Marcelo Echazú habló de su candidatura a Intendente por la ciudad de Ushuaia

Como lo planteaba cuando aún militaba en el Justicialismo, es de la “idea de que los candidatos tengan como máxima aspiración ganar lo mismo que ganaban en su anterior empleo y no otro monto. Nadie debe ir a la política a hacerse rico, tampoco a perder, pero sí a ganar lo mismo que percibía anteriormente”.
Marcelo Echazú se recibió de abogado en la UBA y, después de ejercer su profesión en Buenos Aires y trabajar en una de las obras sociales del Sindicato de Camioneros, eligió trasladarse a Ushuaia. Desde 2008, está al frente del Ministerio de Trabajo de la Provincia, periodo que se caracterizó por estar jalonado por conflictos entre los gremios estatales de ATE y el SUTEF, y el Ejecutivo fueguino.

Dice que el cargo se lo había ofrecido la gobernadora Fabiana Ríos en abril de 2008, días después de la renuncia de Javier Da Fonseca como ministro. “En principio dije que no porque estaba ejerciendo la presidencia del Colegio de Abogados y quería terminar el mandato. En agosto me volvieron a convocar y ahí acepté porque me sentí obligado a colaborar y dar una respuesta en un momento muy conflictivo especialmente por la confrontación que existía”, revela el hombre que ve como “obligación de todo ciudadano” la de “involucrarse y no lavarse las manos en momentos difíciles”.

Pero eso no es todo; el hoy candidato a Intendente de Ushuaia del Partido Social Patagónico, aparte de presidir el Colegio de Abogados de la ciudad en su etapa fundacional, fue docente en ciencias políticas, posee una larga militancia dentro del Justicialismo fueguino del cual fue apoderado desde 1990 hasta 1995, trabajó durante cuatro años dentro de la Justicia como prosecretario administrativo del juzgado nacional de paz letrado, entre los años 1985 y 1989, donde le delegaron la parte laboral y una experiencia de meses, por el Instituto Territorial de Vivienda y Urbanismo, en el año 1984.

Activo, en un punto hiperquinético, Marcelo Echazú se ha desempeñado como instructor de esquí, ha competido en esa disciplina, es propietario de un centro de actividades invernales y socio de una hostería. “Siempre hice muchas actividades a la vez, y esto de estar en el gobierno te limita a hacer una sola”, expresa, por lo que su candidatura a intendente es como haber “revivido esa dinámica”, confía.

Echazú reconoce que ser candidato a intendente “exige involucrarse en la problemática de la ciudad, viendo personalmente lo que sucede en los distintos lugares y no que te lo cuenten”. Dice que la postulación surge a propuesta de Fabiana Ríos, por lo que después de avaluarla aceptó, porque “no hay una especulación mezquina de un cargo asegurado, como podría ser el de primer legislador o concejal”, sino que personalmente su candidatura estará planteada a partir de “otra forma de hacer política”.

A sus 50 años, Marcelo Echazú se sorprende de que en esta elección “aparezcan candidatos que nunca se dedicaron a nada y nunca se interesaron por la comunidad”. Por lo que sin dar nombres se pregunta ¿de dónde les brota el altruismo?, en aquellos que para él “aparecen de una botella”, con el objetivo de “salvarse”.

Como lo planteaba cuando aún militaba en el Justicialismo, es de la “idea de que los candidatos tengan como máxima aspiración ganar lo mismo que ganaban en su anterior empleo y no otro monto. Nadie debe ir a la política a hacerse rico, tampoco a perder, pero sí a ganar lo mismo que percibía anteriormente”.

Confía que aún no tiene armada toda su propuesta electoral, y que para ello está visitando los barrios. El viernes estuvo en La Bolsita, anteriormente recorrió varias veces Andorra para ver “lo que se ha hecho y lo que no” y también los barrios altos. “Hay que ir a los barrios para interpretar qué está sucediendo, porque si uno no las ve no las comprende”, agrega.

Por lo que estima que “en una semana”, estará “presentando toda la propuesta de gobierno”, sobre la cual ya tiene los grandes lineamientos”. Donde como “primero y fundamental” se encuentra “el tema de vivienda”, englobando en ello los aspectos de una necesaria planificación urbanismo, de tierra, y de infraestructura de servicios.

Dice que existe un estudio a nivel Latinoamérica que indica que la generación de tierra tiene la siguiente composición; un 25 por ciento lo generan los privados, otro 25 los estados y el 50 por ciento restante, la necesidad de la gente.

Por lo que para él, frente a la realidad que vive la ciudad “lo único que no se puede hacer, es esconder el problema de miles de personas debajo de la alfombra, y sí ponerlo sobre la mesa, decidiendo con seriedad y responsabilidad”.

Echazú va un poco más allá de los discursos cotidianos, por lo que expresa que el problema de la vivienda “no es como muchos creen un tema de los asentamientos, sino que está en muchos lados”. Y marcando esa gravedad, cita como ejemplo, que “en viviendas o departamentos del IPV conviven tres generaciones, los abuelos, los padres y nietos muchos de ellos en pareja”.

Por otro lado y analizando la administración del intendente Federico Sciurano, el candidato del oficialismo dice que “esta gestión ha visto y ha encarado el problema”, y que “no ha dejado el problema de la resolución de tierras al sector privado, sino que salió a buscar tierras”. Pero que sin embargo “se debe ir más rápido, porque las respuestas no han alcanzado ni siquiera a cubrir el crecimiento vegetativo que la ciudad ha tenido durante estos 3 años”.

En ese contexto, Echazú también cuestiona el trabajo de Magui-Mar, porque si bien se muestra partidario de la conformación de las cooperativas, sobre todo de aquellas cuyos beneficios “se reparte entre los trabajadores”, observa como “peligroso y parece poco saludable que una cooperativa de trabajo realice tareas de vigilancia”. Ya que desde el punto de vista jurídico, interpreta que las tareas de vigilancia han estado regidas por un edicto policial, y legisladas a partir de toda una normativa en la materia.

“Si usted necesita vigilancia en una fábrica, la empresa de vigilancia debe cumplir una serie de requisitos”, expone. “Por lo que tratándose de custodiar bienes públicos esos requisitos son mayores”, hecho que para él, en el caso de Magui-Mar está seguro “que no cumple”. Echazú coincide en la necesidad de cuidar el espacio público urbano, aunque en el caso de ser electo, asegura que de ninguna manera “utilizaría un sistema como el que se le pide a Magui-Mar”.

Respecto a la propuesta pública de Sciurano de darle continuidad a la ley 766 de emergencia habitacional y urbana, el candidato cuestionó a que el Ejecutivo Municipal utilizara “más de 50 por ciento en pagar a Magui-Mar. Hay algo que está mal y que debe corregirse, porque no es lo que legalmente corresponde, dado que esos fondos públicos, que bien podrían haber sido destinados a salud, a educación y seguridad han ido a parar a esta cooperativa. Un disparate”, califica.

Por último también plantea, como políticas públicas en el caso de ser electo intendente, que el Municipio eleve su injerencia en materia de educación y salud. “¿De qué le sirve a la ciudadanía una municipalidad que tenga un gran presupuesto, si no da respuesta a las necesidades de la sociedad?”, interroga.

Para cerrar, y aunque promete más, dijo: “Hace falta poner en marcha de manera inmediata la Sindicatura General Municipal, fijada por la Carta Orgánica”.

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