El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, volvió a tener cortocircuitos con sus compañeros de gabinete en la lucha por la “transparencia” que le encomendó Mauricio Macri.

Ibarra ya había despertado resquemores tras limitar los nombramientos de personal en todas las áreas del Ejecutivo y al exigir el despido de un porcentaje de los empleados públicos, una medida antipática que debieron encabezar todos los ministros.

 

Ahora, la discusión de Ibarra con sus colegas se da por la implementación del “Gobierno abierto”, una de las promesas electorales de Macri que lo llevaron a crear el ministerio de Modernización. Se trata de una plataforma en la que cualquier ciudadano puede revisar los movimientos en los ministerios y en toda la gestión pública por internet.

En las últimas semanas, Macri escuchaba atentamente a Rudi Borrmann, subsecretario de Innovación Pública y Gobierno Abierto del ministerio de Modernización, el encargado de poner en práctica la plataforma. 

El funcionario explicaba el plan de trabajo de Modernización para que Argentina quede entre los primeros 13 países del mundo en materia de gobierno abierto, cuando Macri lo interrumpió: “¿No íbamos a quedar entre los primeros diez?”, inquirió el presidente.

 

El funcionario no se inquietó por el reproche en público de Macri sino que, con frialdad, respondió que esa era la idea original, pero que no la podrían cumplir por la falta de colaboración de algunos ministerios –que enumeró- que esconden sus movimientos.

 

De esta manera, algunos ministros, que se quejan de que para hacer política no pueden estar haciendo públicas hasta las compras de los cartuchos de las impresoras, recibieron el reto del presidente.