráfico, podrá ver el apellido Juliá en diferentes partes. El dato lo habían introducido hace más de un año atrás los investigadores de la PSA que trabajaban en esa investigación.

Sanclemente Valencia, ex Reina del Café 2000 en Colombia, permaneció cinco meses prófuga de la Justicia hasta que fue detenida el 26 de mayo de 2010 en un hostel del barrio porteño de Palermo. La denominada “narcomodelo” será juzgada por la presunta exportación ilegal de un cargamento de 55 kilos de cocaína a través del Aeropuerto de Ezeiza, con destino a México. En el banquillo también comparecerán su novio de 25 años, el argentino Nicolás Matías Gualco, más el venezolano Gustavo Adolfo Páez Arnesen, los argentinos Daniel Américo Monroy, “Imputado 2”, “MNLI” o “Noni”, y Micaela Sansalone.

Justamente, su caso ha sido relacionado recientemente con el de tres pilotos argentinos que fueron arrestados el 2 de enero pasado en el aeropuerto de Barcelona con 944 kilogramos de cocaína, y no se descarta que la Justicia ibérica pida información sobre el expediente de Sanclemente Valencia para saber si hay un vínculo entre ellos. “Es verdad lo de Juliá, pero no se pudo comprobar nada”, explicó a PERFIL una fuente allegada al juzgado que instruyó el expediente. En la PSA dicen lo contrario.

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