La inflación empuja el consumo y fuerza la instalación de ofertas

El consumidor cambió sus hábitos de compra por la pérdida de poder adquisitivo. Considera que los productos sin descuentos están sobrevaluados. Las ventas crecen casi 3%
Caminar más. Comprar menos. Elegir marcas más baratas. Y, fundamentalmente, aprovechar las ofertas, descuentos y promociones. Envueltos en la espiral inflacionaria y sin mayores alternativas para el ahorro, los argentinos vuelcan sus ingresos a un consumo controlado, en el que la búsqueda del mejor precio y la optimización del gasto se tornan en moneda corriente.

Así lo revela el Pulso Social 2013, un exhaustivo revelamiento realizado por la consultora CCR, que brinda una completa radiografía sobre la evolución del consumo y el humor social imperante en el país. La investigación, realizada entre abril y junio último, incluyó entrevistas a 703 personas en todo el país, trabajos en focus grup, auditoría des mercado sobre 124 productos y análisis de tendencias globales, comunicación publicitaria y agenda de los medios.

El trabajo exhibe una mayoritaria voluntad social por bajar los niveles de confrontación política y una valoración negativa de la gestión gubernamental, tanto a nivel nacional, como bonaerense y porteña. En ese sentido, más de la mitad de los encuestados consideró mala o muy mala la situación económica del país, mientras que ocho de cada diez personas estimó que el país atravesará una crisis el año próximo, aunque solo un 26% cree que su situación será pero o mucho peor.

En ese panorama y antes de concluir la ronda de paritarias, dos de cada tres personas consideró que su poder adquisitivo se deterioró en el último año, al contrastar la evolución de sus ingresos con la del precio de los productos que consume. Por ello, apenas un 30% logró mostrar capacidad de ahorro, mayormente jóvenes, habitantes del interior del país y pertenecientes al nivel social más alto. Pero la falta de instrumentos de inversión que superen el ritmo de inflación, volcó gran parte de ese dinero también al consumo, principalmente a refacciones para el hogar, compra de electrodomésticos y viajes al exterior.

Para los que más pueden ahorrar, el principal destino sigue siendo la compra de un vehículo, ya que, según revela el estudio, “la percepción de pérdida de poder adquisitivo, la incertidumbre que limita los proyectos a largo plazo y el escepticismo, no hacen factible la planificación de acceso a vivienda propia”.

La erosión que genera la suba de precios en el ingreso llevó a la expansión, a través de las diferentes clases sociales, de lo que el trabajo denominó como “el rebusque” a la hora de definir los gastos.

Hoy, para realizar sus compras mensuales, el consumidor visita cuatro negocios, adquiere menos artículos en cada ocasión, busca los descuentos y promociones como una forma de “ganarle al sistema”, porque considera que los productos están sobrevaluados; y resigna marcas y calidades en algunos casos. El descreimiento sobre la eficacia de los acuerdos de precios anunciados por el Gobierno y la falta de publicación de las ofertas en los diarios profundizó esta tendencia.

Aún así, el consumo mostró una recuperación en el segundo trimestre. Medidos en unidades, la demanda de productos no perecederos, envasados, bebidas y productos de tocador e higiene creció 2,5% en el acumulado enero–julio 2013 en los diferentes canales, mientras que en el segmento de hipermercados, supermercados y discount trepó un 2,9% hasta agosto. La mejora se experimentó, fundamentalmente, en los negocios de cercanías (Carrefour Express, Dia%, autoservicios asiáticos, etcétera), que mostraron un crecimiento del 15,3%. Son los elegidos por los consumidores para realizar sus compras semanales y evitar los gastos impulsivos.

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