Acorralado por la crisis del dólar y su impacto en la inflación, el Gobierno pidió a las principales petroleras que operan en el país que frenen los próximos aumentos en el precio de los combustibles. 

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, se reunió con los directivos de las empresas para diseñar un plan que permita moderar el incremento de la nafta y del gasoil.

El pedido del Gobierno se planteó con la promesa de que las compañías podrán recuperar en los próximos seis meses el terreno que puedan haber perdido por frenar esas subas.

De la vereda de enfrente, los empresarios del sector manifestaron su preocupación por el alza de costos (aumento del dólar y del precio del crudo) que afrontarán en el nuevo contexto. 

Vale recordar que en octubre de 2017 el Gobierno liberó el mercado interno de combustibles, por lo que cada empresa puede fijar su propio aumento. Sin embargo, ahora el ministro de Energía trata de injerir en la toma de decisiones de las petroleras.  

En medio de la carrera alcista del dólar, se especuló con que las petroleras podrían anunciar de manera “inminente” un aumento de alrededor del 6% en el precio de los combustibles que se ofrecen en el mercado minoritario y que impactan directamente en los surtidores de todo el país.

El titular de la Cámara de Empresarios del Combustible, Raúl Castellanos, recordó que “en las estaciones de servicio, tuvimos dos años de suba de costos” y sostuvo que “cada vez hay que  vender más para subsistir”.

“La nafta tendría que aumentar un 26%, pero hay que descartarlo porque sería catastrófico”, reconoció durante una entrevista a FM La Patriada.

El último aumento de combustibles ocurrió a principios de abril, con subas promedio del 4,5%, si bien en el caso de YPF el número fue menor.