La gobernadora, María Eugenia Vidal, participó este lunes del 188 aniversario del municipio de Bahía Blanca.

Lo hizo en el marco de un fuerte operativo policial, que sitió el recorrido de la mandataria, para blindarla de las manifestaciones que se habían organizado.

Varios gremios, como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), o los docentes de Suteba, junto a sectores sociales, y vecinos auto convocados, organizaron una manifestación para reclamar por los aumentos de tarifa, la implementación del boleto estudiantil, la situación de los comedores escolares, entre otras demandas.

Aunque el vallado dispuesto en toda la zona de la municipalidad y alrededores, les impedía avanzar a los manifestantes, la policía recibió la orden de arrojar gas pimienta para dispersarlos.

El efecto fue inmediato, y por suerte no generó una reacción de los manifestantes que decidieron retirarse del lugar.

“La ciudad está sitiada, con un operativo policial para impedir cualquier contacto con la gobernadora, Vidal, para impedir que vea a la gente que se manifiesta” indicó el senador provincial del FpV, Federico Susbielles, oriundo de Bahía Blanca.

“No hubo incidentes mayores porque la gente se contuvo, sino podría haber pasado cualquier cosa” remarcó.

A medida que suceden las actividades protocolares, comienza a visualizarse una suerte de “método” de la gobernadora, para aislar las protestas, los manifestaciones o directamente a la prensa.

Así sucedió en la inauguración de la Asamblea Legislativa, el 1 de marzo, cuando el despliegue policial impresionó hasta al más desprevenido.

También en la inauguración de la bajada de la autopista en Villa Elisa, cuando se contuvo a la gente detrás de una valla a modo de corralito.  

También durante el encuentro de intendentes bonaerenses de Cambiemos, en la Ciudad de La Plata. En esa ocasión, la policía impidió por más de tres horas, el acceso de la prensa y de cualquier vecino a la sede municipal, donde se desarrollaba el encuentro.