Se juntaron más de 7.000 kilos de chatarra eléctrónica

Se juntaron más de 7.000 kilos de chatarra eléctrónica

Finalizó la campaña de Patrimonio Natural, Colegio del Pilar y El Diario. Lo recolectado será reciclado y otra parte entregada a mujeres detenidas para que aprendan un oficio

Después de cinco días intensos, finalizó la campaña de recolección de chatarra electrónica. En la tarde de ayer, la Cooperativa La Bella Flor cargó más de siete toneladas de residuos que la gente y las escuelas fueron acercando a los lugares de recolección.La campaña de recolección de residuos electrónicos es una iniciativa impulsada desde hace una década por la Asociación Patrimonio Natural, con el apoyo del Colegio del Pilar. Este año, El Diario Regional de Pilar y FM Plaza 92.1 se plegaron a la movida que apunta al cuidado del ambiente y al reciclado de materiales que mal desechados pueden ser altamente tóxicos.Monitores, teclados, teléfonos viejos, televisores, CPU y hasta secadores de pelo, pasando por radios y equipos de audio, fueron apilándose gracias al aporte de los vecinos y de alumnos de distintas escuelas."Los residuos electrónicos en contacto con el líquido liberan lixiviados que son muy tóxicos y envenenan el agua”, explicó Graciela Capodoglio, presidenta de la asociación, quien ayer se mostró muy satisfecha por el resultado de la movida.La idea fue recolectar todos aquellos aparatos electrónicos que ya no funcionen, tanto domiciliarios como de empresas que también se fueron sumando.Todo lo recaudado fue recogido por los responsables de la cooperativa La Bella Flor, la otra pata de la campaña. Aquellos aparatos que puedan ser arreglados serán entregados por la cooperativa a la Alcaidía de San Martín en el marco de un programa de la Universidad de San Martín mediante el cual, mujeres privadas de su libertad aprenden a reparar objetos electrónicos. Lo que no pueda ser arreglado es desarticulado por la cooperativa, para luego vender los materiales por separado. Aquellos elementos que no puedan ser reciclados son enviados a un lugar especializado en su deposición final con el correspondiente certificado que garantiza que no se destinan a un relleno sanitario."De esta manera se garantiza que el trabajo de todos nosotros beneficia a la cooperativa, al ambiente y ayudamos a que tengan menos presión sobre los recursos naturales”, destacó la ambientalista.Con una década a cuestas tratando de generar conciencia acerca de la importancia del buen descarte de productos que en apariencia no resultan peligrosos, pero que en verdad lo son, Capodoglio aseguró que "los papás del Colegio del Pilar cuando me ven me preguntan cuándo va a ser la campaña, guardan todo esperando el momento”. Así, advirtió que este tipo de movidas son importantes porque "donde se trabaja el tema y el padre lo entendió, ya se genera conciencia”. A su vez, remarcó la importancia de generar trabajo a partir de esta iniciativa. "Tiene un montón de patas valiosas el proyecto”, sintetizó. 

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