El gobierno de Vidal dice que hubo cinco amenazas más

El gobierno de Vidal dice que hubo cinco amenazas más

A las tres divulgadas se le sumaron, este martes, nuevas advertencias. Todas fueron llamadas al 911. Es información que el Ejecutivo filtra a la prensa en forma extraoficial.

El gobierno de la provincia de Buenos Aires, encabezado por María Eugenia Vidal, tiene conocimiento de nuevas amenazas telefónicas dirigidas tanto a funcionarios como a dependencias estatales. Fuentes del Ejecutivo aseguraron que este martes hubo cinco nuevos llamados. Uno repercutió en la propia Casa de Gobierno cuando dos efectivos de la Bonaerense entraron a la sala de prensa a preguntar si no “habían escuchado nada raro”. Los policías dijeron la palabra “amenaza”.

El martes por la mañana, se conoció que en el antiguo domicilio de la mandataria, en la localidad de Castelar, distrito de Morón, se encontró un cartucho de escopeta calibre 16. El domingo por la noche, un llamado al 911 advirtió que iban a “reventar” el edificio de la Gobernación. Con las primeras averiguaciones se conoció que esa llamada fue realizada desde una cárcel: la unidad penitenciaria número 9 de La Plata. Luego hubo un nuevo llamado al 911 y se contabilizaron de manera oficial tres “advertencias”.

Sin embargo, el gobierno bonaerense filtró de manera extraoficial el dato de que este martes hubo cinco nuevas amenazas. Algunas, según las fuentes, tenían objetivos claros: funcionarios del gobierno. Sin embargo, reconocen que la mayoría de las intimidaciones, que fueron todas realizadas por teléfono al 911, “perdían seriedad”. 

Lo cierto es que el Gobierno provincial se mantiene alerta, aunque también busca provocar un efecto de sensibilidad social cercano a la victimización. El presidente Mauricio Macri se solidarizó con la gobernadora rápidamente. Este martes tuiteó: “Acompañamos a María Eugenia Vidal en su tarea de sacar adelante la provincia de Buenos Aires. No nos van a parar”.

Desde el Ejecutivo que comanda Vidal también aseguraron que el llamado realizado desde la unidad penitenciaria fue hecho desde un teléfono público de un pabellón que aloja a internos de buena conducta. Quien fue sindicado como el autor de la llamada por el resto de sus compañeros de celda ya fue apartado “por seguridad”. 

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