El gobernador Alfredo Cornejo cumple dos meses al frente de la Provincia, a la que busca “sacar a flote”, con una dura puja gremial enfrente y varios proyectos por delante. 

Así, en medio del intento oficial de dejar atrás la crisis financiera y el festival de designaciones irregulares de la gestión anterior, el mandatario provincial hizo un balance del camino recorrido desde que accedió al sillón de San Martín. 

El jefe del Ejecutivo local aseguró que, todos los meses, la Provincia está “al borde del colapso”, que “perseguirá con leyes a los malos empleados” y aclaró sus dichos por felicitar al policía que mató a un ladrón. Asimismo, expresó que apuesta a “mejorar más” su relación con el presidente Mauricio Macri.

¿La relación con el Gobierno nacional es la que esperaba, o mejor o peor?

Es buena. Recibimos apoyo para la producción: asistencia para el sobrestock de vinos, créditos del Banco Nación para frutícolas. Recibimos un crédito del Banco Nación para pagar sueldos de enero, estamos refinanciando 2.200 millones de deuda que tomó Pérez para pagar salarios de mayo en adelante del 2015 con el Banco Nación y recibimos adelantos de coparticipación para comenzar a sanear el gran déficit con el que asumimos. Hemos llevado iniciativas de proyectos energéticos (solar) con inversiones e inversores a la Nación, para diversificar nuestra matriz productiva y hemos sido muy bien atendidos. Hemos reclamado administrativamente 15% de la Anses a la Nación (los anteriores gobiernos no lo hicieron). Igual, es incipiente para evaluar una relación por sólo 2 meses. Estoy satisfecho, pero expectante de seguir en esta misma dirección, logrando más y mejor relación.     

¿Logró espantar el fantasma financiero?

De ninguna manera. Todos los meses estamos al borde del colapso. El Estado mendocino gasta más de lo que recauda y, por tanto, tiene un déficit estructural. Tendremos que tomar créditos en la primera parte e ir saneando la estructura de gastos todo el tiempo. De este problema no se va salir de un mes para otro ni de un año para otro. Llevará años y depende también de cómo evolucione la economía nacional, fundamentalmente. 

 

¿Cuál es el foco de conflicto con los gremios? ¿Paritarias o despidos?

El foco de conflicto se sitúa en que los diferentes actores sindicales comprendan que en estas discusiones de paritarias está en juego el interés general de una comunidad que requiere recibir un buen servicio de salud y educación. Que no está recibiendo un buen servicio en la actualidad y que debemos ser socios en conseguir ese objetivo. ¿De qué sirven aumentos salariales masivos sin discriminar el servicio que prestan? ¿De qué sirven aumentos salariales suculentos, como los del 2015, si después no se pueden pagar, como pasó el año pasado? ¿De qué sirven grandes aumentos salariales en salud, por ejemplo, si después no hay insumos para atender a los pacientes?

El interés general debe estar por encima del particular. Las medidas que se han tomado en materia de empleo son las que corresponden. Se han reducido dedicaciones y productividades y es competencia del Gobierno hacerlo. Se han hecho para reestructurarlas de acuerdo con el servicio y el interés general. No es verdad cuando dicen que se ha recortado el salario. No eran parte del salario, era un suplemento para un servicio en particular (se sacan o se ponen si el administrador del Gobierno lo estima conveniente). Sólo se han quitado las que estimamos que no se cumplen o que se cumplían pero no hacían falta en ese servicio específico. Los despidos están limitados sólo a quienes se designaron en los seis meses anteriores a la asunción del nuevo gobierno y los prohibía la Ley de Responsabilidad Fiscal.

El paradigmático es un decreto que designaba gente el 9 de diciembre a la mañana y yo asumí ese día a las 17. El resto es a quienes eran contratados y no se les renovó el contrato. El Estado está lleno de gente muy buena y que trabaja muy bien y sostiene el servicio, pero también de vivos que cobran y no trabajan y, gracias al discurso sindical, no se los puede echar si no se les prueba meticulosamente que están en falta.

Mientras tanto, el contribuyente y el Gobierno les sigue pagando el sueldo religiosamente. A esos malos empleados los voy a perseguir con las leyes que tenemos en la mano y con las que pienso presentar en la Legislatura. A los buenos empleados quisiera estimularlos económicamente. Me gustaría que los dirigentes sindicales apoyaran eso categóricamente y no con eufemismos y consignas vacías.

¿En que áreas del Ejecutivo encontró más problemas?

En educación, en salud y en seguridad. Seguridad es la más sensible y la que la gran mayoría de los mendocinos identifica como la más urgente para mejorar. Sabía bien que los tres sistemas estaban mal pero nunca imaginé que estaban tan mal organizados ni que había sectores con marcada ineficiencia, desidia y, en algunos casos, también corrupción. Les propuse a los ministros ordenar rápidamente lo administrativo y sostener en el tiempo un plan de acción ordenado. También pedí que se denuncien penalmente todos los casos en los que puedan constituir pruebas. No será fácil, pero las primeras medidas fueron comprendidas por la gente y acompañadas por los agentes del Estado con buena fe (empleados de la salud, distintos servicios sociales, policías). 

¿Qué repercusión cree que va a tener en Mendoza la ruptura del Frente para la Victoria (FPV)?

No sé. En Mendoza, los referentes representativos del Partido Justicialista (PJ) son los intendentes. Me propongo sacar a la Provincia de sus problemas con la ayuda de ellos y veo, en general, buena predisposición para trabajar juntos. El justicialismo se recuperará más rápidamente si ayuda a sacar a Mendoza de donde está. Al que quiera hacer política tratando de que el gobierno de turno fracase debemos aislarlo. La única agenda que es útil a los mendocinos de trabajo y de buena fe es la de hacer que el Estado le sirva al interés general y no a los intereses particulares.

¿Cree que cayó bien la felicitación al policía que mató a un ladrón?

Quiero que quede muy claro que no celebro la muerte de ningún ser humano. Sólo intenté respaldar a los agentes del Estado que hacen bien las cosas. Vivo señalando a quienes hacen mal su trabajo pero también destaco a quienes actúan correctamente.

El caso en sí y su contexto ameritan mi atención. Se dio una situación que podría haber resultado mucho peor de lo que finalmente pasó. Una persona intentó el robo de la camioneta, disparó a los empleados municipales de Guaymallén, huyó y se refugió en un lugar donde se estaba trabajando, amenazó con el arma de fuego en la cabeza a un trabajador y le disparó también a quienes estaban ahí y al policía que le daba voz de alto al fuego. Al ser advertido de que le iban a disparar no se detuvo, fue en medio de toda esta situación que el policía le tiró a la pierna, o sea, no tiró para matar.

Antes, esta persona fue dejada en libertad condicional por la Justicia en otro robo agravado e intento de homicidio. Estamos procurando que el sistema de seguridad prevenga y disuada y, en última instancia, si agotó todo esto, debe reprimir. ¿Qué preferíamos? ¿Que lo dejaran escapar como se hace habitualmente? ¿Que no llegaran ni siquiera al lugar del hecho, haciéndose los distraídos, como se ha hecho habitualmente? Pongamos orden en Mendoza de una vez por todas, y, que cada cual haga lo que le corresponda para el bien individual, pero, fundamentalmente, para el bien común. Respetemos los derechos, pero que cada cual cumpla con sus obligaciones.